miércoles, 16 de septiembre de 2009

ADRIANA VALENZUELA Y YOLY QUAN

Novela de la vida real.
Autoría de Gil Zu


Al sentarme a escribir esta pequeña columna no sabia si principiar por Adriana o con Yoly. La segunda ya no se encuentra porque marchó hacia lo desconocido. La segunda vive y desarrolla un permanente trabajo a favor de la vida. Una era Maestra de Educación, la otra prefirió estudiar Secretariado Bilingüe y las técnicas de la computación.

En mi novela PORQUE MATARON A KENNEDY, baso el argumento en la vida real de una norteamericana que vivió los horrores de la Segunda Guerra Mundial como enfermera en el ejército estadounidense. Al finalizar el conflicto se incorpora a las Brigadas de Paz y luego a una Fundación Educativa de donde es trasladada a una aldea en Guatemala en donde no existía carretera y el trayecto tenia que hacerse a lomo de mula.
Siempre he pensado que grandes empresas han surgido merced a la inventiva y a la creatividad más que a los recursos millonarios tanto científicos como económicos, y esta enfermera haciendo uso de los pocos recursos con que cuenta trasmite a la comunidad el deseo de superación y al cabo de algunos años de trabajo el Comité organizado en San Vicente, con la colaboración de la Municipalidad jurisdiccional que le proporciona maquinaria de caminos, logran abrir la carretera de terracería que va a comunicar a la aldea con la cabecera municipal. Han construido dos escuelas y el analfabetismo se encuentra a cero. Se abren dos clínicas médicas, canchas deportivas y organizan dos cooperativas de agricultores para comercializar verduras y trigo. Cuando han transcurrido diez años, Guatemala es invadida por un ejército de mercenarios y nuestra enfermera sale huyendo para la capital dirigiéndose a su embajada que le facilita los medios para retornar a su patria: Estados Unidos. Al reincorporarse en su nación y cuando han transcurrido algunos años quiere explicarle al mundo su experiencia en una nación centroamericana cerca de una comunidad indígena. El día que publican su Carta Abierta al Presidente John F. Kennedy, éste nunca la pudo leer ya que ese día es asesinado en Dallas, Texas.

YOLY QUAN no promovió ningún proyecto para transformar una comunidad, pero el Diario Siglo XXI la entrevistó dedicándole dos páginas en un largo reportaje llamándola: LA MAESTRA QUE HABLA CON EL CORAZON. Sus alumnos la entendían cuando les hablaba con señas utilizando sus manos y el Presidente de Guatemala Oscar Berger le envió una carta que yo conservo felicitándola El Día del Maestro. Yoly fue una niña normal graduándose de Maestra en el Liceo Francés, siendo una de sus compañeras a la que tanto quería la que hoy es esposa del Periodista Mario Antonio Sandoval de Prensa Libre. Trabajó como Maestra dedicando esfuerzo, talento y entrega a su noble profesión y a sus alumnos. Luego se casó y del fruto de este matrimonio nacieron tres hijos. Uno de ellos se encuentra en Austria, el otro en Nicaragua y la mujercita en Estados Unidos.

Caminando por las tierras de Tiquizate, en una finca propiedad de su cuñado, adquirió una enfermedad que fue avanzando poco a poco, secándole los huesos y haciéndole perder el habla. Ignoro si fue consecuencia de los pesticidas que se utilizan en esos cultivos. Para entonces impartía clases en la Aldea de Canchón, camino a Fraijanes, y para entonces ya no podía hablar pero nunca se dio por vencida, continuaba dando clases a sus alumnos a los que tanto amaba y debido a eso en Siglo XXI le dieron el calificativo de La Maestra que habla con el Corazón y con el Alma. La enfermedad le imposibilitó continuar al frente de su aula, fue recluida en la habitación de su casa hasta que la enfermedad la venció cerrando sus ojos para siempre.

Se que esta historia la van a leer amigos escritores y a ellos pido que sugieran al actual Ministro de Educación una petición muy modesta. Que autorice para que el aula en donde ella impartía sus clases lleve su nombre: PROFESORA YOLY QUAN (Escuela Rural de la Aldea Canchón, Fraijanes)

ADRIANA VALENZUELA. Estudió en la Escuela de las Naciones Unidas en la capital de Guatemala y luego en La Escuela de Comercio. Cuando se casó se trasladaron con su esposo a San Pedro Sula en donde el es catedrático universitario y a Adriana le fue confiada la administración de la Iglesia EBENEZER. Tuvieron dos hijas bellas, las que estudiaban en uno de los colegios privados mas calificados del lugar. Construyeron una preciosa casa en una zona residencial y cuando todo marchaba bien le detectaron a su hijita Dulcce esa enfermedad maldita que se llama
cáncer y principio una nueva etapa en la vida de esta pareja. Lamentablemente ni en Honduras ni en Guatemala los Hospitales cuentan con el equipo que en este caso se requería y se vieron obligados a hacer gestiones a todo el mundo hasta que una mano invisible los ayudó para que Dulcce fuera inicialmente tratada en un Hospital Metodista en los Estados Unidos. Principio la quimioterapia, el pelo se le cayó, principio a adelgazar, pero había algo increíble en Dulcce. Nunca se le vio destruida ni moral ni físicamente. Vinieron varias operaciones y la salud poco a poco se ha venido reponiendo. Denota interés no en lo que a ella le ha sucedido sino en los miles de niños que sufren de esta enfermedad mortal. Adriana se levanta muy temprano, atiende a sus dos hijas, las lleva a la escuela, se va a trabajar y por la tarde las va a traer compartiendo de alguna manera sus inquietudes, pero poniendo de manifiesto una Fe que solo a personas como a ella le funcionan. Me agradaría que le envíen a Adriana voces de aliento, lo mismo que a su hija Dulcce confiando todos que esta enfermedad ya no vuelva a aparecer en su vida. El correo de Adriana es: ka.dosh@live.com

Se me hace difícil hacerles una confesión a mis lectores: YOLY Y ADRIANA SON MIS HIJAS.

A VECES EL SILENCIO ES PEOR QUE LA MENTIRA. CICERON.

oracionxlasnaciones@yahoo.es
mail@sakerti.ning.com

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