miércoles, 9 de febrero de 2011

Nos solidarizamos con el pueblo egipcio

Por Carlos Maldonado

El diálogo no satisfizo a los manifestantes en Egipto. El pueblo percibió en ello una maniobra dilatoria y trapera de las potencias, especialmente de Estados Unidos que deseaba con ello mantener su control sobre esa nación proponiendo tibias reformas, pero parece que la jugada no le salió como deseaba.


Lo que los pueblos proponen es un cambio radical que les proporcione un mejor nivel, dignidad y desarrollo, pero eso, sin duda choca con los intereses de los gobernantes de este mundo que ven en ello una disminución de la tasa media de su ganancia global.

Poco a poco los pueblos van comprendiendo que las revoluciones solo podrán construirse cuando alcancen la independencia económica y política, pero no reproduciendo el capitalismo que es volver a caer en las manos de los dueños planetarios, sino un sistema donde el acceso a la propiedad sea para todos por igual. Solo siendo propietario, dueño de algo, por pequeño que sea el ser humano se realiza, pues partiendo de ese eje de vida fundamental sus demás actividades podrán desenvolverse sin estar bajo la sombra de la escasez, el apremio por la consecución de techo y las carreras por la competencia laboral que redunda en la angustia por hacerse viejo e inútil, o miserable, las cuales desembocan en la mendicidad o la delincuencia. Construcciones propias de este estado de cosas que nos han impuesto a millones alrededor del mundo y que avanzan a ritmo que en el otro lado se acumula sin razón alguna.

Guatemala, en la frontera entre México y Centroamérica, padece en este momento la asfixia del Norte revuelto y cruel, sin embargo, esa contradicción crea su propia solución que al igual que los pueblos del Maghreb y los de Medio Oriente, quien nadie imaginaba fueran a desembarazarse de sus tiránicos apéndices del Imperio, han dado el salto al futuro. Por eso digo que en Guatemala , por el momento no se ha podido. Aunque seamos uno de los últimos países en liberarse, lo lograremos. Por el momento no se ha logrado. Por el momento.

Mientras tanto, nos congratulamos y solidarizamos con la lucha del pueblo egipcio que esperamos no sea la única que se dé en la región.

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