martes, 28 de mayo de 2019

Thelma Cabrera, una candidatura a contracorriente


Por Antonio Castillo

En un país donde predomina el clasismo, el racismo y el machismo, la candidatura de una mujer campesina y maya como la de Thelma Cabrera, del Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP), es convertida en el foco de agresión por quienes reproducen este tipo de pensamiento y prácticas deleznables. Esto se expresa en múltiples espacios y redes sociales, religiosas, políticas y académicas en las cuales se desnuda la ideología dominante.

En particular, contra dicha candidatura y organización política, viene pesando la campaña millonaria de carácter mediático, político y de persecución judicial que empresas en específico, el sector empresarial organizado, el conjunto de partidos políticos de derecha y sucesivos gobiernos pro-empresariales, han venido implementando contra el Comité de Desarrollo Campesino (Codeca) y sus dirigentes. Esta campaña se explica por la confrontación que esta organización campesina despliega frente a los intereses de poderosos sectores con ansias de apropiación de bienes comunes, que realizan cobros excesivos en materia de energía eléctrica, artífices de múltiples privatizaciones e impulsares de políticas para beneficio propio.

Con su participación el MLP ha roto con un conjunto de esquemas de participación electoral. Contrario a lo que sugeriría algún experto en marketing político, esta organización política ha decidido lanzar a Thelma Cabrera como propuesta presidencial. Una mujer maya-mam como ella,  de entrada contradice los estereotipos que la hegemonía dominante impone para un aspirante a la presidencia: urbano, empresario, profesional, vestido de marca, de aceptable manejo del castellano como idea de “buen hablar”, sinónimo de blancura y belleza occidental, y mejor si es hombre o, en su “defecto”, que refleje los valores y prácticas patriarcales.

Su candidatura presidencial, además, es la voz para irradiar un conjunto de propuestas que atentan contra el poder económico, social y político imperante. Entre otras medidas plantea la nacionalización de las empresas privatizadas, la recuperación de los bienes y servicios del Estado y políticas que garanticen los derechos individuales y colectivos a la educación, salud, vivienda, de los pueblos indígenas, los trabajadores y las mujeres. También propone el apoyo a pequeños agricultores y a agricultores de subsistencia, lo que incluiría dotación de tierra en usufructo, financiamiento, insumos y asistencia técnica; el apoyo a pequeños y medianos empresarios a partir de garantías de crédito y facilidades tributarias. Como corolario, plantea llevar a la práctica el combate a la corrupción y los privilegios, entre los cuales sitúa la disminución sustancial del salario de los altos funcionarios públicos –incluido el suyo- y la supresión del antejuicio.

Estratégicamente propone la integración de una Asamblea Nacional Constituyente Plurinacional y Popular, como momento fundamental para la constitución de un Estado Plurinacional y Popular donde estén incluidos sujetos colectivos históricamente marginados.

Lo anterior hace que la propuesta del MLP haya sido vedada por medios de difusión masiva, tales como el monopolio de televisión abierta en manos extranjeras, radiodifusoras propiedad de políticos perseguidos por actos de corrupción y otros medios conservadores que, cuando la incluyen, lo hacen de forma marginal y tergiversada. En su mayoría son medios que operan los lineamientos de ocultamiento y ataque a una propuesta venida desde los marginados de tez morena, de origen rural y campesino, criminalizados y judicializados por su enfrentamiento a un sistema económico, político y social que los ignora y reprime.

Con sus propuestas y en este contexto adverso, el MLP desarrolla una campaña con los escasos recursos de sus militantes, comunidades y organizaciones sociales de apoyo. Su fortaleza está dada en su capacidad organizativa y su larga experiencia de lucha social, la cual es reflejada por su candidata presidencial y la mayoría de sus propuestas a diputaciones y alcaldías.

Así las cosas, el MLP y Thelma Cabrera constituyen una propuesta contracorriente. Expresa una política radicalmente distinta a la que despliegan la mayoría de partidos políticos, afincados en la corrupción, el clientelismo, así como en la gestión de intereses empresariales, de grupos de crimen organizado y de políticos rentistas. Es una candidatura refrendada por comunidades rurales, campesinas, indígenas y mestizas, con lo cual adquiere un carácter contra hegemónico, contracorriente de las relaciones de poder históricamente construidas que, materializadas en el Estado nación, reproducen las miserias, las opresiones sociales y la degradación ambiental.

Estas son parte de las razones por las cuales, como Frente Popular, decidimos apoyar las propuestas del MLP para las elecciones de 2019. Es por estas razones que llamamos a votar por el MLP y su digna candidata presidencial, Thelma Cabrera.


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