miércoles, 21 de octubre de 2009

LA REVOLUCIÓN: LEGADO HISTÓRICO Y NECESIDAD ACTUAL DE NUESTRO PUEBLO



Como Frente Popular celebramos la gesta revolucionaria de 1944 que unió a distintos sectores del país para derrocar la dictadura oligarca y pro imperialista de Jorge Ubico, dando así inicio a un proceso de desarrollo y democracia plena nunca antes conocido por nuestros pueblos. Este proceso revolucionario en tan solo diez años benefició a las grandes mayorías y afectó los intereses de cúpulas económicas, políticas y militares y de compañías transnacionales, principalmente de origen estadounidense, e inició un proceso de liberación contrario a los intereses imperialistas que se organizaron para concretar la invasión yanqui de 1954, que reimpuso un modelo de explotación, represión y pobreza que aún perdura.


Afirmamos la necesidad de una nueva Revolución, que ponga fin al más de medio siglo de oscuridad cultural y brutalidad política que como pueblo sufrimos. Una Revolución que requiere de un programa y una estrategia política coherentes, que se aleje del electoralismo y avance en la organización y articulación de los actores sociales llamados a formar parte de un gran frente revolucionario que, con base en la UNIDAD, levante la lucha por la toma del poder y la construcción del Socialismo. Único proyecto que permitirá eliminar las condiciones de ignorancia, miseria y extrema explotación frutos del capitalismo imperialista que como un yugo desde 1954 se nos ha impuesto a sangre y fuego.

En esa dirección, sin embargo, debemos superar una coyuntura en la cual las oligarquías y el imperialismo europeo-estadounidense han retomado los golpes de Estado, la presencia militar extranjera y las dictaduras como formas de preservar su poder y frenar el avance de las luchas revolucionarias y populares a nivel latinoamericano, intentando implementar esta estrategia en varios países, incluyendo al nuestro, cuya debilitada institucionalidad se vio particularmente amenazada por los acontecimientos de mayo de este año con la trama Rosenberg. No obstante, prueba definitiva del relanzamiento de esta estrategia es el golpe de Estado en Honduras, en donde hoy se está tratando de consolidar una dictadura que no solamente rompe el orden constitucional y democrático liberal adoptado por nuestros pueblos, sino además, implementa una política que, como en Guatemala, criminaliza toda la lucha por la soberanía, la dignidad humana y la solidaridad entre explotadas y explotados.

El golpe de Estado en Honduras, el cual repudiamos enérgicamente, fue protagonizado por latifundistas reaccionarios, compañías transnacionales, políticos de extrema derecha (vinculados al narcotráfico), militares retrógrados, medios de comunicación y sectores de la Iglesia vendidos a estas huestes, en complicidad y con apoyo irrestricto de senadores gringos mercenarios y terroristas que con su actuar escupen con desprecio los principios democráticos sobre los que se levantó su propia nación norteamericana. Por ello, nos sumamos a la lucha del Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado, con su legítima demanda de restitución incondicional del Presidente Constitucional, democráticamente electo, José Manuel Zelaya Rosales, el enjuiciamiento a los golpistas y represores materiales e intelectuales y la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente que dé la oportunidad al soberano pueblo a redefinir su destino.

Condenamos y repudiamos las declaraciones, posicionamientos y actuaciones aberrantes y pro-golpistas de apoyo que distintos sectores de la oligarquía y sus políticos nacionales, como el alcalde de la ciudad capital, Álvaro Arzú, la presidenta del Tribunal Supremo Electoral, el CACIF, partidos políticos y bancadas como el PP, LIDER, VIVA y Unionista, y distintos medios como Prensa Libre, Siglo XXI y elPeriódico, han hecho manifiestas hacia el régimen golpista y dictatorial de Honduras, con lo que demuestran su disposición a apoyar un rompimiento constitucional en Guatemala, situación que ya claramente se ha intentado.

En el caso particular de nuestro país, acotamos que hoy estamos frente a un gobierno populista, propio de la corriente derechista, que no hace sino seguir administrando un modelo económico explotador y expoliador. No obstante, para granjearse la voluntad de las mayorías para su proyecto electoral futuro, ha trazado políticas de corte asistencialista, que por lo mismo no pueden ser más que tibias y cosméticas, pero que aún, dentro de ese marco, para la oligarquía colonial, son de su desagrado total. Tanto es su desacuerdo en esos esquemas, que el CACIF y la derecha tradicional, en su enfrentamiento constante con esa otra parte de la burguesía, lucharon en el escenario de la conformación de la “nueva” Corte Suprema de Justicia por imponer, cada uno, sus propios monigotes. En ese enfrentamiento, las fuerzas de extrema derecha impulsaron una estrategia que vinculó a un conjunto de elites para presentarse como defensores de la transparencia y la participación ciudadana con el objetivo de garantizarse el control de la Corte Suprema de Justicia a través de sus “honorables magistrados” ante la posibilidad de que otros sectores en ascenso de la burguesía los desplazaran a través de candidatos cuyas actuaciones éticas y profesionales son igualmente cuestionables. Vale afirmar que las fuerzas, que tras bastidores, se enfrentaron por el control de la Corte Suprema de Justicia son las mismas que han utilizado las instituciones del Estado para beneficio particular y que las han sumido en total inoperancia.

Por ello, para el Frente Popular, la verdadera justicia comenzará a construirse para todos sin distingos en Guatemala cuando, sin la necesidad de mecanismos de postulación y elección de corte elitista, la plena participación ciudadana se imponga en la elección de las personas que dirijan el poder de la justicia. Y eso, solo se logrará a través del voto directo, popular y secreto de parte de la población. Eso, sí sería un gran paso revolucionario, no esta parodia genuflexa al oscurantismo que la oligarquía acostumbra a llevar a cabo en todos sus actos.

Señalamos que, en el marco de esas espurias acciones, se acuerpó un contexto desestabilizador a través de una campaña muy bien orquestada por los principales medios empresariales de prensa que, incluso, llegaron a plantear un velado llamamiento a un “golpe técnico” contra las instituciones democráticas reconocidas como el Congreso de la República. Paralelamente a ello, vienen promoviendo un proyecto de reforma constitucional ultra liberal, oligarca, elitista, racista y absolutista, al estilo de épocas medievales superadas con creces por nuestros pueblos, representado por Pro Reforma, con el cual buscan fortalecer el control político y económico de su clase sobre el Estado y sus instituciones que poco a poco se les desvanece. De ahí, su evidente desesperación.

El Frente Popular, que no descarta la lucha en ningún escenario, comprende que en este momento, ésta se da en el campo político, por tanto, proponemos una reforma constitucional popular y democrática, que no podría sino provenir de una nueva Asamblea Nacional Constituyente electa por el sufragio popular pero, no al estilo de la propuesta de Pro-Reforma que es anti popular y antidemocrática por elitista y racista que lo único que desea es retrotraernos a tiempos anteriores al triunfo popular de la Revolución del 20 de octubre de 1944. Con esta nueva Asamblea echar a andar la agenda de los Acuerdos de Paz y la que quedó inconclusa de aquel hecho histórico y que, aún en pleno siglo XXI, su cumplimiento sería totalmente revolucionaria dadas nuestras actuales condiciones económicas, políticas y sociales.

El Frente Popular hace un llamado al pueblo guatemalteco para participar luchando, aportando y trabajar por la unidad de nuestras organizaciones populares en la integración de un programa de lucha y la creación de una estrategia política revolucionaria, que nos permita hacer del Estado un instrumento al servicio de las grandes mayorías para paliar sus más ingentes necesidades para luego catapultar su creatividad a la construcción de una sociedad alejada totalmente de las relaciones mercantiles que hoy nos dominan, sojuzgan, dividen y deshumanizan.


¡Unidos nada ni nadie podrá vencernos!
¡El capital como relación social pronto dejará de ser, pero debemos trabajar juntos para derrocarlo!

FRENTE POPULAR

“Por la Soberanía, la Dignidad y la Solidaridad”
“Vamos patria, la lucha continua”


Guatemala, 20 de octubre de 2009

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