viernes, 31 de julio de 2009

Pregunta al señor Pedro Trujillo

Carlos Maldonado
Frente Popular

Señor Trujillo. Leyendo su columna de hoy, El Sombrerón, pude establecer que usted comienza despotricando contra el Presidente electo legal y legítimamente en Honduras por la mayoría, por lo tanto él es el presidente Constitucional. En ese entendido, es imposible que hubiera sido el país, (si con éste término quiere equiparar a la población mayoritaria) el que lo sacó, sino un grupo de civiles y empresarios nacionales y extranjeros que no estaban de acuerdo con sus políticas de gobierno que les restó influencia y por tanto ganancias en el ámbito nacional, al utilizar recursos para apuntalar programas sociales y cuyo actuar fue apoyado por el alto mando del ejército. Por lo mismo, cuando usted arremete contra el presidente Zelaya al llamarlo corrupto, abusivo, prepotente y delincuente no hace más que establecer los criterios que aquellos utilizaron como excusa para irrespetar la Constitución de aquel país y atentar flagrantemente contra el mandatario hondureño.

Por otro lado, no fue el señor Chávez el que envió el avión sino éste es propiedad de la Alianza Bolivariana para las Américas –ALBA-, organización que aglutina a varios países como es Venezuela, Ecuador, Bolivia, Cuba, San Vicente y las Granadinas, San Kitt y Neves, Nicaragua y Honduras. Ésta última, suspendida no por los miembros de la Alternativa sino por los golpistas que castigados sus intereses propios del petróleo por una moción de la ALBA como es Petrocaribe les urgía que Honduras saliera de esta organización para volver a recuperar para ellos esos millonarios negocios. Además, el presidente Zelaya sí iba en esa nave porque dicha acción fue recogido en un espectacular trabajo periodístico realizado por la cadena noticiosa Telesur y su destacado y profesional reportero, Abraham Astillarte y transmitido días después luego de pasar el proceso de edición. Por lo expresado, Zelaya no pudo haberse quedado escondido en Nicaragua como usted argumenta.

Con respecto a lo que usted menciona que el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, busca a la par del presidente Manuel Zelaya, provocar incidentes violentos en la frontera donde ahora se encuentra bloqueado éste último, le cuento que los que han provocado violencia y un muerto son las fuerzas policiales y del ejército que se encuentran en la comunidad de El Paraíso al tratar de evitar que muchos simpatizantes de Zelaya se reúnan con él en ese paso fronterizo, lo cual viola la libre locomoción de los ciudadanos, además de escasez en esa región. No existe ningún plan expansionista, sino el simple deseo de hacer cumplir la Constitución. Además el gobierno nicaragüense al único que reconoce, como es lo correcto, es a Zelaya como presidente constitucional de la República de Honduras. A nadie más.

No le parece contradictorio que los golpistas dicen que el presidente Zelaya será apresado al momento que ingrese al país, sin embargo en dos ocasiones que él mismo ha querido entrar, en las dos ha sido frenado por los que dicen querer capturarlo. Si como usted argumenta, el “volver a la institucionalidad” sería tenerlo en prisión o con una medida sustitutiva, entonces porque tienen miedo los golpistas, entonces. Y, con respecto a las revueltas, muertos y manifestaciones diarias las hay, así como un toque de queda que responde al temor de los golpistas a la insatisfacción de la población lo que ha llevado a corolario, detenciones ilegales, desapariciones, ejecuciones extrajudiciales, cierre de emisoras y canales de televisión, los cuales son puestos en funcionamiento solo cuando el líder de los golpistas, Roberto Micheletti, habla en cadena nacional. Cadenas internacionales de noticias son expulsadas del país como lo sucedido con Telesur y Venezolana de Televisión. Incluso la CNN se ha visto interceptada, no digamos los medios nacionales que quieren transmitir lo que realmente está sucediendo y que por ser negativo para el régimen de facto, no les conviene. Incluso, organizaciones internacionales de Derechos Humanos han puesto en evidencia que los golpistas han violado flagrantemente los derechos humanos. Por eso, creo que no estamos hablando de una “normalidad” igual.

Por otro lado, la “comunidad internacional”: la OEA con 34 países miembros, la ONU con 192, el Movimiento de los No Alineados con 118, la ALBA con 6 por el momento, no pueden todos unánimemente estar equivocados. Creo que estos países y sus cancillerías son muy serios. No han convertido a un delincuente en un mártir, en primer lugar porque el presidente Zelaya no es ningún delincuente, en términos jurídicos por el simple principio universal de Presunción de Inocencia. En segundo lugar, porque es el Presidente legítimo de Honduras. Por eso lo reconoce la comunidad internacional al contrario de los golpistas que violando la Constitución, se hicieron del gobierno en el país. Hasta usted dice que el diálogo y la negociación son los únicos vectores posibles, pero el punto principal que propuso Arias está la reinstalación del Presidente Zelaya a su lugar y ese es el que no quieren aceptar los golpistas porque ese echaría por tierra sus planes de recuperación de sus privilegios y poder.

No creo que sea una bufonada del Presidente legítimo el querer entrar a un país que es el suyo y que las fuerzas golpistas son las que contradiciéndose no lo dejan entrar. Por qué, porque saben que sería el detonante para una revuelta mayor.

Por último, señor Trujillo, cual es el resquemor contra los presidentes sudamericanos que usted menciona en su artículo –Chávez, Correa, Castro y Ortega- y en otros muchos que he leído. ¿Cuál es el delito que han cometido y que usted no les perdona?

Me gustaría saberlo para entender las agruras que le provocan estos cuatro personajes

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