viernes, 2 de octubre de 2009

Preguntas Básicas sobre la elección de Magistrados en Guatemala

Carlos Maldonado

Con la elección de los magistrados me surgen varias dudas que voy a plantearlas como ciudadano guatemalteco que soy y como ignorante de muchos recovecos que se discurren en las profundidades de esta situación pero que dan una imagen contradictoria del asunto.

1. ¿Puede el señor Castresana, no siendo ciudadano guatemalteco sino español, objetar la elección de ciudadanos guatemaltecos a un cargo público sin presentar pruebas confiables que sustentaran su rechazo a ese cargo? ¿Puede un ciudadano extranjero, por muy alto cargo que ostente, cuestionar la decisión de un poder del Estado como es el legislativo? ¿No se estará actuando con malinchismo al permitirle que alguien foráneo incida con su opinión en los asuntos internos de Guatemala? ¿A quien interesa que se pase por sobre la soberanía del Estado guatemalteco?

2. ¿Quién es la Sociedad Civil a que se refieren los medios, pues a mi entender, son tres o cuatro gatos que andan presionando por todos lados para que quede en los cargos antes referidos, los profesionales de su “simpatía”? ¿Es esta sociedad civil representativa de la población, porque si no entonces, porqué se le tiene que dar una estatura que no tiene? ¿Quién le otorgó representación a la Sociedad Civil?

3. ¿Puede una funcionaria extrajera (Carmen Díez, embajadora española en Guatemala) hacer declaraciones como la siguiente: “el Congreso tiene que asumir las consecuencias y la responsabilidad de haber elegido magistrados sin haber tomado en cuanta las advertencias de la sociedad civil”? (Y aquí viene de nuevo esa palabrita de moda) ¿No es esta una injerencia directa de un extranjero en los asuntos internos del país? Entonces por favor, que alguien me explique, ¿dónde radica la frontera entre la interferencia y la no interferencia? Alguien que me lo aclare por favor.

4. ¿Por qué se critica al Presidente Colom sobre sus declaraciones al decir: “tanto Castresana como las bancadas tenían derecho a opinar, pero al final la decisión la debía tomar el “soberano” Congreso? ¿Y, la no injerencia entre poderes (ejecutivo, legislativo y judicial), pues? Desapasionadamente hablando, sus declaraciones están a ritmo con esa independencia entre poderes.

5. ¿La votación que hizo Prensa Libre es legal? ¿Qué universo abarcó? ¿Se lleva un control de las llamadas? ¿Cómo evitan que vote una misma persona desde diferente teléfono, o sus amig@s? Perdón pero a mi entender esa encuesta si no tiene ese nivel de control no puede tener credibilidad. No puede servir como base para fundamentar que la opinión de los guatemaltecos sea esa. Es muy grande su margen de error y su oscuridad.

6. ¿Existen algunos instrumentos de medición de la ética, de la honorabilidad, de la moral? Si existen por favor, infórmenme pues puedo pecar de ignorante. Esos atributos son los que exigía la “sociedad civil”, entre las que puedo mencionar, según lo que leí en los medios, desde el CACIF hasta Movimiento pro Justicia, Convocatoria Ciudadana, Familiares y Amigos contra la Delincuencia y el Secuestro, Madres Angustiadas, Foro Guatemala, Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales, CICIG, etc. ¿Quién financia a esas agrupaciones de la Sociedad Civil?

7. Por otro lado, la información que nos brindan los medios es que según el sondeo de Prensa Libre, “el 94% reclamó que los congresistas debieron responder a los intereses de la población y no de los partidos que representan”. Pregunto, ¿no es algo contradictorio esto pues el Congreso está conformado solo por diputados que salieron electos por medio de los partidos que existen y que los guatemaltecos eligieron? En este momento no existe otra variante. Eso tendría que atenderse al cambiar radicalmente la Ley Electoral y de Partidos Políticos. Por otro lado, dice el mismo medio que “el proceso favorece a partidos políticos -38 por ciento-, porque permite a sus integrantes no sean enjuiciados –si cometieran alguna anomalía-. (Esto es un supuesto, por tanto inválido). También el gobierno -28 por ciento- y al crimen organizado -25 por ciento-, ya que este último está incrustado en algunas esferas del Estado y las autoridades no contribuyen para que se haga justicia”. (Esto es otra suposición, a menos que existan personas que sepan de ello por lo cual tendrían que denunciarlos sino estarían infringiendo el Artículo 457 del Código Penal. Omisión de Denuncia.)

Creo que el clamor popular por el mejoramiento de la justicia es claro, pero no puede atenderse de manera tan infantil como lo dejan ver los medios, ni la llamada Sociedad Civil. Da pena que en vez de señalamientos serios, pruebas contundentes, la Sociedad Civil se deje llevar por supuestos, por minucias intrascendentes como que: “este no puede llegar porque me cae mal, tiene mala cara, tiene pinta de corrupto, etc.” Así lo que se logra es que las sociedades “civilizadas”, los “países desarrollados” siempre nos estén dando lecciones de cómo hacer bien las cosas o nos lleven de la mano hacia donde ellos quieren.

Las preguntas que he hecho, por favor, que no sirvan para que alguien, con ese espíritu chismográfico que ya caracteriza hasta las más altas esferas de la sociedad, como lo observado en este caso, me vaya a tachar de “enemigo de la democracia”, “oreja”, “vendepatrias” “agente al servicio del gobierno o de los partidos políticos”, “infiltrado”; esto entre los izquierdistas oenegeros. Y entre los de la derecha de “corrupto”, “narco”, “ignorante”, “agente del gobierno”, etc.

Al contrario, son las preguntas elementales que se haría cualquier ciudadano preocupado no tanto por la elección de magistrados, sino por el manoseo mediático que se le da al tema, al punto de volverlo intrincado para el ciudadano común, de volverlo contradictorio y por tanto, despreciable como para preocuparse por ello.

Elucubrando un poco, tal vez esa sea la finalidad. Volverlo tan confuso que la ciudadanía lo soslaye y no se preocupe por él y por tanto, siempre estemos dependientes de los “intelectuales y políticos” que manejarán la cosa pública a su antojo. Para mí, y esto es un comentario muy interno, es una lucha de poder entre grupos que pertenecen a la misma clase social. Mientras tanto, el pueblo, las grandes mayorías, ignorantes y hambrientas. ¡QUE VIVA LA DEMOCRACIA! Siempre y cuando la dirijan los políticos, el CACIF y la pulcra Sociedad Civil.

¿Usted que opina? 

1 comentario:

jose lopez dijo...

http://escuposangre.blogspot.com/2009/10/socieda-civil-opinion-publica-eleccion.html

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