viernes, 25 de febrero de 2011

Libia, la llave de la guerra

Pareciera que la estrategia del Imperialismo, liderado por Estados Unidos de América, es la que se está llevando a cabo en Libia. Esa que, aprovechando las revueltas en Egipto que terminaron con el mandato de Hosni Mubarak, crea escenarios similares, pagando a mercenarios y adolescentes aventureros que sumado a errores del ejército libio, han caído en la trampa de los francotiradores costeados por las potencias para, en ese revoltijo, culpar a Gadaffi de la matanza.


Para inclinar la balanza a ese fin, los medios, la otra herramienta del Imperio para consumar el derrocamiento del legendario líder, han elaborado el mismo libreto que sirvió para partir a la exYugoslavia de Milosevic. El mismo que querían utilizar en Venezuela cuando los francotiradores pagados de la “derecha” y el Imperio se apostaron en el puente Llaguno desde donde balearon a los manifestantes de su misma composición ideológica con el propósito de culpar al gobierno bolivariano de Hugo Chávez y generar una repulsa mundial que trajera como solución la intervención extranjera y la defenestración del líder.

Eso están utilizando en este momento contra Gadaffi, sin embargo, los líderes más sensatos del mundo se han dado cuenta de la burda jugada y están movilizando más que tropas sus palabras para poner fin a los planes del Imperialismo. Aunque algunos no han de confiar solamente en el poder de las ideas y como buenos discípulos de la historia, estarán en máxima alerta combatiente. Irán es uno de ellos y el más apetecido.

Por supuesto, que eso va aunado con la intervención militar que traería de la mano el control de gobiernos afines en esta área tan volátil donde los movimientos independentistas y las revoluciones han traído un alejamiento de Washington, pero más de Europa. Un cercado a Egipto por si quisiera enrumbar en lado distinto, luego del triunfo de las revueltas, para asegurarse así el control del Canal de Suez, estratégico en una futura acción armada contra Irán, la cual es muy probable que se lleve a cabo si cae Libia.

Como es de esperarse, detrás de esos planes está la mano activa del Mossad que responde a los intereses del lobby sionista en Estados Unidos y al gobierno de la misma estirpe que en este momento lidera Netanjahu y Lieberman, como las caras visibles del fascismo instalado en el gobierno israelí.

Leyendo varios cables de las agencias internacionales de noticias, hay un factor común en ellos: el ejército está atacando a los “manifestantes”. Sin embargo, el uso del lenguaje no es casual. Cuando alguien lee “manifestantes” es obvio que se imagine a personas desarmadas y pacíficas, no obstante, dichos “manifestantes” ni están desarmados ni son pacíficos. Incluso, esos mismos cables recogen que en la ciudad de Bengazi los “manifestantes” o “civiles” maniobran los tanques que han arrebatado a alguna unidad del Ejército. Eso es imposible si fueran “civiles” normales ya que el control de semejantes máquinas de guerra requiere entrenamiento militar. Lo que si es verdad, es que algunas facciones del Ejército han de estar del lado de esos “manifestantes” armados y violentos, donde muchos civiles engañados con promesas de futuro mejor han puesto los muertos.

No todo lo que brilla es oro y en la revuelta de Libia las potencias tienen una participación directa. Ojala esto no desemboque en una conflagración mayor en la región que el mundo tenga que lamentar. Por el momento, en la maltrecha, económicamente hablando, Europa, los combustibles empezaron a fluctuar hacia el alza añadiendo un ingrediente negativo a la ya descontenta masa laboral.

Mientras eso sucede en Libia, Berlusconi, al otro lado del mar ha de estar relamiéndose de gusto los bigotes por obtener de nuevo su preciada colonia que perdió en 1951. Esto no solo le quita presión a su gobierno cuestionado por sus amoríos púberes y la corrupción sino le daría un levantón a la arruinada economía italiana y, por supuesto, una lavada de cara a su deteriorada imagen.

Pero ojo, no vaya a salirse de control la situación, pues la vieja Europa ahora tiene más habitantes árabes y africanos que en épocas anteriores. Hay que tener presentes las revueltas en los barrios árabes que sacudieron Paris, hará unos dos años y que pusieron en jaque al gobierno de Sarkozy. Muchos odios han despertado entre esas comunidades los gobernantes europeos como para despertar al gigante dormido que pernocta en sus suburbios.

Para Estados Unidos eso sería un carambolazo pues no solo Europa se pondría a sus pies sino que concentraría más poder al ocupar Libia con el aval del Consejo de Seguridad, cosa no creo que Rusia y China permitirán.

Sabemos perfectamente que en un ambiente capitalista dominante los intereses económicos de unos pocos pesan más, pero las estrategias para no perderlos a futuro, también, así que esperamos realmente la “cordura” de los líderes mundiales.

Al final de cuentas, los pueblos dictarán la última palabra y sostendrán a sus verdaderos líderes aún en medio de los más violentos huracanes.

Por el momento, Libia se convirtió en la llave de la guerra en esa parte del orbe. Puede cerrarle la puerta a ella o puede ser su puerta.

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