martes, 12 de octubre de 2010

MANIFIESTO POR LA DIGNIDAD, LA VIDA, LA LUCHA Y LA RESISTENCIA DE NUESTROS PUEBLOS

Coordinación y Convergencia Maya Waqib’ Kej


Los miles de mujeres y hombres que hoy nos movilizamos queremos dirigirnos, en primer lugar, a nuestros abuelos y abuelas para traer ante ellos nuestra lucha y nuestra resistencia.


Respetables abuelas y abuelos:

Este día, fecha del año 5126 de nuestra era, 12 de octubre gregoriano, ante el Corazón del Cielo y el Corazón de la Madre Tierra y ante el Nawal Belejeb’ Kawoq, día del espíritu de las tempestades, venimos a presentarles un informe de nuestra fuerza, de nuestra resistencia, del poder de la resistencia que ustedes nos heredaron. Ustedes, abuelas y abuelos que sacrificaron su vida en honor a la defensa de la Madre Tierra, ustedes que rechazaron la invasión, ustedes que enfrentaron el genocidio y la invasión europea, hoy abuelas y abuelos Kaji Imox, Sinajkan, Kaibil B’alam, Oxib ‘ Kej, Kablajuj Tijax, Jun Iq’, Jun Toj, Kotb’al Kan, Ajpop Tekun Umam, Ajpop Kamja’, Ajpop Zotziles, Tepepul, B’elejeb’ Tz’i’, B’elejeb’ K’at y todos los demás hombres y mujeres que abonaron el camino de la resistencia. Ustedes que defendieron el sistema de vida del UTZILAJ K’ASLEMAL, del bien vivir milenario, cuidando a la Madre Naturaleza, cuando todos los seres cosmoconvivieron y por ello nos dejaron una gran herencia de vida.

Hemos enfrentado y resistido a las masacres cometidas durante la invasión española, tales como la masacre de nuestros hermanos K’iches’ a las orillas del río Tonalá, la masacre de Xetulul, la masacre de tres mil hermanos y hermanas en Chuaraal, la masacre a orillas del Río Xekijel entre Xelajuj No’j y Totonicapán cometido en febrero de 1524; la quema de nuestros grandes líderes B’eleb’ K’at y B’eleje’ Tz’i’ y la quema de nuestras ciudades entre otras atrocidades cometidas contra nuestras abuelas y abuelos.

Asimismo, enfrentamos y resistimos las masacres durante el conflicto armado interno del siglo recién pasado, que se desarrollaron como una política genocida del Estado guatemalteco. También hemos trascendido las secuelas que han dejado los delitos de lesa humanidad, como las torturas, secuestros, violaciones a las mujeres cometidas por el ejército de ocupación.

Hoy en pleno siglo XXI, nuestra lucha continúa enfrentando la usurpación de nuestra Madre Tierra. Luchamos frente a la imposición de la cosmovisión dominante destructora. Luchamos frente a la imposición del sistema capitalista. Luchamos contra las leyes e instituciones heredadas del sistema colonial y ahora en beneficio de los intereses capitalistas. Luchamos contra la criminalización del movimiento indígena y del movimiento social y la remilitarización. Luchamos contra la educación opresora. Luchamos contra las enfermedades. Pero sobre todo, luchamos para defender el sistema de vida con equilibrio entre todas las especies vivientes.

Está claro que a lo largo de la historia, la imposición de las ideas de la cultura, del idioma, de la espiritualidad ha sido a través de golpes, saña, intimidación, violación, genocidio, mentiras y otros mecanismos de persuasión, pero en su esencia, todas violentas, todas en camino de querer sepultar la idea, la fuerza, el camino de claridad de colectividad y comunidad de nuestros pueblos, de nuestra cosmovisión.

Pero todas esas acciones no han logrado acabar con nuestra identidad y cosmovisión y se han encontrado con un pueblo combativo, organizado, con claridad de defender la vida de nuestra Madre Tierra y Territorio, que desde 1492 lo ha demostrado con los levantamientos, la resistencia y la recuperación de lo que ha sido despojado, pese a los caídos y caídas, desaparecidos, asesinados y mutilados.

Ahora se incrementa nuestra resistencia; se encuentran nuevas formas de lucha y resistencia y avanzamos en la recuperación de nuestros territorios. Avanzamos en conocer nuestra historia. Nos formamos políticamente y hemos acordado que una sola debe ser nuestra lucha.Hoy, la cosmovisión de la resistencia de nuestros pueblos nos alimenta y retroalimenta para alcanzar nuestra liberación y nuestra soberanía; abuelas y abuelos, hasta este día tenemos la satisfacción de informarles que no los hemos defraudado y nuestra lucha sigue.

No obstante a las diferentes estrategias implementadas por los invasores y sus herederos para querer aniquilar a nuestro pueblo, hoy, abuelas y abuelos queremos compartir con ustedes los avances y logros que hemos alcanzado con nuestra lucha y resistencia:

Logramos una importante victoria, trascendental en la historia del país, con la resolución de la suspensión de la explotación minera en el proyecto Marlin en San Miguel Ixtahuacán, por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH y de la OIT, nuestra lucha continuará a pesar de que la minera se está burlando de las leyes nacionales e internacionales al verter agua contaminada en un río y negarse a acatar las resoluciones de los organismos internacionales.

La Madre Tierra por medio del Río Polochic y la resistencia del pueblo Q’eqchi’ han hecho fracasar a la empresa Chab’il Utzaj que se había adueñado de 42 fincas de 200 caballerías en el valle del Polochic, Alta Verapaz e Izabal y muchas comunidades se han articulado en contra de las empresas nacionales y transnacionales. En esta misma dirección hemos logrado la recuperación de fincas por parte de nuestro pueblo.

Esta lucha ha florecido a partir de la realización de más de 45 consultas comunitarias en defensa de la Madre Tierra y Territorio y de ahí que también ha florecido el arte, como estrategia de lucha y resistencia y como expresión de dignidad. También hemos logrado la visita y recomendaciones del Relator Especial en Derechos de los Pueblos Indígenas

También logramos el retiro de la Policía Nacional Civil de la empresa Cementos Progreso en las doce comunidades de San Juan Sacatepéquez.

Hombres y mujeres, niños y niñas, así como jóvenes de distintas edades se han organizado en defensa del territorio y la población urbana es cada vez más consciente de su apoyo a la lucha y defensa del territorio.

Por eso, abuelas y abuelos, queremos pedirles que continúen acompañándonos en esta lucha y nos den sabiduría y fortaleza.

Ahora queremos dirigirnos a los Pueblos y Comunidades para elevar los niveles de resistencia, a no dejarnos engañar ante quienes tratan que vendamos a la Madre Tierra o entreguemos las riquezas de nuestros territorios. La Vida de nuestra Madre Tierra, de nuestros ríos y lagos, de nuestros valles y montañas no tiene precio y es irrecuperable. La destrucción que siembran las empresas mineras, petroleras y megaproyectos solo da muerte.

Nosotras y nosotros, fieles defensores de la Vida, llamamos a unir nuestras fuerzas en un solo río que con su caudal logre arrastrar las bases del sistema capitalista: su modo de producir donde unos pocos, se apropian del fruto del trabajo de la mayoría; su forma de adueñarse de tierras, ríos y montañas, olvidando que no nos pertenecen, sino al contrario, nosotros pertenecemos a la Madre Tierra; sus instituciones y leyes que protegen y reproducen los intereses de una minoría y su cosmovisión dominante que ha llevado al planeta a una crisis global que ha alterado el equilibrio del mundo y está generando calentamiento global, hambre y miseria para millones de seres humanos. Solo terminando con el sistema de muerte y explotación podremos preparar la tierra para que florezcan las formas de producir, comerciar, hacer justicia, guiar y relacionarnos, entre las personas y los pueblos, que nos enseñaron nuestros antepasados.

Ha llegado la hora de levantarnos, resistir y vencer para que amanezca y llegue la Aurora.

Coordinación y Convergencia Maya Waqib’ Kej
Belejeb’ Kawoq, Sej, Junab’ Junlajuj Kej
12 de Octubre de 2010.

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