miércoles, 2 de septiembre de 2009

SAL ANDREWS PARA LAS AGRURAS DE RICARDO TROTTI

Por Carlos Maldonado

El domingo 30 de los corrientes en la revista D de Prensa Libre , en la sección acostumbrada de Ricardo Trotti, Punto Final, su artículo esta vez se tituló: “Educación “rojita”: otro golpe de Chávez”. Me pareció muy sugestivo el título pues evidencia de entrada la animadversión hacia todo lo que sea calificado tras ese color como algo despreciable, sinónimo de comunista. Luego de ese título que ya pone al lector en el entendido de por donde va la cosa, el encabezado expresa una idea que no deja lugar a dudas: “Lo que le faltaba al presidente de Venezuela para emular a Fidel Castro era intervenir en el sistema educativo”.

Solo para ilustrar a los lectores y desdecir la malicia que conlleva el segundo encabezado de Trotti, le recuerdo a éste que Cuba posee un alto grado de cultura a partir de la gran campaña de alfabetización que se llevó a cabo al triunfo de la Revolución de 1959 dirigida por el Dr. Fidel Castro, que la elevó a niveles que solo ostentan los países más desarrollados del mundo, incluso más que la mayor potencia mundial, los Estados Unidos de América. Esto reconocido por la UNESCO. En pocas palabras es una verdad tan grande como el sol la cual es imposible taparla con el dedillo de su perorata.

Continúa Trotti con su diatriba diciendo que en Venezuela “el país secuestrado por Hugo Chávez, donde los poderes públicos, sin excepción, están sometidos a sus designios, se continúa asestando golpes a lo poco que queda de democracia y libertad”. Trotti, es indudable que se refiere a la democracia y libertad que gozaba un grupúsculo enquistado en el poder antes que Chávez y su Revolución Bolivariana tomaran el poder y se le diera preeminencia a la mayorías hasta entonces abandonadas y despreciadas. Eso dio lugar a que esas clases otrora poderosas y dueñas de las principales fuentes de energía y producción en Venezuela se convirtieran en acérrimas enemigas del proceso revolucionario y, por lógica, de su conductor, Hugo Rafael Chávez Frías. El pueblo se fue empoderando de sus instituciones a diferencia de antes y, eso se fue haciendo a fuerza de ir enseñando al pueblo que las elecciones eran una herramienta de opinión y decisión para las grandes disposiciones. De ahí, que Chávez sometió sus iniciativas y a su misma persona a 15 procesos electorales de los cuales en 14 fue el ganador indiscutible. Procesos que fueron verificados por la comunidad internacional y certificados en su transparencia por ésta. Sin embargo, eso no lo dice Trotti porque quiere que el lector medio no tenga en cuenta la legitimidad con la que cuenta el señor Chávez. En todo caso, si fuera verdad que el susodicho mantuviera secuestrada a Venezuela los procesos eleccionarios serían mecanismos hace mucho tiempo proscritos y, no de una usanza tan cotidiana que la misma burguesía no encuentra argumentos verídicos para refutarlos, por lo que recurrentemente apela a la mentira y la descalificación para enlodarlos. Sin embargo, ya nadie cree en esa rancia oligarquía cuyos voceros se desgañitan a través de todos los medios para desacreditar la verdad. Son como las voces que claman en el desierto.

En Venezuela sucede todo lo contrario, el pueblo en su mayoría ha utilizados los mecanismos electorales en forma cuantitativa y cualitativa muchísimo más que en el pasado con lo cual ha aprendido a ejercer más dinámicamente la democracia. Eso es lo que no le gusta a Trotti y compañía; eso, es lo que muerde su espíritu encomendero.
Argumenta nuestro columnista que el último atropello del gobierno de Chávez es una ley de Educación que no es más que “un proyecto de adoctrinamiento educativo que alguna vez fue derrotado en las urnas, pero que la semana pasada Chávez logró que después de 11 días su asamblea legislativa lo aprobara casi a hurtadillas”. Cosa que tampoco es verdad ya que, incluso, los medios en contra de Chávez dieron a conocer el debate sobre la discutida ley de educación por tanto no fue a hurtadillas.

Inclusive hubo debates en la Universidad entre grupos oponentes. Incluso, los que adversan dicha ley, ante la falta de argumentos acudieron a la violencia contra los estudiantes que apoyan el proyecto bolivariano y ante las mismas fuerzas de seguridad con tal de lograr victimizarse, pero éstas que han entendido que es el resguardo del orden público lo único que los debe mover, aguantaron los insultos y las agresiones de los frustrados. Así que ni se escondió nada, ni cayeron los bolivarianos en las provocaciones de los oligarcas que ven como su poder mengua cada día más. Que el grupo de las simpatías de Trotti no lograran su objetivo de que la mayoría de la población rechazara la susodicha ley no es culpa de los lectores. Es una cuestión histórica.

Más adelante nuestro flamante Director para la Libertad de Prensa de la Sociedad Interamericana de Prensa, Ricardo Trotti, se contradice al afirmar en su párrafo que “…Castro, quien desde hace 50 años adoctrina a los niños cubanos con la excusa de una educación “martiniana” (sic), ufanándose de haber acabado con el analfabetismo, como muchos románticos todavía creen. Que todos sepan hablar (sic) y escribir es un logro, por cierto, pero también es verdad que es una vergüenza que el Estado mantenga la potestad de los niños y que sean educados bajo una doctrina tan usurpadora de ideas y de la libertad como la comunista”. A ver, vamos por partes.

Primero dice Trotti que Castro se ufana de haber acabado con el analfabetismo, como muchos románticos todavía creen. Pero luego seguidamente afirma: “Que todos sepan hablar –creo que quiso decir leer- y escribir es un logro…” ¿Entonces, en que quedamos? ¿Es un engaño que algunos románticos creen o es un logro indiscutible? Creo que aquí Trotti metió la pata. Su odio hacia la Revolución cubana y hacia la venezolana es más que obvio. Eso lo ha de cegar incluso, cuando trata de descalificarlas. Empero, a pesar de sus agruras, los “románticos” a que se refiere, nos gusta cifrar nuestras creencias en los informes estadísticos serios como los de la UNESCO que tanto para la revolución cubana como para la venezolana, ha certificado que ambos países, el primero antes que el otro, ha erradicado el analfabetismo en sus respectivos territorios al igual que lo han hecho Bolivia, Ecuador y Nicaragua, información que no creo que una autoridad como la que ostenta al frente de la SIP, desconozca. Ahora solo falta que Trotti salga diciendo que la UNESCO está plagada de “comunistas” y por ello se da esa tendencia en sus informes que “ayudan” a Cuba y Venezuela.

Por otro lado, si hablamos de comunismo, no fue bajo la égida de este sistema, a pesar de sus errores y excesos en la Unión soviética, la que sacó a ésta de la era del arado de madera a la de la conquista del cosmos y por esos logros, atacado por todos los flancos por las potencias capitalistas de aquel tiempo. Sería bueno que nuestro Director estudiara un poco de historia.

En el siguiente párrafo continúa Trotti: “Pues bien, Chávez, fiel a sus principios propagandísticos, también tendrá ahora la oportunidad de adoctrinar a “sus” ciudadanos, ya que considera que los venezolanos, en cuerpo y alma, le pertenecen”. No sé de donde saca ésta idea Trotti. No sé cuales son sus fundamentos para decir esto, ¿o son argumentos desesperados para ver por donde le suena la corneta? Quizá desde que su organización –la SIP- perdió gran parte de su credibilidad ante la comunidad internacional luego de dar a conocer un argumento muy tibio contra el golpe de Estado en Honduras por la violación sistemática no solo a los derechos humanos sino contra la libertad de expresión y prensa por parte de los golpistas, y esto, casi a regañadientes ante la presión y la mirada escrutadora de la comunidad internacional. De lo contrario, se hubiera hecho de la vista gorda ante el rompimiento del orden constitucional en Honduras. Y claro que lo hizo en lo sucesivo, al olvidarse de las transgresiones de los actores principales de ese medieval pasaje en la vida democrática de Latinoamérica. Sin embargo, cada domingo él, en la Revista D y sus colegas de la SIP, por otros medios, casi cotidianamente, no dejan de arremeter contra Venezuela en especial y los otros gobiernos que se han desmarcado de la órbita de Washington. Pareciera que es una misión, un trabajo encomendado. No poder ocultar que es un arma mediática contra gobiernos progresistas o contra políticas que se descuadran de los lineamientos neoliberales, es un chasco que tienen que sufrir.

Su argumento anterior, lo basa Trotti en la explicación de que el Estado, o sea Chávez, al igual que un nuevo Luis XIV, el rey sol, regulará, planificará, programará e integrará la educación. ¡Que gran novedad! Que yo recuerde hasta el Estado más neoliberal hace eso pues la educación es algo que no puede escapar a las directrices de la clase dominante. Por ejemplo, dentro de los que propugnan el mercado como ente regulador, la educación va encaminada a dirigir las mentes de los educandos a reproducir este sistema. De dónde cree Trotti que vendría la línea. ¿Cree acaso que el mercado marcaría la pauta a cada maestro para impulsar su propia guía curricular? No Trotti, eso viene trazado por los ministerios de educación en cada sociedad. Le voy a poner un ejemplo: en Estados Unidos que es su faro, su paradigma, el Ministerio de Educación o como se llame allá, dicta las pautas a enseñar en todos los establecimientos públicos o privados; la historia de los Estados Unidos es una obligación enseñarla y por ende, aprenderla, no importa si profesores o alumnos son latinos, chinos, vietnamitas o irlandeses y, el inglés, como idioma oficial también es obligatorio. Eso se radicalizó con la era Bush. ¿Entonces, que nos quiere argumentar Trotti? Partiendo de eso, entonces Venezuela tiene el derecho de hacer lo mismo tomando en cuenta sus necesidades de educación y sus necesidades de formación en sus ciudadanos. ¿Cuál es el escándalo? Imagino que si Obama traza una política y si ésta es aprobada por el Congreso como lo fue en Venezuela, ésta se cumple y ya, e imagino que Trotti no diría que es pura ideología e idolatría. Porque como es ese gobierno el que paga no tiene nada que chistar.

Trotti sigue: “El Estado se convierte en todo. Asumirá la administración del ingreso a las universidades, supervisará la salida laboral de los egresados de acuerdo con las necesidades del Estado; lo que le permitirá seguir impulsando la creación de profesionales de poca calidad, como los ingenieros, médicos y todo tipo de profesionales que solo pasan tres años en las universidades, ya que el gobierno prefiere mejorar las estadísticas que ofrecer calidad”. Vuelve la mula al trillo. Claro que el Estado debe asumir la administración de la educación. ¿Para que formaría el Estado profesionales que no necesita? Esa lógica no se aprende en la universidad, es la lógica del común de la gente, pero Trotti cree darnos una cátedra. Ahora bien, de donde sacaría Trotti que los profesionales solo duran tres años, que son de mala calidad. ¿Tendrá estadísticas, pruebas irrefutables que nos puedan convencer de la mala calidad de la educación superior venezolana, o son otra de sus elucubraciones fantasiosas? ¿Acaso no fueron científicos venezolanos quienes juntamente con científicos chinos pusieron en órbita un satélite? Eso requiere conocimiento profundo. Y, si pasamos a Cuba, otra nación que le provoca agruras; ¿acaso no es una potencia en biotecnología, tanto que tiene relaciones en este campo con otras naciones del mundo incluyendo las más avanzadas, entro de ellas, los mismísimos Estados Unidos? ¿Realmente Trotti creerá que en plena época de la información los lectores somos una pila de tontos y desinformados? ¡Por favor!
Por último, argumenta Trotti que esto traerá amarrada “la ley mordaza en contra de la radio y la televisión, permitiendo la “suspensión inmediata” de los medios, en caso de que propalen programas que “produzcan terror en los niños, inciten al odio, violencia o que contraríen los sanos valores”. Pero si de esto se ha hablado demasiado, llegando a la conclusión que la violencia en los medios debe ser erradicada; claro, los dueños de medios que mercan con la violencia, el odio, la deshumanización de los receptores no querrán ver mermadas sus ganancias, pero como estamos por el interés social que cambien su programación o que desaparezcan del mercado ante la competencia de otros más eficientes bajo este esquema. ¿No ha leído Trotti los estudios de especialistas que concluyen que los niños expuestos a dichos programas desarrollan sentimientos hostiles? ¿Qué raro que viviendo en un país muy avanzado no haya tenido contacto con semejantes investigaciones? Pero bueno, en todos lados se cuecen habas.

Con respecto a lo que dice que “será la autoridad política, y no la judicial, la que se encargará de ser la que determine qué tipo de programas pueden transmitirse…”. Por supuesto, ¿y quien creía que iba a ser? Bajo el esquema democrático es el legislativo el que determina a través de leyes, reglamentos y normas quien decide y el judicial el que se encarga de encauzar los procesos en lo cuales los acusados tendrán el derecho de defenderse. Así es aquí, en Estados Unidos, en China, Argelia, Somalia, Francia, etc.

Según Trotti, por todo esto Chávez es un dictador pero le recuerdo que en la época moderna, según el DRAE, dictador es aquel se arroga o recibe todos los poderes políticos extraordinarios y los ejerce sin limitación jurídica. Si fuera así, muchos de los que apoyaron claramente el golpe de Estado del 2002, estarían en la cárcel, incluyendo al alcalde Ledesma. Sin embargo, por cuestiones jurídicas no lo están. Incluso, varios están hoy en día ocupando cargos públicos. ¿Entonces, Trotti, donde está el omnímodo poder de Chávez?

La ventaja de que goza Trotti y muchos como él es que la Prensa manejada por la más rancia burguesía y oligarquía en nuestro país le da espacios, incluso le paga, para que vierta sus acrimonias contra procesos revolucionarios como el de Venezuela sin un mínimo de análisis serio que pudiera abrir un debate de altura. Bueno, se me olvidaba que esa es la consigna de estos pseudoperiodistas.

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