SI NO FUERA POR LOS PUENTES

Por Carlos Maldonado
Más claro no canta un gallo.

Desde finales de julio existía una petición del ejecutivo al Congreso para que avalaran el incremento al presupuesto, pero las bancadas “opositoras” retardaban maliciosamente esa acción.

La naturaleza, que no perdona nunca, se encargó de sembrar el caos y la destrucción en los pueblos del interior. Muchas siembras y viviendas fueron arrasadas y muchas vidas se perdieron. Asimismo, un gran número de vías de comunicación y puentes cayeron bajo el embate de los ríos embravecidos por el clima.

El incremento al presupuesto fue aprobado de urgencia nacional pues los puentes y las carreteras necesitan arreglarse para que los productos de los dueños de Guatemala puedan llegar a buen puerto. Bastó un telefonazo del CACIF para que los perrillos del Patriota dejaran de enseñar los dientes y como buenos falderillos interrumpieran las interpelaciones y levantaran la mano para dar su voto a favor de ese incremento.

Si no fuera por los puentes y carreteras la gente inundada seguiría esperando que la tempestad amainara, pues esa “sacrosanta oposición” a quienes los pobres les importa un bledo a menos que sean tiempos de votación, seguirían chantajeando con la mejor de las coacciones: gente muriéndose de enfermedades, desnutrición y abandono esperando hacerles pronto compañía a sus muertos.

Ah, si no fuera por los puentes… muchos aún no sabríamos a que intereses responden los honorables diputíteres.