viernes, 31 de julio de 2009

La nobleza y ética del Presidente de elPeriódico

Carlos Maldonado
Frente Popular


Leyendo el artículo del presidente de elPeriódico, José Rubén Zamora, de hoy miércoles 29 de julio de 2009, titulado “Luchar por el desarrollo o refugiarnos en el Edén”, no pude soportar la tentación de expresar mi humilde opinión por el derecho que tengo como lector asiduo de este medio y por ciudadano de un país que es testigo de cómo el ambiente ha sido explotado y enajenado por empresas sin un mínimo de planificación y cuidado con él.

Ahora bien, en principio creo que el artículo de Zamora no debiera haber sido para hacer comparaciones entre lo “atrasado” del planteamiento de sus visitantes, José Cruz y Evelyn Blank, y lo moderno, tolerante e, incluso, compasivo, al proporcionarles parte de su valioso tiempo, del suyo. Sino para fomentar el debate sobre los proyectos hídricos, que fueron los que ambas partes llegaron a la conclusión son los que más convienen al país por ser de energía limpia y barata y, los que mejor podríamos explotar, debido a la riqueza hídrica que Guatemala posee.

Zamora, ante el alegato de sus visitantes acerca de lo que elPeriódico publicó días atrás sobre un instructivo que Madreselva editó para enfrentar de parte de las comunidades a los que osaran construir hidroeléctricas en sus comunidades, utiliza la descalificación sin dar a conocer a los lectores el contenido del Manual, como cualquier diario serio lo haría. No dudo, que con ese conocimiento, el debate se volvería más rico y constructivo. Como dije anteriormente, al no saber nada sobre el contenido del susodicho Manual, sino solo la visión y opinión que de éste tiene Zamora y la que tiene de sus visitantes, al lector promedio no le queda más que aceptar como válido lo que el director de elPeriódico asevera en dicha columna.
Incluso, puede uno hasta sentir los momentos de angustia que vivió Zamora, solo en su oficina, a merced de sus dos visitantes quienes revestidos de “intolerancia y dogmatismo” lo han de haber agredido hasta con la mirada. ¡Pobrecito!

En otro apartado, cuenta Zamora (porque esta es la versión de Zamora) que el edénico de José Cruz le contó que “…hacía poco visitó una aldea aislada, sin suministros de luz ni de agua, situada al margen de un río donde todos los niños y niñas vivían felices y estaban gordos…”. No tengo elementos para juzgar, porque no estuve presente, pero no creo que un directivo de Madreselva tenga un pensamiento tan poco serio. Creo que a los lectores nos vendría bien conocer la versión de José Cruz pues intuyo, óigase claro, intuyo, que sus palabras fueron sacadas de contexto por el narrador. Eso suele ocurrir a diario. Puede ser también, que dicho testimonio se haya dado en el contexto de que las comunidades que están cerca de potenciales proyectos, cualquiera sea éste, siempre sean las que pierden. Casos hay muchos, pero solo para poner uno que es emblemático en la historia de nuestro país y que imagino Zamora lo ha de conocer bien, es el de la presa de Chixoy, lugar donde, para construir monumental obra, se desalojó con lujo de violencia (masacres) a las comunidades que vivían en las ahora inundadas tierras. ¿Qué les ofrecieron primero? Un ínfimo valor por salirse de sus ancestrales propiedades el que obviamente no aceptaron sus habitantes pro razones no solo antieconómicas sino porque en ellas habían vivido toda su vida éstas y generaciones anteriores. Al no lograr ese primer intento, el gobierno de turno que era el del carnicero Lucas García no dudó en utilizar la violencia para hacerse de esos territorios con una saña ya recogida en los documentos históricos de esa época. ¡Benditos los archivos! ¿Será por eso que no los quieren soltar?. Bueno, pero siguiendo con el razonamiento. Los sobrevivientes tuvieron que emigrar a otras latitudes que no eran suyas y seguir padeciendo, no solo la miseria sino la humillación de su expulsión, porque acaso, ¿hubo indemnización para ellos, reparto de utilidades, una pensión vitalicia por cesión de territorios, etc.? ¡Por supuesto que no! Y, eso que estamos hablando de proyectos de fuentes limpias y baratas como los hídricos. ¿Y, qué decir del caso emblemático de contaminación y total sumisión del Estado ante las transnacionales como es el de la minería donde ni el capitalista más tonto haría un negocio tan estúpido, por supuesto, si estuviera representando al Estado, donde a éste solo le queda un 1% de utilidades mientras su contraparte extranjera se lleva el 99%, además de producir efectos colaterales como deforestación, contaminación de fuentes de agua, contaminación auditiva, eólica, etc.? Entonces, creo que sí hay antecedentes y por eso, creo lógico y normal que los habitantes de las comunidades donde ahora se proyectan grandes obras, tienen desconfianza de esas promesas trilladas de desarrollo, crecimiento, empleo y felicidad. Casi veo a los relacionistas públicos de dichas empresas pintándoles un panorama de cuentos de hadas como los anuncios radiales de Montana que no son más que un insulto a la inteligencia, demostrando el desprecio que le tienen a las comunidades al equipararlos con gente tonta que se cree lo primero que le vienen a decir. Para los habitantes de las comunidades, los factores que a Zamora le parecen parte de la misma ecuación, no lo son. El desarrollo y el crecimiento económico son para las transnacionales. Eso no es ninguna novedad. A lo sumo, si bien le va a algunos de los comunitarios, pondrán una tienducha o una venta de tostadas y atol a la puerta de los grandes proyectos para que los trabajadores de los mismos puedan salir a comprarles. Ese es el gran crecimiento económico y desarrollo humano que alaban los apologistas del desarrollo y crecimiento. Esas son las pequeñas economías que surgen alrededor de las grandes fábricas en estos países subdesarrollados y no por la inventiva y voluntad de las personas de estos lares, sino por la necesidad y el desempleo que campea a su gusto por estas tierras del señor. ¡Seamos serios por favor!

Por último, no sabemos los lectores, entre los que me cuento como uno asiduo a este medio, qué quiso decir Zamora con lo de la virginidad ética y pureza periodística de Evelyn Blank. Ha de haber sido algo punzante que le dijo la señora Blank lo que ha de haber provocado esta reacción peyorativa en el Presidente de elPeriódico. Tanto, que le dignó una posdata.

En conclusión, la columna de Zamora no sirvió más que para mostrarse a sí mismo como un gran periodista. Tolerante, ético y noble de espíritu, tanto que puede incluso, proporcionar un poco de su ocupado tiempo, para escuchar a los dogmáticos ecologistas. Esos que están en contra del desarrollo y crecimiento económico de las transnacionales y sus socios locales… perdón por el exabrupto. Quise decir del “país”.

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