A 6 años de la Siembra del
Comandante Hugo Chávez, la Revolución bolivariana se erige con dignidad ante la
agresión imperial y da cátedra en la lucha antiimperialista.
Simona Violetta Yagenova
1. El futuro de la Patria Grande y la
posibilidad de emancipación de nuestros pueblos se libra hoy en la República
Bolivariana de Venezuela.
El
Comandante Eterno Hugo Chávez Frías dijo alguna vez que “No habrá verdadera Revolución si no tocamos
la fibra moral de la nación, para elevarla hasta lo más sublime del ser
humano". Chávez era un hombre con una extraordinaria
capacidad de amar, amó a su pueblo, su
patria y la humanidad entera. Un hombre que entendía la importancia de la
historia y de los tiempos. Un hombre que se atrevió a trastocar el tiempo de la
dominación imperial y del capital, resquebrajando las inercias, el servilismo,
y el pesimismo.
La
concepción de la praxis en Chávez, combinando historia, teoría y práctica
política transformada se construyó en un dialogo permanente con su pueblo, que
permitió en tan poco tiempo construir un proyecto revolucionario, popular, profundamentamente
democrático, antiimperialista y socialista. Chávez
se convirtió en pueblo y el pueblo reencarnó mil veces a Chavéz, en un proceso
revolucionario dinámico, creativo, que batalla todos los días frente a los
obstáculos y la ofensiva imperial, que crece en medio de la adversidad, que se
fortalece mediante el debate, el diálogo, la crítica y autocrítica, y en los sueños y acción política de las y los venezolanos para garantizar la
independencia, libertad, justicia y poder popular.
Desde hace seis años, esta batalla la encabeza el compañero
presidente Nicolás Maduro, revolucionario digno y ejemplar, quien con valentía,
coherencia y sabiduría ha sabido enfrentar la compleja y densa guerra multidimensional
que se ha dirigido en contra de la República Bolivariana de Venezuela. A pesar
de la guerra económica, el descarado despojo y robo de los bienes venezolanos,
la infame maquinaria mundial de mentira y difamación, el asedio internacional e
imperial, que busca resquebrajar la voluntad del pueblo chavista, recolonizar y
fragmentar el territorio venezolano; la revolución bolivariana está de pie, defendiendo el derecho a la
autodeterminación, las innumerables conquistas logradas y dando cátedra al
mundo de la importancia de respetar el derecho internacional, el
multilateralismo, y derecho del pueblo venezolano a vivir en paz. Una y otra
vez, se ha derrotado magistralmente las maniobras e intentos golpistas
promovidos por el Imperio, lo que ha sido posible por la ejemplar conducción
política, un creativo repertorio táctico, la disciplina militante y una
filosofía política revolucionaria, profundamente bolivariana y chavista.
Tenemos mucho que aprender de la República Bolivariana de
Venezuela, tan necesario para la actual etapa histórica: a. el proceso de
creación del sujeto popular revolucionario; b. las políticas sociales y
económicas redistributivas y de protección social; c. la política de vivienda;
d. La creación de una fuerza armada comprometida con la revolución, que se
ha convertido en un escudo protector ante la agresión interna y externa; e. la diplomacia bolivariana, que se
expresa en una estrategia internacional coherente con los principios
antiimperialistas, de la solidaridad activa y de la conformación de un mundo
multipolar; f. el permanente dialogo con los intelectuales comprometidos y los
movimientos sociales del mundo para seguir avanzando en la lucha por un nuevo
orden global; g. La radicalidad y audacia para sacudir y modificar las estructuras tradicionales de dominación
clasista.
La ofensiva
imperial actual contra la Nuestra América no se dirige solamente contra la
Revolución Bolivariana, se trata de un perverso plan de reconfigurar el
territorio latinoamericano y caribeño para apropiarse de los bienes
estratégicos, al costo de lo que sea, para solventar su crisis económica y
perdida de hegemonía global. No
obstante, la viabilización de este proyecto de neo-colonización requiere una
compleja estrategia de dominio ideológico, control social y territorial, acentuar
la dependencia económica, resquebrajar el multilateralismo y los procesos de
integración regional, la demostración de fuerza militares ( bases militares), aplastar
las fuerzas sociopolíticas de izquierda y los movimientos sociales, operar una
estrategia política-jurídica para garantizar que sus cipayos gobiernan los
diferentes Estados e imponer mecanismos coercitivos ejemplares para que los
pueblos de la Nuestra América se “ rinden ” ante la “maquinaria de dominación
imperial” encerrando para siempre el sueño de libertad, emancipación y
autodeterminación. Pero esta es la lectura y sueño del Hegemón, del
colonizador, que no comprende, ni comprenderá la rebeldía, capacidad de
resistencia y vitalidad de la memoria histórica y sed de justicia de nuestros
pueblos.
2. La derecha
latinoamericana cada vez más servil, mediocre y deteriorada
El
recetario político y económico de las derechas latinoamericanas se ha agotado;
no tienen nada nuevo que ofrecer y lo saben. La mercantilización de la política
al servició del capital, licito e ilícito, pervirtió las reglas del juego de la
“democracia electoral”, lo vació de contenido y por un tiempo tuvo éxito en
despolitizar a las masas. Las políticas económicas neoliberales empobrecieron y
vulneraron profundamente los derechos económicos y sociales de los pueblos
latinoamericanos y caribeños, y enriquecieron a los de siempre a una tasa de
acumulación pocas veces visto antes en la historia. Los Estados fueron
saqueados, reconfigurados y se debilitaron significativamente en su rol de
defender los derechos ciudadanos, el bien común y como ente rector de la
economía nacional.
Las
progresivas victorias electorales de opciones políticas de izquierda y
centroizquierda revirtieron estos procesos, en beneficio de los más
empobrecidos y marginados.
El nuevo
ciclo de neo-golpismo acompañado de una guerra mediática y persecución jurídica
de figuras claves de la izquierda latinoamericana, es una demostración del
fracaso y deterioro político de la derecha continental, que es incapaz de
librar una batalla ideológica política de alturas. Necesita de los soportes del
capital mafia para financiar sus campañas y de los grandes capitales mediáticos
cuasi-dictatoriales para manipular o
confundir a las masas. Aún así, apenas logran ganar elecciones y la izquierda
no desaparece. El neogolpismo con la “bendición “ imperial les garantiza un
nuevo ciclo de enriquecimiento saqueando al Estado, despojando y privatizando
los bienes naturales, y aumentando su tasa de ganancia mediante diversas
modalidades de blanqueo de capitales, incrementando la tasa de explotación de
la clase trabajadora y vendiendo los bienes estratégicos del Estado que sobrevivieron
los primeros ciclos de políticas neoliberales o fueron rescatados por los
gobiernos progresistas.
Son estos
políticos de derecha, que vemos ahora bailando al son de la batuca imperial.
Patéticas figuras que parecen transportadas del teatro de lo absurdo. Acuerpan
al fantoche autoproclamado dejando atrás sus adhesiones al liberalismo, a la
soberanía nacional, al multilateralismo y el derecho internacional. Su
servilismo ante las ordenes de la clica criminal que gobierno actualmente
Washington demuestra su pequeñez, su cobardía, su mediocridad e incapacidad
política. Es un espectáculo vergonzoso y la historia los juzgará. Es una
demostración clara de su deterioro ético-político, su fracaso e incapacidad de
comprender el actual momento histórico.
El futuro
de la Patria Grande lo forjaremos en base al legado de miles de miles de
revolucionarios y revolucionarias que nunca se doblegaron en la lucha por la
libertad, la justicia, la autodeterminación y el socialismo. A diferencia de
esta derecha maltrecha, envejecida y corrompida, nosotros floreceremos en base
al rico pensamiento crítico latinoamericano, el legado de Bolívar, Martí, Sandino,
Farabundo Marti, Fidel, Raúl, El Ché, Allende y Chávez; la praxis
revolucionaria de Nicholas Maduro y Evo Morales; nosotros si floreceremos
porque nuestros pueblos desde las trincheras de sus luchas están creando
saberes y practicas contra hegemónicas de naturaleza emancipatoria; nosotros si
floreceremos porque las mujeres latinoamericanas y caribeñas somos una fuerza
critica, rebelde y transformadora. Nosotros si floreceremos, y avanzaremos en la lucha por la emancipación y
liberación de nuestra Patria Grande. Tenemos historia, proyecto y futuro.