jueves, 31 de marzo de 2011

LIBIA, EL PARTE AGUAS HISTÓRICO: LA BARBARIE DEL IMPERIALISMO O UN NUEVO MUNDO

Por Carlos Maldonado
Ponencia en el foro “Libia: ¿Autodeterminación o Neocolonialismo?, dictada en el Hotel Royal Palace de la ciudad capital de Guatemala el día miércoles 30 de marzo de 2011 organizado por la Coordinadora de Solidaridad con Cuba y los Pueblos del Mundo


El tema de Libia, no puede entenderse como el caso aislado en un país lejano que se debate entre una revuelta “popular” y los seguidores de su gobierno. Dentro de un mundo globalizado y dominado por una economía capitalista, no es un tema local, ni distante, ni mucho menos. Es un tema que debe entenderse dentro de la estrategia imperialista mundial de expansión de su “democracia” neoliberal como ariete ideológico de su expansión económica de mercado unilateral.

El Imperialismo, según el Transnacional Institute –TNI- fundado a principios de los años setenta en Ámsterdam para el estudio de las contradicciones propias y las que provoca éste, encabezado por Estados Unidos, ha erigido seis banderas ideológicas en esa nueva coyuntura, luego de desmontar la que antes blandía con vigor, como era la de la “defensa del mundo libre contra el comunismo”, al caer la ex URSS , ya sin el peligro del avance de aquél. Éstas son: 1) la Guerra Global contra el Terrorismo (GGT); 2) las Armas de Destrucción Masiva (ADM) en manos equivocadas; 3) los estados fallidos; 4) la necesidad y la justicia de intervenciones humanitarias eternas y forzosas; 5) el cambio de régimen en nombre de la democracia; y, 6) la guerra contra las drogas.

Dentro del análisis del caso libio, considero que las banderas 4 y 5 son las que se ajustan plenamente a él.

Utilizando el mismo libreto de otras latitudes, se aprovecharon las “revueltas” en Túnez y Egipto, respectivamente, para iniciar la desestabilización contra Libia. La primera baja que tuvo dicho conflicto fue la verdad. Los grandes consorcios noticiosos internacionales bloquearon la información sobre lo que realmente acontecía en aquella nación, dejando correr una idéntica plana desinformativa por todos los medios principales y locales: las tropas de Gaddafi estaban masacrando al pueblo indefenso; asesinando a civiles desarmados, bombardeando a los civiles, etc. Los líderes de las grandes potencias también repetían el libreto y lo siguen repitiendo. Sin embargo, semejantes acusaciones, nunca fueron verificadas. Jamás salieron fotografías ni tomas, ni profesionales ni de aficionados, de semejantes atropellos. Siempre se apoyaron dichas “informaciones” en personas que “por su seguridad” no daban sus nombres y en “fuentes anónimas”. Nunca hubo tomas de los heridos en hospitales o sitios bombardeados por Gaddafi.

Ese bloqueo “activo” fue llevado a cabo por renombrados corresponsales de las transnacionales de la información. Por ejemplo, José Levy enviado especial de CNN para Medio Oriente y África en este caso, transmitía lo que pasaba en Libia desde la comodidad y seguridad de su casa en Tel Aviv. Los corresponsales de El País de España desde ese país, The Guardian de Inglaterra desde Londres, Der Spiegel desde Berlin. En fin todos informaban al mundo lo que sucedía en Libia desde fuera de Libia. Si no hubiera sido por Al Jazeera y Telesur, el mundo hubiera seguido atenido a dichas “informaciones”. No obstante, dichas debilidades, tergiversaciones y falsedades, las potencias agresoras las utilizaron como base para llevar a cabo la agresión. Incluso , a pesar de haberse nombrado una Comisión de Verificación de lo que realmente sucedía en territorio libio por parte de la Unión Europea , su reporte nunca fue escuchado en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU, denunciado a su tiempo por el delegado de India. Para los agresores, el gobierno libio era culpable y punto, pues la verdad hubiera demostrado todo lo contrario y eso hubiera interferido en sus siniestros planes concebidos con antelación. Por tanto, el ataque debía llevarse a cabo, pues el objetivo trazado era imponer la “verdad” del Imperio.

Una verdad que surge a fuerza de bombardeo mediático, cuyo engendro será una “opinión pública” que avale que los condenados de antemano merecen el castigo “redentor” que los salve de la tiranía y la barbarie para regenerarlos para la democracia y la civilización, pues tanto gobernados y gobernantes de esas latitudes son salvajes, crueles, atrasados, hostiles, misóginos, tiranos, lo cual, fácilmente, los conduce al fanatismo y el radicalismo que desemboca, obviamente, en el terrorismo.

Por supuesto, esa propaganda masiva debe convencer, en primera instancia, al pueblo de los Estados Unidos. Ese pueblo debe estar convencido que él a través de su gobierno tienen la misión de, ya no solo defender la democracia, sino de expandirla al “pobre salvaje”. Una santa cruzada de rescate a los pueblos que no han conocido la “democracia”. En segundo lugar, debe convencer a las elites y los pueblos agredidos de que el ataque que se lleva a cabo a la larga será de beneficio para ellos mismos; la amarga medicina que curará sus males. O, en su defecto, a sus vecinos quienes preocupados porque el mal se extienda, se aprestan a colaborar con el médico o salvador para aplicar la medicina-agresión en el pensar que el beneficio futuro será para todos, especialmente para el enfermo e ignorante a tratar. Por último, debe convencer al resto del mundo compuesto por países que pueden ser aliados, neutros o críticos.

El Imperio cifra ese convencimiento en tres consensos. El “consenso activo” que es lo óptimo, lo ideal que es muy difícil de logar ya que siempre habrá quien recele de sus “buenas intenciones”. El “consenso pasivo” que si bien no es lo mejor, es considerado suficiente para actuar, aunque ello le cree oposiciones posteriores al no entender algunos las justificaciones del Imperio lo que puede provocar resistencias contra éste. Por último, el “consenso comprado”, que significa prosperidad para los grupos colaboradores pero privaciones y desigualdades para los demás. Este último es que logra imperar por lo regular debido a la historia de hipocresías que ha cosechado aquel.

La plantilla dirigente del Imperio, unos convencidos, otros siniestramente aviesos, evocan la “excepcionalidad estadounidense” como el ejemplo a emular por los pueblos del mundo. Propaganda que de tanto incrustarla en el imaginario colectivo de esos pueblos, especialmente el suyo propio y los más cercanos a su territorio a través de su cultura, hacen que despreciemos nuestra historia. Hemos hecho nuestra las concepciones del conquistador que una vez fue español y ahora es gringo. Existe esa conciencia mítica que nos paraliza y que han sembrado los colonizadores en nosotros. Esa que nos dice que ellos son superiores. Nos sentimos menos. Adoptamos actitudes malinchistas, queriendo parecernos a los colonialistas, repitiendo el patrón con otros que por algunas circunstancias se encuentran en desventaja con respecto a nosotros adultos pensantes y maduros: niños, ancianos, discapacitados, o, a los que consideramos ignorantes, o a los que consideramos pobres en aspectos materiales.

Hasta que los colonizados asumamos que esa imagen no es “natural” no es “normal”, sino al contrario, es “excepcional” empezaremos a variar nuestra concepción del mundo. Comprobaremos que el Imperio no es infalible como se lo demostraron los vietnamitas o como se lo están demostrando ahora los iraquíes, los afganos y, en este momento, los libios. Hasta que no rompamos radicalmente con la idea que el Imperio nos ha impuesto. Esa del “destino manifiesto” donde se auto-autorizó a proteger a los pueblos al sur de sus fronteras y luego lo extendió al mundo entero, despojándolo de ese principio de autoridad que a fuerza de la fuerza nos han impuesto y lo hemos asimilado por el contubernio de aquél con las elites locales, no seremos realmente libres.

Volviendo al caso Libia, luego de imponer su “verdad” sobre ella y su líder histórico, el Imperialismo inserta los argumentos de base a su agresión armada: la misión protectora hacia un pueblo que, como sigue machacando, está siendo masacrado por su propio gobierno a pesar de haberse demostrado su falsedad. Esa es la “necesidad y la justicia de intervenir humanitariamente” a favor de ese pueblo acorralado.

Para ello, se auxilia de una “oposición” fabricada, virtual, fantasmagórica la que, hasta el momento, no sabemos a ciencia cierta quienes la conforman. Ni siquiera los “agresores” lo saben a ciencia cierta: según una nota de Telesur del 31 de marzo de 2011, la agencia británica Reuters y confirmada luego por la cadena de televisión estadounidense ABC News, existen agentes encubiertos de la CIA para que preparen las posibilidades de armar a los rebeldes si el presidente (Obama) decidiera seguir esa ruta en el futuro. Al tiempo que se reveló la existencia de una orden de armar a los rebeldes… El diario New York Times publicó que la Agencia Central de Inteligencia cuenta con agentes clandestinos en Libia para recolectar datos que faciliten los ataques aéreos militares y entablar contactos con los rebeldes… Según el rotativo neoyorquino, que cita a funcionarios estadounidenses que hablaron bajo la condición del anonimato, al contactar con los grupos rebeldes los representates de la CIA esperan poder tener una mejor idea de quiénes encabezan este movimiento y qué ideas defienden. (sic). Por el momento, solo hay tres cabezas visibles en ella las cuales representan al Consejo de Transición en Libia: Mustafá Abdulyalil, ex Ministro del Interior y posteriormente Ministro de Justicia, Abdelhafiz Ghogael, ex vocero de Gaddafi y ahora, Hifter Jalifa, ex coronel del ejército libio, ahora agente de la CIA que se hará cargo de la “Dirección de las operaciones militares” de las fuerzas de oposición, según nota del Daily Mail de Inglaterra y McClatchy Newspapers y el ABC News de Estados Unidos.

Tres figuras que, si al gobierno de Gaddafi se le acusa de crímenes de lesa humanidad, estos fueron tres de sus máximos perpetradores. Representantes de una oposición que adueñándose de Bengazi con el auxilio de asesores extranjeros que coincidentemente pertenecen a las fuerzas agresoras de hoy, la utilizaron como cabeza de playa desde donde coordinar y avanzar hacia la ocupación de todo el país. Una oposición que si bien puede contar con verdaderos desafectos al régimen, también cuenta con combatientes “involuntarios” que temen por sus vidas, las de su familia y sus bienes. Pero más de ello, con mercenarios contratados por las potencias invasoras. De ahí, su endeble moral para llevar a cabo la conquista del resto del territorio. Por ello, incapaz de avanzar por sí misma tienen que pedir el apoyo irresoluto de los “extranjeros” para bombardear a su propio pueblo del cual dicen ser parte o conseguir armas de esos mismos invasores que están masacrando a su gente. Por lo mismo, para los extranjeros agresores la espuria oposición ha resultado más que un aliado fuerte, una debilidad por la afrenta que representan para el mismo pueblo libio, a los vecinos que ven en ella un actor ilegítimo y ante los pueblos del mundo como simples “perros de la guerra”. ¡Bases de arena sobre las que se ha apostado el Imperio!

Esa oposición liderada por el Consejo de Transición en Libia no es más que una caterva de agentes del Imperialismo que en la urgencia de darle legitimidad ante el pueblo libio y el mundo, fue reconocida por Francia primero y Estados Unidos después. El pastel estaba en el horno. Luego, con esa ilegítima legitimación, presionaron al Consejo de Seguridad de la ONU para conseguir el aval legal de una “zona de exclusión”, cuyo bombardeos no solo han destrozado infraestructura aérea, de suministros de armas, aviones sino se han dedicado a bombardear otros tipo de infraestructura productiva y a la población civil, lo que ha provocado los famosos y tristemente célebres “daños colaterales”. Un bombardeo humanitario que bombardea al pueblo que dice proteger. ¡Qué cinismo y qué descaro!

El Imperialismo ha mutado hacia el abismo de la inmoralidad donde puede poseer las armas más letales pero no la solvencia para presentarse como el paladín de la democracia y los derechos humanos.

Las revueltas de Túnez y Egipto, sospechando ahora si fueron genuinas, con la entrada en el teatro de operaciones en Libia de los mercenarios de la OTAN por aire y por tierra por parte de esa falsa “oposición, han quedado neutralizadas. Sus líderes cooptados o marginados, mientras los que ocuparon el poder hacen negocios con las armas y la logística a través de sus fronteras con Libia. Los otros movimientos como en Yemen, Bahrein y Jordania también fueron controlados con represión para las cuales no hay intervención militar de la OTAN, incluso con ejércitos extranjeros como los de Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos posicionados en Barhein.

La ola “revolucionaria” costeada por el Imperio se ha extendido, incluso, a Siria donde se ha desmantelado la red de desestabilizadores pagados por las potencias extranjeras y Bashar al Assad, su líder, ha sido respaldado mayoritariamente por su pueblo. Casualmente, un gobierno que para Israel es un enemigo que hay que derrocar y con ello, controlar la zona con miras pronto a la reconquista del Líbano. Con esto se estaría dando la estocada final a grupos de liberación nacional como Hizbullá en Líbano el cual tuvo la nobleza de detener a las fuerzas sionistas contra su país y Hamas que ha defendido aún con precarios recursos la integridad de la Franja de Gaza contra la agresión constante y descarada del enemigo sionista.

Si el Imperio somete a los libios, dispondrá en su territorio de una mega base muy importante para prevalecer sobre Europa, controlar el paso estratégico del canal de Suez, la zona del Magreb y Magrech en camino a la construcción del Gran Medio Oriente. Con ello estaría cercando en tenaza a Irán, asegurando con el ambicionado, desde hace tiempo, ataque militar so pretexto de su programa nuclear, las fuentes energéticas de petróleo y erigirse como el líder mundial ante potencias enemigas, para él y emergentes como China y Rusia que lo han desplazado en la política internacional, instalándose soberanamente en su traspatio.

Bajo mi perspectiva, la “recuperación” de Libia, no con tropas imperiales pues ya tiene la experiencia iraquí y afgana, sino por medio de la instalación de su protectorado a cuya cabeza de gobierno estará el Consejo Nacional de Transición en Libia, invitado desde ya en la Conferencia de Londres para una Transición Pacífica para la Nueva Libia cuando se reunieron los amos del mundo en la capital inglesa el 29 de marzo de los corrientes para repartirse a la desmembrada, es un parangón miles de veces magnificado de la tristemente célebre kristal nacht, que fue la señal clara, el punto de partida para la fase fascista de la Alemania nazi. Y, si bien Estados Unidos no había obtenido el poder suficiente para imponer un gobierno fascista mundial, con esto se dan las condiciones para hacerlo. Con la capacidad de estar en tres teatros de operaciones a la vez, diseminado su poder por todo el mundo a través de decenas de bases militares, ha llegado a su plena madurez.

Quizá algunos aún piensen que yéndose Gaddafi el problema se acabó. Pues no, al contrario, con ese éxito el Imperialismo se catapultará a la reconquista del mundo que una vez pensó tener en sus manos a la caída del Muro de Berlín. Con la reconquista de Libia, el imperialismo pronto destrozará el multilateralismo e instaurará la dictadura mundial. Por lo pronto, Siria está en el camino para luego dirigirse a Líbano y, posteriormente, a Irán. Cercado por gobiernos títeres, con el auxilio de Israel como su bastión armamentista en la zona, incluso con capacidad nuclear, sumando a ello su fuerza de 50,000 efectivos en Irak dejados en reserva y una mega embajada en ese país; con tropas en Pakistán y Afganistán, el Imperialismo se relame los bigotes.

Luego volverá por la rebelde Latinoamérica.

Estos veo yo como escenarios posibles, sin embargo, depende de los pueblos del mundo que estos se concreten. Para enfrentarlos tiene que buscarse la unidad de los pueblos oprimidos del mundo independientemente de sus creencias y sus diferencias, empero, como dijo Lenin, el gran comunista ruso, si las personas trabajadoras le permiten sobrevivir sobrellevando sobre sus hombros el pago de sus recurrentes crisis, el capitalismo jamás estará en una situación absolutamente desesperada. Para ello, urgen nuevas guerrillas en la comunicación de las soluciones para una Transición hacia un Nuevo Mundo post Capitalismo, nuevas guerrillas en la palabra, en las ideas, en el conocimiento de nuestros problemas comunes, en los campos de batalla ya tomados por el Imperialismo o, dentro de sus objetivos, por tomar. Urgentes y fundamentales, para debilitar y aplastar a las elites locales que le sirven al Imperio como sus adlatéres en los diferentes países. Y, por supuesto, como decía acertadamente el Che, para derrocar al Imperialismo de una vez por todas.

Libia, para mi, es pues el parte aguas histórico para orillar más al Imperialismo hacia el abismo, o la coyuntura de donde saldrá fortalecido. Los pueblos tienen la última palabra a cuya cabeza, en esta coyuntura, debe estar, obligadamente, la voz del pueblo libio.

ADELANTE HONDUREÑOS: Honduras sublevada contra el régimen

Por Carlos Maldonado

Adelante hondureños, queridos hermanos.

Su fuerza es la fuerza de la unidad en el combate. Una batalla es un paso más en la conquista del futuro.
Adelante catrachos, los vendepatrias y lacayos no podrán jamás ganar a pesar de las apariencias.
Adelante catrachos, su ejemplo bravío es nuestro aliciente.
Centroamérica en llamas, en llamas de libertad.
Se han prendido de nuevo las hogueras de los combatientes que en sonados campamentos se preparan para el asalto al cielo. La utopía está cerca como cerca está la mañana.
Adelante hondureños, el futuro está a la vuelta de la esquina, resistan un poquito más que mañana serán cantos y risas.
Adelante catrachos, ustedes abren la brecha de los pueblos que juntos caminaremos sobre los cadáveres de los verdugos y los serviles.
Adelante hondureños, que su paso es el paso nuestro.
Adelante, que su sangre será el agua que refresque nuestra memoria.
Adelante hermanos.

martes, 22 de marzo de 2011

LIBIA

Por Nuria Barbosa León, periodista de Radio Progreso y Radio Habana Cuba

Avergüenza el mundo del siglo XXI, disfrazado de tecnología, bienestar consumista, guerras ciberespaciales e intereses mezquinos de colonización.

Repugna la existencia de un Consejo de Seguridad de la ONU parapetado en la salvaguarda de los derechos humanos para legitimar ataques sofisticados a los pueblos indefensos, donde la muerte de niños en conflictos bélicos tienen la excusa de errores.

A Libia se le decretó sentencia a muerte porque sus yacimientos de petróleo son la envidia de los grandes consumidores de combustible, en un ámbito internacional necesitado de energía para seguir malgastando.

Al pueblo libio se le mutilará la historia y será víctima de la codicia imperial. Si permite su colonización no tendrá oxígeno para respirar y su espíritu árabe será sustituido por una cultura imperial portadora de la irracionalidad consumista occidental donde dominan las leyes del narcotráfico, la mafia y la especulación financiera.

Pueblos levanten sus manos contra la “guerra humanitaria” y formen el escudo humano unido e impenetrable. Demuestren que la vida es lo más importante.

Unan el grito gutural a las fuerzas emancipadoras y aplasten con la razón de la independencia la vil decisión de una guerra para proteger civiles. La guerra sólo tiene un destino: la muerte.

Libia cava la trinchera, ahí entraremos todos.

Nuestro futuro, sólo tiene un nombre: ¡Libertad!

Foto: Josetxo Ezcurra, tomada de rebelion.org, 19 de marzo 2011

viernes, 18 de marzo de 2011

CONTRA LA REPRESIÓN ESTATAL A FAMILIAS Y COMUNIDADES Q’EQCHI’ES

Nuestra condena al gobierno de Álvaro Colom y al terrateniente Withman

Como en tiempo de la represión genocida y etnocida, el Estado guatemalteco, a través de sus aparatos represivos: el ejército, la policía y Ministerio Público, sumados al grupo paramilitar del terrateniente Carlos Withman (de la familia Berger- Withman), han desplegado toda su capacidad de fuerza armada en contra de 12 comunidades y más de 600 familias campesinas q’eqchi’es, quienes ocuparon tierras a raíz de haber padecido injusto desplazamiento, incumplimiento de pago de prestaciones laborales y falta de alternativa para sobrevivir. El saldo son varias comunidades desalojadas, viviendas y siembras de productos básicos quemadas, la ejecución extrajudicial de Antonio Bed Ac y heridas a Federico Caal, Emilio Xiol y Hugo Caal.

Los Berger- Withman --es conocido en la región-- se apropiaron de grandes extensiones en el área del Polochic, con fondos del Estado y del Banco Centroamericano de Integración Económica, y la complicidad de autoridades gubernamentales, lo que mantiene en duda y litigio la propiedad de las tierras que hacen al Ingenio Chabil Uztzaj. Adicionalmente Carlos Withman fue denunciado en el 2008, por la detención ilegal y amenazas en contra de luchadoras y luchadores sociales del CUC y CNOC.

Contrario a recuperar dichas tierras para el Estado y entregarlas a los campesinos, el gobierno de Álvaro Colom ha decidido actuar defendiendo los intereses terratenientes y ha desplegado todo su poder contra familias campesinas indefensas. Es condenable, asimismo, el silencio cómplice del Procurador de Derechos Humanos, Sergio Morales.

Como Frente Popular condenamos estos hechos represivos y responsabilizamos al gobierno de Álvaro Colom, así como al terrateniente Carlos Withman, por lo sucedido y lo que pueda suceder.

Nos solidarizamos con las familias y comunidades reprimidas y afectadas por la represión del gobierno de Álvaro Colom, y nos sumamos a las voces y la movilización de denuncia y protesta contra estos hechos.

Exigimos al actual gobierno garantizar los Derechos Humanos y solución a las necesidades de las familias y comunidades campesinas afectadas.

FRENTE POPULAR
Soberanía, Dignidad, Solidaridad
¡Vamos Patria, la lucha continúa!

Frente Popular, Guatemala, 18 de marzo 2011

jueves, 17 de marzo de 2011

TIERRA ARRASADA EN POLOCHIC

LA COORDINACIÓN Y CONVERGENCIA NACIONAL MAYA WAQIB’ KEJ
COMITÉ DE UNIDAD CAMPESINA –CUC-
A LA OPINIÓN PÚBLICA NACIONAL E INTERNACIONAL

La represión de los ricos y su gobierno sigue en contra de nuestras comunidades aplicando métodos de terror igual a la que se aplicó durante el conflicto armado interno, donde, éste mismo Estado de la oligarquía cometió genocidio en contra de nuestras comunidades mayas a finales del siglo pasado. Hasta ahora ninguno de los intelectuales que planificaron esa política de tierra arrasada ha sido enjuiciado, es más, ahora pretenden ganar las próximas elecciones para así gobernar al país cubriéndose en el manto de la impunidad.

En este día, en horas de la mañana, la comunidad Bella Flor fue la siguiente víctima del desalojo por miembros de la policía que se transportaban en mas 50 vehículos tipo pick up y el ejército en 10 camiones del tipo comando, reprimiendo a hombres, mujeres y niños. En esta acción represiva que lleva ya varios días, han quemado más de 200 casas, han cortado cerca de cinco caballerías de milpa utilizando tractores, dejando 15 heridos y un muerto. Tenemos información que después del desalojo de Bella Flor los cuerpos represivos van hacia las comunidades Río Frío, Margaritas y el Sauce para desalojarlos.

Los municipios de Panzós, Teleman, la Tinta y el Estor están prácticamente militarizados porque el plan de desalojo responde a objetivos políticos entre el gobierno y la familia Widman, familiares del gobierno anterior que se han enriquecido en este país utilizando las estructuras del Estado para mantener sus privilegios de clase.

El ejército y la policía siguen con el pensamiento de contrainsurgencia, preparados para ejercer la violencia, el asesinato y la destrucción, nos es difícil entender hasta donde les han desarrollado el odio de estos cuerpos represivos que disparan contra personas inocentes, quemando los humildes ranchos de campesinos e indígenas, estos cuerpos represivos tienen un desprecio hacia las comunidades el cual se visualiza al nivel de cortar las cinco caballerías de milpa, sustento alimentario de las comunidades. Éste ejército y la policía defienden ciegamente los intereses de los grandes ricos.

Desde ya pedimos a la comunidad nacional e internacional que condenen a este Estado que está cometiendo nuevamente la política de tierra arrasada en contra de nuestras comunidades.

Al movimiento indígena y campesinos que nos articulemos, ya que el proyecto neoliberal que se impulsa como agenda de Estado es una amenaza a todos nuestros movimientos.

El futuro de nuestra liberación depende de la capacidad de organización que logremos alcanzar.

Iximulew, 17 de marzo 2011

martes, 15 de marzo de 2011

VIOLENTO DESALOJO DE FAMILIAS EN EL VALLE DEL POLOCHIC

El día de hoy, martes 15 de marzo de 2011, se ejecuta un violento desalojo contra más de 640 familias (de 12 comunidades) que sobreviven en tierras del fracasado ingenio Chabil Utzaj, propiedad de la familia Widmann, familia política del ex-presidente Oscar Berger Perdomo. En este contexto, el Estado de Guatemala desaloja a las familias campesinas que actualmente cultivan esas tierras recuperadas, virtualmente abandonadas por el ingenio ante su inminente quiebra.
Esta acción, réplica de otras acciones represivas llevadas a cabo por el Estado de Guatemala, que favorecen a los grupos económicos tradicionales, es muestra de la inoperancia del Estado e incumplimiento constitucional de la garantía del bien común y el derecho a la vida. La via del diálogo simplemente ha sido burlada por el Estado, incluso un día después de haber sostenido conversaciones entre representantes de las comunidades, organizaciones campesinas y mediadores de la Secretaría de Asuntos Agrarios -SAA-. La falta de voluntad política y el empecinado interés por favorecer a las élites económicas, garantizan el caldo de cultivo que provoca este tipo de acciones represivas, violentas y violatorias de los derechos humanos inalienables: derecho a la alimentación, vivienda y trabajo.

Debe sostenerse el principio económico, social y ético que establece que “el derecho a la propiedad privada no puede prevalecer sobre el derecho a la vida”, defendido por el Relator por el Derecho a la Alimentación en 2005. Fomentar la concentración de la tierra y la gran propiedad agraria ha traído, y seguirá trayendo consigo, el desplazamiento de comunidades completas, en protección de un presunto derecho de propiedad privada, que como se ve en este caso, es utilizado para pisotear el elemental derecho a la vida.

Al momento de redactar este comunicado, ya han sido destruidas las viviendas precarias donde habitaban las familias campesinas, han sido quemadas sus plantaciones de milpa, y pisoteados todos los derechos humanos elementales de los campesinos desalojados. Estas familias, originarias de éste Valle, fueron desplazadas por el ingenio Chabil Utzaj por presiones económicas y extraeconómicas sobre sus tierras, y empleadas precariamente por salarios de hambre algunos de sus miembros, mientras la finca funcionó. Posteriormente, los pocos comunitarios que fueron empleados, no recibieron el pago mínimo salarial, prestaciones, mucho menos alguna indemnización ante el despido de sus labores. De esa forma, las familias desplazadas por los intereses del ingenio Chabil Utzaj se reasentaron en la misma tierra que los vió nacer y crecer, para continuar con sus cultivos tradicionales y ancestrales: el maíz y frijol.

Hoy, el gabinete económico se mofa de poder “garantizar la seguridad alimentaria”, mientras en el interior del país, lejos de la mirada de la mayoría de guatemaltecos, se ejecuta un violento desalojo ¿de qué seguridad alimentaria se habla? Ante todas estas arbitrariedades:

EXIGIMOS
•Al Organismo Ejecutivo: detener toda acción de desalojo violento contra comunidades campesinas en extrema pobreza. Este tipo de proceder, sólo les garantiza hambruna y muerte.
•Al Organismo Judicial: privilegiar el derecho humano a la alimentación y la vida para las familias campesinas asentadas sin certeza jurídica sobre sus tierras. No prestarse a presiones de grupos económicos en detrimento de la sobrevivencia de cientos de guatemaltecos empobrecidos.
•A la Comunidad Internacional: divulgar, acompañar y exigir al Gobierno de Álvaro Colom el respeto irrestricto de la vida humana y los derechos humanos inalienables de las comunidades campesinas, reiterado en infinitas ocasiones por cada uno de los relatores del Sistema de las Naciones Unidas que han visitado el país, sin obtener eco alguno por las élites económicas y políticas nacionales.
•Al Procurador de los Derechos Humanos: interponer las acciones legales pertinentes para detener esta nueva ola de atropellos, que violan la vida y recrudecen los problemas sociales y económicos del país.
•A la Sociedad Civil: pronunciarse y ejercer todo tipo de presión política para evitar el uso de la violencia sistemática contra poblaciones rurales en extrema pobreza.
•A los Partidos Políticos: asumir su rol de interlocutores políticos de la población y plantear su postura respecto a estos atropellos históricos y sistemáticos, así como su posición frente al despojo de la tierra y todo factor productivo de las comunidades indígenas.

Colectivo de Estudios Rurales IXIM

Con Sangre de mi Pueblo; se “Irriga” la tierra de Bolívar

Por J. Manuel Arango C.

Director, Editor.
Red Independiente de Comunicación Alternativa CLARIN de Colombia

Ante la represión estatal contra el pueblo Colombiano, este se organiza y lucha ofrendando hasta su vida misma en defensa de la vida; ya que defenderla, es para el régimen sinónimo de “terrorismo”

Nunca antes en la historia de Colombia, se había sentido tanto el crimen para estatal, como el de la actualidad, superando con creces lo que me contaban mis ancestros respecto a la violencia fratricida en los años 50’s donde por lo menos el gobierno no se encubría en los tales “grupos criminales” sino que lo asumían liderando a los cachiporros que son los liberales o a la godarria mas recalcitrante conocidos como los “chulavitas,” según quien estuviera en el gobierno; habiendo sido mas “carniceros” estos últimos.

El mal llamado “frente nacional” fue la componenda política entre los partidos Liberal y Conservador, para perpetuarse en el poder, consistente en relevarse a cada elección el trono, y así dizque ponerle fin a la violencia donde los “chulavitas” y “cachiporros” de manera cruel, bárbara y mas semejante a las épocas de la barbarie hitleriana pero nunca se logró poner fin a esos odios inspirados por las elites partidistas, pues solo les asistía el apetito burocrático, de poder y sobre todo el apropiarse de cuanto estuviera a su alcance, imponiéndose los “chulavitas” sobre los “cachiporros” quienes para defenderse se alían con el Partido Comunista Colombiano, emprendiendo la resistencia armada contra la barbarie oficial; las que con los años, se autodenomin como Fuersas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC y mucho mas adelante le agregan “ep” (Ejercito del Pueblo, las mismas que en la primer quincena de febrero del 2011, entregan a cinco prisioneros de guerra, como gesto unilateral de paz; las mismas, que según los medios masivos, dieron cuenta de haberle propinado mas de 2.500 bajas a las fuerzas regulares del estado en el año 2010.

El paramilitarismo.

Haciendo la “contra revolución” antes de darse la revolución en Colombia, los sectores mas retrógrados de nuestro país, propician, organizan e impulsan, las facinerosas estructuras paramilitares, que hasta hace muy poco, el régimen acepto la expresión de paramilitares, pues siempre negaron la existencia de las mismas estructuras bien por “desconocimiento” o simplemente por su alto grado de vinculación con las mismas y que hoy el régimen bajo el cuento -que solo el se lo cree- de la “unidad Nacional” como aquello del “frente nacional”, dice que va a acabar, y es lo tenebroso, pues en un país donde existe aunque se niegue el delito de opinión; a quienes van a acabar no son otros que todos los defensores de derechos humanos, demócratas, progresistas y revolucionarios que persistan en la igualdad social; mas no a los criminales de los paramilitares, que ahora se autoproclaman “bandas emergentes” después de la falsa desmovilización.

La estela de sangre de inocentes a lo largo y ancho del país, es impresionantes y sobre todo la frialdad con que las AUC (Autodefensa Unidas de Colombia) -o sean los paramilitares-, la realizan sin el mas mínimo estupor o asomo de humanidad en sus conciencias ya que pareciera carecer de la misma, pues al momento de asesinar, solo les interesa la plata que por cada “cliente” les llega, siendo la misma expresión de “cliente” el termino mas degradante de la humanidad, pues se refieren a los muertos, que bien con motosierras descuartizan, o sencillamente asesinándoles lentamente y con armas que produzcan mucho dolor.

A finales del año 2010, se supo de la existencia de una fosa común con mas de dos mil quinientos cadáveres allí en la región de la Macarena al oriente del país, cosa que de inmediato el régimen salio a desmentirlo, incluso posterior a esa denuncia como “casualidad” aparece asesinada una de las denunciantes, similar a cuando en la década de los 80’s es asesinada, desaparecida o desterrada, la militancia de la Unión Patriótica, que acababa de emerger con una plataforma política de cambio capaz de oponerse mediante la lucha ideológica al régimen, por lo que en ella participa beligerantemente las FARC-ep, el PCC, la JUCO, CENAPROV Centrales Obreras, de Pensionados, estudiantiles y tantas Organizaciones progresistas en el país, implicando con ello la perdida de la personería Jurídica amparada en la baja votación, que no fue por indiferencia de nuestro pueblo no apoyándola, que a casi toda su militancia y simpatizantes se les asesino, continuando aun en la mas absoluta impunidad esos crímenes a manos de los famosos grupos para estatales como MAS -dicen que significaba, muerte a sindicalistas o a secuestradores-, GMC, -no se supo significado alguno-, JACOC –juventud anticomunista y de repeso el tal grupo “delgado” con Fredy Amador Rey el famoso “Monstruo de los Andes”.

Para entender el acontecer actual de Colombia, es necesario adentrarnos un poco con nuestra triste realidad, que incluso un poco antes de la perdida del canal de Panamá en el año 1.903, se putrefacta aun mas con la masacre de las bananeras en el año 1.928 donde son asesinadas entre 800 a 3000 huelguistas tanto por la United Fruit Company (hoy Chiquita Brands). como por el mismo estado que se pone al lado de las transnacionales antes que de su pueblo convirtiéndose en el preámbulo de cómo irian a ser tratadas las luchas populares en el futuro, mediante medidas represivas como el estado de sitio, consejos de guerra, toques de queda, -en el mejor de los casos-, o simplemente los asesinatos o, las cárceles para los dirigentes tanto nacionales como regionales.

Colombia, hoy arriba a los casi 45 millones de habitantes, mientras que en la época de la perdida del Canal de Panamá, no superaba los 4.3 millones, muy por debajo de la actual población de Bogota D.C. su capital.

Con esta “super población” –pues las mayores y mejores extensiones de tierras, están en muy pocas manos, obligando a la mayoría de mi pueblo a vivir y a subsistir, en las periferias o laderas y tierras infértiles del país, convirtiéndose en hacinamientos humanos, ya que el gamonal, el terrateniente, los paramilitares, confiscan lo mejor incluso hasta la mano de obra de quienes en la práctica pasan a ser sus esclavos, pues les trabajan, les entregan sus tierras, o se mueren.

La lucha Popular

Con la nueva forma de incrementar terrorismo, el régimen se blinda con expresiones y métodos fascistas, enmascarados de principios de “seguridad nacional” arreciando como e la época de los 50’s, una cacería de “brujas”, satanizando o estigmatizando toda expresión democrática, sobre todo a las de estirpe revolucionario, sindicando entonces a todo aquel que se atreva a disentir del régimen, como guerrillero, particularmente de las FARC-ep, como el caso de este humilde servidor, que por osar enfrentarle, tan solo del año 2.004 al 2.008, fui llevado tres veces tras de rejas, luego de feroces allanamientos y empapelamientos, sindicado de ser “comandante” guerrillero por el simple “delito” de opinar y escribir, para que mi querido Juan pueblo, sepa la verdad, y no esa verdad a

medias que la gran oligarquía y los enemigos de la paz, profesan a través de sus grandes y monopólicos medios de “comunicación”.

Así como a principios del siglo pasado mi querido pueblo se organizaba mediante la movilización y la lucha organizada, exigiendo abolición del esclavismo y la aculturizacion, al igual que el derecho a la tenencia de la tierra, hoy también a través de las grandes Mingas indígenas, las marchas Patrióticas y los Congresos de los pueblos, se exige un acuerdo humanitario y sin condiciones YA; el respeto a la libre organización, movilización y lucha, no a la entrega de la soberanía nacional; tal y como lo ideara nuestro libertador Simón Bolívar; por lo que nos queda es ir a la lucha callejera, a la barricada, al paro de la empresa y sobretodo ir a las barriadas a incrementar el grado de convicción en el pueblo para que hombro a hombro se luche como un solo hombre o una sola mujer, en conquista de nuestros derechos ya que estos no se mendigan, sino que se conquistan.

martes, 8 de marzo de 2011

CONTRA LA OPRESIÓN DE GÉNERO

Las causas de la opresión de género siguen vigentes.  El sistema patriarcal sigue imperando, al igual que el régimen de explotación y el sistema de opresión de clase y étnica, que en conjunto generan condiciones históricas que hacen de nuestra sociedad y Estado, profundamente inequitativos.

En esa perspectiva, un programa revolucionario no puede sino asumir con coherencia la búsqueda por sustiruir el capitalismo por un régimen radicalmente distinto, que para el Frente Popular sigue siendo el Socialismo.  Pero al mismo tiempo, la búsqueda por suprimir el sistema patriarcal que se reproduce en toda la sociedad, en hombres y mujeres, al interior de los distintos pueblos que conformamos la "nación" guatemalteca.

La lucha contra la opresión de género es de todas y todos.

Frente Popular
En el Día Internacional de la Mujer.

lunes, 7 de marzo de 2011

2010 - 2011, CAMBIO DE DÉCADA EN GUATEMALA

Víctor M. González Robles

2010, año que se recordará por el recrudecimiento de las necesidades no resueltas para la población guatemalteca mayoritaria. La inseguridad sobresalió, una vez más, como el problema más inmediato. Aunque eso sí…no fue el único. Igualmente, reinó el desempleo, el empleo mal remunerado, el aumento de la economía informal, el déficit en la cobertura de la seguridad social para la clase trabajadora, el incumplimiento contractual por la parte patronal, que en ocasiones despide empleados, para luego ofrecer recontratarles con menores salarios. Además, la ausencia de políticas tangibles en el agro, la vivienda popular, la niñez, la adolescencia y la tercera edad. El permanente aumento en el costo de vida, al extremo que el salario mínimo, tema de suma molestia para la clase empresarial tradicional, llegó a ser insuficiente para cubrir la canasta básica.

Así mismo inició el 2011, año de elecciones generales. Mientras el pueblo mayoritario vive, padece y carece, el sector político tradicional, los partidos políticos, están absortos en su muy particular prioridad: definir la estrategia a utilizar en el evento electoral que se avecina. Lo cual repercute en la parcial y poco evolucionada democracia formal del país, que no pasa de ser la institucionalización del cambio de partido que logra el poder político cada cuatro años, período durante el cual se conforman las redes de influencias y favores, contratos y comisiones millonarias, en beneficio de particulares, a expensas de comunidades. Restando atractivo y expectativa en las mayorías con derecho a voto. Las cuales han comprendido, cada vez mejor, que la democracia no es algo pétreo, eterno e inmutable. Todo lo contrario. Paulatinamente, esas mayorías con derecho a voto, han quitado representatividad y legitimidad a los partidos políticos, al punto de cancelarlos, aún hayan hecho gobierno previamente.

Eso sí, la gran clase empresarial tradicional, intenta permanecer incólume. Al primer atisbo de sentirse amenazada, presiona, condiciona, con tal de mantener sus réditos, aún éstos afecten a amplios sectores populares. Este año es de esperar más de lo mismo, discursos prometiendo resolver los problemas, promesas que van quedando en eso: ¡promesas!. Movimientos y traslados presupuestarios, para fines distintos al original, especulando y generando el denominado jineteo del dinero, en favor de muy particulares intereses. Además, la continuidad en la administración de la ya perdida guerra al narcotráfico. Actividad no legalizada, que genera enormes dividendos, tanto a sectores particulares o privados, como a sectores institucionales o públicos. Y que coadyuva en el dominio geoestratégico de los Estados Unidos en la región.

Es evidente que las interesadas e interesados en lograr o mantener el poder político, viven la angustia de cada cuatro años: inquietar a la ciudadanía para agenciarse sus votos. A pesar de ello, el pueblo va tomando conciencia que el modelo vigente de partido político no es fiel y legítimo representante de sus derechos, necesidades e intereses. El concepto del comité cívico, va tomando forma en su imaginario político, todo de la manera más espontánea y comunitaria, lo cual genera sólida legitimidad y representatividad a dicha opción participativa.

viernes, 4 de marzo de 2011

EL IMPERIO AL ACECHO DE LIBIA

Nuestro apoyo al pueblo libio y nuestro rechazo a la política imperialista de Estados Unidos y la Unión Europea

Sin conocimiento de la diversidad cultural que articula en tribus a la sociedad libia, creemos necesario considerar que en general, son cuatro fuerzas las que actualmente están implementando estrategias políticas y militares en torno al conflicto libio.

La primera de ellas está conformada por importantes tribus y segmentos de población libia que sienten estar viviendo en un régimen dictatorial y que parecieran avanzar en la conformación de una articulación política y militar de oposición al régimen de Muammar Al Gaddafi. Por la información alternativa a la cual hemos accedido, esa fuerza es heterogénea, carácter que hace que ahí se concentren desde expresiones profundamente democráticas que genuinamente se están planteando luchar por un régimen democrático, hasta expresiones con pretensiones de control de las grades riquezas –especialmente petroleras— y que están ligadas a redes vinculadas a los intereses imperiales.

La segunda fuerza está integrada por expresiones ligadas al proceso encabezado por Muammar Al Gaddafi, la cual representa a un régimen desgastado, que ha pasado de ser una expresión revolucionaria y antiimperialista, a ser una de carácter conservadora y conciliadora con fuerzas imperiales interesadas en controlar esa región del mundo. Un régimen que no obstante haber logrado que Libia sea el país del África con el mayor nivel de vida, adolece hoy de la legitimidad y hegemonía para sostenerse en el poder.

Ambas fuerzas están, para este momento, en un enfrentamiento político militar que pareciera convertirse en guerra civil de consecuencias insospechadas, aunque con posiciones contrarias a la intervención militar extranjera, al menos discursivamente.

Una tercera fuerza es la Liga de Estados Árabe (22 miembros), en situación endeble por las rebeliones contra varios de los regímenes autocráticos y represivos que la integran. Dicha Liga ha manifestado su oposición a cualquier intervención externa, especialmente tratándose de las pretensiones de Estados Unidos y la OTAN, aunque esta decisión no necesariamente se sostendrá, siendo lo endebles y sumisos que resultan ser algunos gobiernos de los Estados miembros.

La cuarta fuerza está constituida por Estados Unidos y la Unión Europea, quienes están perdiendo hegemonía en esa región producto la impugnación desde rebeliones populares que padecen los regímenes que han sido tradicionalmente serviles a sus intereses. Sin embargo, como parte de su estrategia se han ubicado discursivamente favorables a dichas rebeliones, tratando de lograr la influencia y control geoestratégico del territorio y los recursos que, como el petróleo, tienen un valor fundamental en sus intentos por mantener el dominio global. Al mismo tiempo, está aprovechando la coyuntura para tratar de desestabilizar a regímenes desafectos, como el iraní, país persa sobre al cual han pretendido doblegar.

Esta fuerza, que sintetiza el colonialismo ejercido por los imperios estadounidense, inglés y francés –principalmente- en dicha región, ha desarrollado para el caso particular de Libia, una estrategia que incluye: a) Desinformación mediática, que hasta el momento carece de registros como los que si hubo con el ataque israelí contra el pueblo palestino ; b) Búsqueda porque el Consejo de Seguridad de la ONU decida una intervención militar –hasta ahora fracasada ante el rechazo de la Federación Rusa y China, que ha provocado que no presenten la moción endicho Consejo--; c) Promoción de la expulsión de Libia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, algo que ha sido logrado; ch) Movilización de su peón, el Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, para ser un gestor eficiente de la política injerencista y de invasión que pretenden; d) Ha logrado que sus países aliados acuerpen a ciegas su política; e) Ha lanzado amenazas de intervención militar, haciendo avanzar sus fuerzas de su marina las cuales ha posicionado en el Mar Mediterráneo y frente al país libio; f) Ha trasladado enorme financiamiento a la oposición, para avanzar en la desestabilización; g) Ha reunido a sus ministros de energía para acordar la repartición del botín al darse la invasión y ocupación, h) Ha congelado supuestos depósitos de Muammar Al Gaddafi y sus allegados en bancos europeos; i) Ha impuesto sanciones de carácter económico y financiero.

En síntesis, está avanzando hacia una intervención militar, la cual sin lugar a dudas generará que el conflicto político militar que inicia, se instale por largos años --como en Irak y Afganistán—y tenga como consecuencia millares de muertes, torturas, desplazamiento, etc.

La opción militar, de invasión y ocupación imperialista, devendría en una guerra civil de mediana o larga duración, en una presencia militar y saqueo por parte de los imperios interesados en apropiarse del petróleo y demás riquezas libias, en el posicionamiento fuerzas militares imperiales que consolidarían su control del continente africano como nueva región de interés para continuar la acumulación capitalista por desposesión, y en la concreción de una avanzada hacia la ocupación posterior de Iran.

Como alternativa a la opción militarista e imperialista, han surgido propuestas alternativas como la lanzada por el Presidente de la Republica Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, orientada a buscar una solución negociada del conflicto, sin intervención injerencista, la cual ha sido secundada y hoy se encuentra en estudio por parte de la Liga Árabe.

En este marco, como Frente Popular, desde Guatemala, hacemos pública nuestra posición, la cual se sintetiza en:


1. Nuestro pronunciamiento contra la guerra y por la PAZ como alternativa humanista.

2. Nuestro apoyo al pueblo libio y sus aspiraciones de libertad, igualdad y soberanía.

3. Nuestra condena a la política injerencista que Estados Unidos y la Unión Europea han venido implementando, con el objeto de apoderarse del petróleo, agudizando las condiciones que impiden una solución favorable y política a las demandas del pueblo libio.

4. Nuestro apoyo a una solución negociada del conflicto, que permita, con soberanía, que las fuerzas en disputa acuerden un régimen que de respuesta a las demandas populares y democráticas, así como al mantenimiento de la independencia de dicho país hermano.


FRENTE POPULAR
Soberanía, Dignidad y Solidaridad
¡VAMOS PATRIA, LA LUCHA CONTINÚA!

Guatemala, 4 de marzo de 2011.

LA GUERRA INEVITABLE DE LA OTAN

Por Fidel Castro Rus
Cubadebate

A diferencia de lo que ocurre en Egipto y Túnez, Libia ocupa el primer lugar en el Índice de Desarrollo Humano de África y tiene la más alta esperanza de vida del Continente. La educación y la salud reciben especial atención del Estado. El nivel cultural de su población es sin dudas más alto. Sus problemas son de otro carácter. La población no carecía de alimentos y servicios sociales indispensables. El país requería abundante fuerza de trabajo extranjera para llevar a cabo ambiciosos planes de producción y desarrollo social.

Por ello suministraba empleo a cientos de miles de trabajadores egipcios, tunecinos, chinos y de otras nacionalidades. Disponía de enormes ingresos y reservas en divisas convertibles depositadas en los bancos de los países ricos, con las cuales adquirían bienes de consumo e incluso, armas sofisticadas que precisamente le suministraban los mismos países que hoy quieren invadirla en nombre de los derechos humanos.

La colosal campaña de mentiras, desatada por los medios masivos de información, dio lugar a una gran confusión en la opinión pública mundial. Pasará tiempo antes de que pueda reconstruirse lo que realmente ha ocurrido en Libia, y separar los hechos reales de los falsos que se han divulgado.

Emisoras serias y prestigiosas, como Telesur, se veían obligadas a enviar reporteros y camarógrafos a las actividades de un grupo y a las del lado opuesto, para informar lo que realmente ocurría.

Las comunicaciones estaban bloqueadas, los funcionarios diplomáticos honestos se jugaban la vida recorriendo barrios y observando actividades, de día o de noche, para informar lo que estaba ocurriendo. El imperio y sus principales aliados emplearon los medios más sofisticados para divulgar informaciones deformadas sobre los acontecimientos, entre las cuales había que inferir los rasgos de la verdad.

Sin duda alguna, los rostros de los jóvenes que protestaban en Bengasi, hombres, y mujeres con velo o sin velo, expresaban indignación real.

Se puede apreciar la influencia que todavía ejerce el componente tribal en ese país árabe, a pesar de la fe musulmana que comparte sinceramente el 95% de su población.

El imperialismo y la OTAN ─seriamente preocupados por la ola revolucionaria desatada en el mundo árabe, donde se genera gran parte del petróleo que sostiene la economía de consumo de los países desarrollados y ricos─ no podían dejar de aprovechar el conflicto interno surgido en Libia para promover la intervención militar. Las declaraciones formuladas por la administración de Estados Unidos desde el primer instante fueron categóricas en ese sentido.

Las circunstancias no podían ser más propicias. En las elecciones de noviembre la derecha republicana propinó un golpe contundente al Presidente Obama, experto en retórica.

El grupo fascista de “misión cumplida”, apoyado ahora ideológicamente por los extremistas del Tea Party, redujo las posibilidades del actual Presidente a un papel meramente decorativo, en el que peligraba incluso su programa de salud y la dudosa recuperación de la economía, a causa del déficit presupuestario y el incontrolable crecimiento de la deuda pública, que batían ya todos los records históricos.

Pese al diluvio de mentiras y la confusión creada, Estados Unidos no pudo arrastrar a China y la Federación Rusa a la aprobación por el Consejo de Seguridad de una intervención militar en Libia, aunque logró en cambio obtener, en el Consejo de Derechos Humanos, la aprobación de los objetivos que buscaba en ese momento. Con relación a una intervención militar, la Secretaria de Estado declaró con palabras que no admiten la menor duda: “ninguna opción está descartada”.

El hecho real es que Libia está ya envuelta en una guerra civil, como habíamos previsto, y nada pudo hacer Naciones Unidas para evitarlo, excepto que su propio Secretario General regara una buena dosis de combustible en el fuego.

El problema que tal vez no imaginaban los actores es que los propios líderes de la rebelión irrumpieran en el complicado tema declarando que rechazaban toda intervención militar extranjera.

Diversas agencias de noticias informaron que Abdelhafiz Ghoga, portavoz del Comité de la Revolución declaró el lunes 28 que “‘El resto de Libia será liberado por el pueblo libio’”.

“Contamos con el ejército para liberar Trípoli’ aseguró Ghoga durante el anuncio de la formación de un ‘Consejo Nacional’ para representar a las ciudades del país en manos de la insurrección.”

“‘Lo que queremos es informaciones de inteligencia, pero en ningún caso que se afecte nuestra soberanía aérea, terrestre o marítima’, agregó, durante un encuentro con periodistas en esta ciudad situada 1.000 km al este de Trípoli.”

“La intransigencia de los responsables de la oposición sobre la soberanía nacional reflejaba la opinión manifestada en forma espontánea por muchos ciudadanos libios a la prensa internacional en Bengasi”, informó un despacho de la agencia AFP el pasado lunes.

Ese mismo día, una profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Bengasi, Abeir Imneina, declaró:

“Hay un sentimiento nacional muy fuerte en Libia.”

“‘Además, el ejemplo de Irak da miedo al conjunto del mundo árabe’, subraya, en referencia a la invasión norteamericana de 2003 que debía llevar la democracia a ese país y luego, por contagio, al conjunto de la región, una hipótesis totalmente desmentida por los hechos.”

Prosigue la profesora:

“‘Sabemos lo que pasó en Irak, es que se encuentra en plena inestabilidad, y verdaderamente no deseamos seguir el mismo camino. No queremos que los norteamericanos vengan para tener que terminar lamentando a Gadafi’, continuó esta experta.”

“Pero según Abeir Imneina, ‘también existe el sentimiento de que es nuestra revolución, y que nos corresponde a nosotros hacerla’.”

A las pocas horas de publicarse este despacho, dos de los principales órganos de prensa de Estados Unidos, The New York Times y The Washington Post, se apresuraron en ofrecer nuevas versiones sobre el tema, de lo cual informa la agencia DPA al día siguiente 1º de marzo: “La oposición libia podría solicitar que Occidente bombardee desde el aire posiciones estratégicas de las fuerzas fieles al presidente Muamar al Gadafi, informa hoy la prensa estadounidense.”

“El tema está siendo discutido dentro del Consejo Revolucionario libio, precisan ‘The New York Times’ y ‘The Washington Post’ en sus versiones online.”

“‘The New York Times’ acota que estas discusiones ponen de manifiesto la creciente frustración de los líderes rebeldes ante la posibilidad de que Gadafi retome el poder”.

“En el caso de que las acciones aéreas se realicen en el marco de las Naciones Unidas, éstas no implicarían intervención internacional, explicó el portavoz del consejo, citado por ‘The New York Times’.”

“El consejo está conformado por abogados, académicos, jueces y prominentes miembros de la sociedad Libia.”

Afirma el despacho:

“‘The Washington Post’ citó a rebeldes reconociendo que, sin el apoyo de Occidente, los combates con las fuerzas leales a Gadafi podrían durar mucho y costar gran cantidad de vidas humanas.”

Llama la atención que en esa relación no se mencione un solo obrero, campesino, constructor, alguien relacionado con la producción material o a un joven estudiante o combatiente de los que aparecen en las manifestaciones. ¿Por qué el empeño en presentar a los rebeldes como miembros prominentes de la sociedad reclamando bombardeos de Estados Unidos y la OTAN para matar libios?

Algún día se conocerá la verdad, a través de personas como la profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Bengasi, que con tanta elocuencia narra la terrible experiencia que mató, destruyó los hogares, dejó sin empleo o hizo emigrar a millones de personas en Iraq.

Hoy miércoles dos de marzo, la Agencia EFE presenta al conocido vocero rebelde haciendo declaraciones que, a mi juicio, afirman y a la vez contradicen las del lunes: “Bengasi (Libia), 2 de marzo. La dirección rebelde libia pidió hoy al Consejo de Seguridad de la ONU que lance un ataque aéreo ‘contra los mercenarios’ del régimen de Muamar el Gadafi.”

“‘Nuestro Ejército no puede lanzar ataques contra los mercenarios, por su papel defensivo’, afirmó el portavoz rebelde Abdelhafiz Ghoga en una conferencia de prensa en Bengasi.”

“‘Es diferente un ataque aéreo estratégico que una intervención extranjera, que rechazamos’, recalcó el portavoz de las fuerzas de oposición, que en todo momento se han mostrado en contra de una intervención militar extranjera en el conflicto libio”.

¿A cuál de las muchas guerras imperialistas se parecería esta?

¿La de España en 1936, la de Mussolini contra Etiopía en 1935, la de George W. Bush contra Iraq en el año 2003 o a cualquiera de las decenas de guerras promovidas por Estados Unidos contra los pueblos de América, desde la invasión de México en 1846, hasta la de Las Malvinas en 1982?

Sin excluir, desde luego, la invasión mercenaria de Girón, la guerra sucia y el bloqueo a nuestra Patria a lo largo de 50 años, que se cumplirán el próximo 16 de abril.

En todas esas guerras, como la de Vietnam que costó millones de vidas, imperaron las justificaciones y las medidas más cínicas.

Para los que alberguen alguna duda, sobre la inevitable intervención militar que se producirá en Libia, la agencia de noticias AP, a la que considero bien informada, encabezó un cable publicado hoy, en el que se afirma: “Los países de la Organización del Tratado del Atlántico (OTAN) elaboran un plan de contingencia tomando como modelo las zonas de exclusión de vuelos establecidas sobre los Balcanes en la década de 1990, en caso de que la comunidad internacional decida imponer un embargo aéreo sobre Libia, dijeron diplomáticos”.

Más adelante concluye: “Los funcionarios, que no podían dar sus nombres debido a lo delicado del asunto, indicaron que las opciones que se observan tienen punto de partida en la zona de exclusión de vuelos que impuso la alianza militar occidental sobre Bosnia en 1993 que contó con el mandato del Consejo de Seguridad, y en los bombardeos de la OTAN por Kosovo en 1999, QUE NO LO TUVO”.

Marzo 2 de 2011
8 y 19 p.m.

(Segunda parte)

Cuando Gaddafi, coronel del ejército libio, inspirado en su colega egipcio Abdel Nasser, derrocó al Rey Idris I en 1969 con solo 27 años de edad, aplicó importantes medidas revolucionarias como la reforma agraria y la nacionalización del petróleo. Los crecientes ingresos fueron dedicados al desarrollo económico y social, particularmente a los servicios educacionales y de salud de la reducida población libia, ubicada en un inmenso territorio desértico con muy poca tierra cultivable.

Bajo aquel desierto existía un extenso y profundo mar de aguas fósiles. Tuve la impresión, cuando conocí un área experimental de cultivos, que aquellas aguas, en un futuro, serían más valiosas que el petróleo.

La fe religiosa, predicada con el fervor que caracteriza a los pueblos musulmanes, ayudaba en parte a compensar la fuerte tendencia tribal que todavía subsiste en ese país árabe.

Los revolucionarios libios elaboraron y aplicaron sus propias ideas respecto a las instituciones legales y políticas, que Cuba, como norma, respetó.

Nos abstuvimos por completo de emitir opiniones sobre las concepciones de la dirección libia.

Vemos con claridad que la preocupación fundamental de Estados Unidos y la OTAN no es Libia, sino la ola revolucionaria desatada en el mundo árabe que desean impedir a cualquier precio.

Es un hecho irrebatible que las relaciones entre Estados Unidos y sus aliados de la OTAN con Libia en los últimos años eran excelentes, antes de que surgiera la rebelión en Egipto y en Túnez.

En los encuentros de alto nivel entre Libia y los dirigentes de la OTAN ninguno de estos tenía problemas con Gaddafi. El país era una fuente segura de abastecimiento de petróleo de alta calidad, gas e incluso potasio. Los problemas surgidos entre ellos durante las primeras décadas habían sido superados.

Se abrieron a la inversión extranjera sectores estratégicos como la producción y distribución del petróleo.

La privatización alcanzó a muchas empresas públicas. El Fondo Monetario Internacional ejerció su beatífico papel en la instrumentación de dichas operaciones.

Como es lógico, Aznar se deshizo en elogios a Gaddafi y tras él Blair, Berlusconi, Sarkozy, Zapatero, y hasta mi amigo el Rey de España, desfilaron ante la burlona mirada del líder libio. Estaban felices.

Aunque pareciera que me burlo no es así; me pregunto simplemente por qué quieren ahora invadir Libia y llevar a Gaddafi a la Corte Penal Internacional en La Haya.

Lo acusan durante las 24 horas del día de disparar contra ciudadanos desarmados que protestaban. ¿Por qué no explican al mundo que las armas y sobre todo los equipos sofisticados de represión que posee Libia fueron suministrados por Estados Unidos, Gran Bretaña y otros ilustres anfitriones de Gaddafi?

Me opongo al cinismo y a las mentiras con que ahora se quiere justificar la invasión y ocupación de Libia.

La última vez que visité a Gaddafi fue en mayo de 2001, 15 años después de que Reagan atacó su residencia bastante modesta, donde me llevó para ver cómo había quedado. Recibió un impacto directo de la aviación y estaba considerablemente destruida; su pequeña hija de tres años murió en el ataque: fue asesinada por Ronald Reagan. No hubo acuerdo previo de la OTAN, el Consejo de Derechos Humanos, ni el Consejo de Seguridad.

Mi visita anterior había tenido lugar en 1977, ocho años después del inicio del proceso revolucionario en Libia. Visité Trípoli; participé en el Congreso del Pueblo libio, en Sebha; recorrí los primeros experimentos agrícolas con las aguas extraídas del inmenso mar de aguas fósiles; conocí Bengasi, fui objeto de un cálido recibimiento. Se trataba de un país legendario que había sido escenario de históricos combates en la última guerra mundial. Aún no tenía seis millones de habitantes, ni se conocía su enorme volumen de petróleo ligero y agua fósil. Ya las antiguas colonias portuguesas de África se habían liberado.

En Angola habíamos luchado durante 15 años contra las bandas mercenarias organizadas por Estados Unidos sobre bases tribales, el gobierno de Mobutu, y el bien equipado y entrenado ejército racista del apartheid. Éste, siguiendo instrucciones de Estados Unidos, como hoy se conoce, invadió Angola para impedir su independencia en 1975, llegando con sus fuerzas motorizadas a las inmediaciones de Luanda. Varios constructores cubanos murieron en aquella brutal invasión. Con toda urgencia se enviaron recursos.

Expulsados de ese país por las tropas internacionalistas cubanas y angolanas hasta la frontera con Namibia ocupada por Sudáfrica, durante 13 años los racistas recibieron la misión de liquidar el proceso revolucionario en Angola.

Con el apoyo de Estados Unidos e Israel desarrollaron el arma nuclear. Poseían ya ese armamento cuando las tropas cubanas y angolanas derrotaron en Cuito Cuanavale sus fuerzas terrestres y aéreas, y desafiando el riesgo, empleando las tácticas y medios convencionales, avanzaron hacia la frontera de Namibia, donde las tropas del apartheid pretendían resistir. Dos veces en su historia nuestras fuerzas han estado bajo el riesgo de ser atacadas por ese tipo de armas: en octubre de 1962 y en el Sur de Angola, pero en esa segunda ocasión, ni siquiera utilizando las que poseía Sudáfrica habrían podido impedir la derrota que marcó el fin del odioso sistema. Los hechos ocurrieron bajo el gobierno de Ronald Reagan en Estados Unidos y Pieter Botha en Sudáfrica.

De eso, y de los cientos de miles de vidas que costó la aventura imperialista, no se habla.

Lamento tener que recordar estos hechos cuando otro gran riesgo se cierne sobre los pueblos árabes, porque no se resignan a seguir siendo víctimas del saqueo y la opresión.

La Revolución en el mundo árabe, que tanto temen Estados Unidos y la OTAN, es la de los que carecen de todos los derechos frente a los que ostentan todos los privilegios, llamada, por tanto, a ser más profunda que la que en 1789 se desató en Europa con la toma de la Bastilla.

Ni siquiera Luis XIV, cuando proclamó que el Estado era él, poseía los privilegios del Rey Abdulá de Arabia Saudita, y mucho menos la inmensa riqueza que yace bajo la superficie de ese casi desértico país, donde las transnacionales yankis determinan la sustracción y, por tanto, el precio del petróleo en el mundo.

A partir de la crisis en Libia, la extracción en Arabia Saudita se elevó en un millón de barriles diarios, a un costo mínimo y, en consecuencia, por ese solo concepto los ingresos de ese país y quienes lo controlan se elevan a mil millones de dólares diarios.

Nadie imagine, sin embargo, que el pueblo saudita nada en dinero. Son conmovedores los relatos de las condiciones de vida de muchos trabajadores de la construcción y otros sectores, que se ven obligados a trabajar 13 y 14 horas con salarios miserables.

Asustados por la ola revolucionaria que sacude el sistema de saqueo prevaleciente, después de lo ocurrido con los trabajadores de Egipto y Túnez, pero también por los jóvenes sin empleo en Jordania, los territorios ocupados de Palestina, Yemen, e incluso Bahrein y los Emiratos Árabes con ingresos más elevados, la alta jerarquía saudita está bajo el impacto de los acontecimientos.

A diferencia de otros tiempos, hoy los pueblos árabes reciben información casi instantánea de los sucesos, aunque extraordinariamente manipulada.

Lo peor para el estatus quo de los sectores privilegiados es que los porfiados hechos están coincidiendo con un considerable incremento de los precios de los alimentos y el impacto demoledor de los cambios climáticos, mientras Estados Unidos, el mayor productor de maíz del mundo, gasta el 40 por ciento de ese producto subsidiado y una parte importante de la soya en producir biocombustible para alimentar los automóviles. Seguramente Lester Brown, el ecologista norteamericano mejor informado del mundo sobre productos agrícolas, nos pueda ofrecer una idea de la actual situación alimentaria.

El presidente bolivariano, Hugo Chávez, realiza un valiente esfuerzo por buscar una solución sin la intervención de la OTAN en Libia. Sus posibilidades de alcanzar el objetivo se incrementarían si lograra la proeza de crear un amplio movimiento de opinión antes y no después que se produzca la intervención, y los pueblos no vean repetirse en otros países la atroz experiencia de Iraq.

Final de la Reflexión.

Marzo 3 de 2011
10 y 32 p.m.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Libia: Medios occidentales estarían mintiendo para legitimar una intervención extranjera

En las primeras veinticuatro horas de su llegada a Tripoli el periodista de Il Manifesto, Maurizio Matteuzzi, comprobaba que muchos de los acontecimientos difundidos por los medios occidentales -y también por árabes como Al Jazeera y Al Arabiya-, no se correspondían con la verdad.
En una nota difundida por las agencias de notícias occidentales se dijo al mundo que Muammar Al Gaddafi había bombardeado a civiles en Tripoli, dejando un saldo de 250 muertos.
“Anoche la situación en esa ciudad era de máxima tensión con cadáveres tirados en las calles y continuos disparos que se oyen en varios barrios de la ciudad, entre ellos de proyectiles de artillería pesada, según constató EFE”.
Según relata el periodista del diario italiano, Bargawi Badri, un ginecólogo libio residente en Tripoli con familia en Italia, recibió ese día una llamada de sus parientes alarmados que estaban escuchando en las noticias que se había producido un bombardeo en el barrio de Fascilum, de Tripoli. Badri, extrañado, les negó esos hechos y les dijo que se encontraba tranquilamente tomando una copa en un café de la zona.
Otra “primicia” de las agencias y los medios occidentales fueron las fosas comunes, cuyas fotos han dado la vuelta al mundo en la portada de (casi) todos los periódicos. 
Mateuzzi se acercó a Tadjoura, suburbio de Trípoli donde supuestamente se encontraba dicha fosa común. La sorpresa fue que no encontró nada. En realidad había un cementerio tradicional donde se realizaba el trabajo habitual y disponía de lápidas normales.
La tercera gran primicia apareció también en las páginas de muchos periódicos: ”Los rebeldes han conquistado el aeropuerto militar de mitigar”.
El periodista italiano viajó hasta la zona. El aeropuerto estaba tranquilo y vigilado por guardias. No había rastro de los rebeldes.
 Otras mentiras sobre la situación en Libia
Hace una semana, el Ministro de Exteriores británico, William Hague, declaró ante la prensa en Bruselas que Gaddafi se encontraba exiliado en Venezuela. Estas declaraciones fueron publicadas, sin contrastar y confirmar su veracidad, en multitud de medios de comunicación de todo el mundo.
Tanto el canciller venezolano Nicolás Maduro como el propio Gaddafi, a través de tv desde la capital, Tripoli, desmintieron ese rumor.
Hague dijo haber recibido esta información de “contactos que están en el terreno”. El Gobierno venezolano tachó de irresponsables los comentarios del Ministro, que todavía no ha pedido disculpa alguna por los hechos.
Por su parte, la agencia española de notícias EFE, vertió una información que decía que ”en Trípoli aumentan los rumores de que Gaddafi y todos sus hijos han huido del país, e incluso otros sobre la muerte de uno de los principales consejeros y mano derecha del líder libio”. Esta información resultó ser falsa también.
Los medios de comunicación Al Arabiya y MBC fueron más allá y dieron por muerto a Gaddafi. Pasadas unas horas el propio líder libio apareció en televisión, en la Plaza Verde de Trípoli, en la capital, hablándole a sus seguidores, hecho que desmintió dicha hipótesis.
Maurizio Matteuzzi pudo comprobar sobre el terreno que no existían las fosas comunes en Tadjoura, que no era cierto que el distrito de Fascilum y otros distritos de la capital hubieran sido bombardeados. Tampoco era cierto que el aeropuerto de Mitiga hubiera sido tomado por los rebeldes. Ni que Gaddafi se había exiliado en Venezuela o que había muerto.
Según el ejército ruso, la aviación libia jamás habría lanzado ningún tipo de ataque aéreo contra su propia población, tal y como vienen repitiendo los medios de comunicación occidentales. El ejército ruso ha monitoreado vía satélite los disturbios de Libia, desde el principio, y no ha visto nada de eso, según informan los altos mandos militares.
 Legitimar una intervención extranjera
Ante tantas mentiras el periodista denunció la existencia de una campaña de desinformación que tiene como objetivo impactar en la opinión pública internacional para legitimar una posible intervención militar de la OTAN.
Este mismo lunes, Estados Unidos posicionó sus barcos y portaaviones en el Mar Mediterráneo en torno a Libia. El portavoz del Pentágono, David Lapan, reconoció que “actuarían si es necesario”.
Mientras, la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, advirtió que “todas las opciones están sobre la mesa para derrocar a Gaddafi”.

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