viernes, 31 de julio de 2009

La unidad de los oprimidos de América es fundamental para derrotar al imperialismo y sus planes guerreristas


Colectivo de Acción y Discusión Política, La Gotera
Adscrita al Frente Popular


Barack Obama, analizado por varios intelectuales de la izquierda, no es el presidente democrático en que la gente basó sus esperanzas. La negritud de su ascendencia no fue nunca garantía para su posición de clase. Ésta, es la que al final pesó en el manejo de su gobierno. La Casa Blanca sigue siendo de ese color y bajo sus magníficos trajes sus funcionarios ocultan sus camisas pardas.

Luego de dejar un país en ruinas –Irak-, ya afianzados sus lazos y negocios en esa nación árabe, las tropas provenientes de allí se acantonarán en el Comando Sur. Su objetivo: Venezuela, por poseer ésta las terceras reservas de petróleo a nivel mundial.

El golpe de Estado en Honduras es el principio del ataque, seguido de la instalación de cinco bases militares en Colombia.

Mientras tanto la izquierda y los movimientos populares siguen fraccionados. Muchos -ignorantes de los movimientos imperialistas dentro del área-, vuelven a la normalidad después de haberse cansado de gritar consignas en los primeros días contra los golpistas que defenestraron al presidente Zelaya. Sus movimientos e intereses van en consonancia con la marea que han aplicado los medios dominantes al drama hondureño. Si bien, éstos la consideran una noticia importante, ya no es la más importante, incluso, se le ha relegado, a las segundas páginas de Internacionales y expulsado de las primeras planas. Inconscientemente, muchos compañer@s siguen ese patrón. Entretanto, el pueblo hondureño a quien se le ha abandonado gradualmente conforme pasan los días, sigue su calvario y su resistencia en solitario.

La vertiginosidad de los acontecimientos nos ha desviado la atención y sin un norte definido y un enemigo que nos distrae con su parafernalia cotidiana, dejamos de atender lo realmente fundamental.

Honduras es la brecha más accesible por donde el Imperialismo inició la guerra contra los independentistas que encabezados por la rebelde Cuba y los bolivarianos llevan el estandarte de la lucha por el socialismo en América Latina. Por tanto, no es de extrañar que sus armas ya estén apuntando a sus pueblos.

Por eso, es fundamental que el pueblo hondureño resulte vencedor contra los golpistas y se restituya al Presidente Constitucional, José Manuel Zelaya Rosales, sin condiciones y de forma inmediata. ¡No más diálogos, ni estratagemas dilatorias! Pero esa tarea que es nuestra irrefutablemente debe ser elevada a la enésima potencia.

Muchos dirán que exageramos, que no estamos en sintonía con los grandes avances de los pueblos latinoamericanos, sin embargo, todo indica una escalada en la ofensiva del Imperio la cual empezó en Honduras.

Estados Unidos ha perdido poderío, ha perdido influencia y está en crisis económica grave. Por lo mismo, necesita agenciarse recursos energéticos los cuales no están en su territorio y tampoco a su disposición. Esa es la lógica de su desesperación y de su arremetida. No obstante, a su señorío solo podremos hacerle frente, unidos todos los pueblos: civiles y militares, de izquierda y progresistas. En eso, se inscribe el reciente llamamiento que hace el Frente Popular a los militares dignos.

Por todo ello, no es posible que veamos los problemas internos como cuestión ajena a las contradicciones imperialistas. Al contrario, estos son reflejo de esas contradicciones y si no lo apreciamos de esa forma, nos tomarán, como a menudo suele suceder, con los calzones en la mano, como ordinariamente se dice.

Así pues, compañeras y compañeras, este es un llamado a la Unidad de toda la gente progresista, de todos los humildes y explotados entre los que se cuentan como otros más, los que nos autodenominamos de izquierdas. La vanguardia la decidirán los acontecimientos, el arrojo, la audacia, la valentía y visión de una América libre de explotadores, capataces y cipayos. La vanguardia se gana en la lucha. No es propiedad de nadie. Esto lo decimos para evitar confusiones y falsas expectativas nacidas de visones mesiánicas.

¡PATRIA LATINOAMERICANA O MUERTE! ¡VENCEREMOS!

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