lunes, 7 de septiembre de 2009

Colombia, no hay dos sin tres…

Ingrid Storgen

En una manipulación sin tapujos el tirano colombiano logró que en la Cámara de Representantes se aprobara un referéndum tendiente a permitir su postulación para un tercer período.

Por supuesto la prensa des-informativa no se expidió al respecto como hubiera hecho en otros casos.

Tampoco será que de lograr su proyecto alguien vaya a hacerle un golpe de estado, ya sabemos que en estos casos entre bueyes no hay cornadas y perdón los pobres bueyes por la comparación.

Esta nueva idea tendiente al fortalecimiento del estado fascista al que Uribe dio cuerpo y forma siguiendo las directivas del norte, surge tras la aparición pública de un listado de para políticos colombianos que fueron el apoyo sustancial para su reelección segunda, alcanzada gracias al 22% del padrón electoral que lo mantuvo en el poder y que ahora le permite ir por más.

Los para políticos, cuyos nombres agrego a ésta, pertenecen al círculo íntimo del presidente, su currículum no era desconocido por él pero lo más grave es que no son los únicos, si bien muchos de los que aparecen en la lista están presos de momento, otros gozan de su libertad y accionan desde sus espacios extendiéndole espanto a su tierra hostigada durante tantas décadas.

Llama poderosamente la atención que ninguno de los presidentes de América Latina, más precisamente los del sur, no hayan suspendido aún relaciones con semejante delincuencia instalada y que tanto daño va a causar a los países vecinos. Fueron pocos los que levantaron sus voces contra la instalación de las siete bases gringas ya organizadas y será mucho el horror que desde allí partirá hacia la región.

Pese al escándalo que diariamente estalla en Colombia, parece que es mucho más fácil hablar de la no intervención en los asuntos internos de un país que situarse al lado de un pueblo víctima del silencio.

Uno no debe cansarse de repetir como para que se multiplique la sensación de impotencia que genera la instalación de una maquinaria del terror como nunca se vio en estas tierras, lo inconcebibles que resultan, mírese por donde se lo mire, esas siete llagas, siete puntas de lanza, siete estacas del odio instalados en el corazón de una tierra harta de llorar a sus muertos.

Colombia está en manos de un gobierno narcoparamilitar, es el único país donde legislan personajes investigados, otros lo hicieron antes de ser encarcelados por sus estrechos vínculos con los grupos paramilitares y como si fuera poco estos mismos engendros manipulan la ley que ampararía un próximo mandato. Es increíble y el mundo no puede permanecer mirando hacia otro lado semejante historia a la que se condena a un pueblo.

A Uribe, de momento, lo único que lo persigue es la buena racha, ya lo vimos en la pasada cumbre de Unasur donde muy pocos, demasiado pocos, fueron capaces de condenar la instalación del odio en Suramérica. Pena grande que no hayan podido abrir los ojos de los necios que salieron de la cumbre silbando bajito.

He aquí algunas de las joyas de Uribe, tal vez las un poco menos dañinas por eso están purgando condena que de todos modos nunca es tan dura como la que purgan los luchadores en las cárceles. Los otros están trabajando arduamente y no tengamos dudas que triunfarán.

Ya alguien lo dijo claramente Dios no es neutral.

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