viernes, 10 de diciembre de 2010

A Pinocho no le sienta bien hablar de narices

Por Carlos Maldonado

El terrorista confeso, Carlos Alberto Montaner, que antes colocaba bombas y ahora las financia a través de grupos violentos de la contrarrevolución cubana miamense para perpetrar sabotajes en Cuba con el pago de los emolumentos que el Imperio le otorga por rendir su pluma a su servicio, ahora se dedica a construir historietas. Tramas a lo James Bond donde los países de la Alba, ahora enemigos de Estados Unidos, por seguir su propio destino al margen de la influencia de aquél, construyen plataformas misilísticas cuyas cabezas pueden albergar bombas atómicas con la asesoría diabólica de Irán, las cuales apuntan a territorio yanqui. Este chico Marvel es Carlos Alberto Montaner.


Con telón de fondo de WikiLeaks, Montaner ahora escribe guiones hollywooodenses donde con estilo macartista pone a Washington como la víctima de tramas, agresiones e injerencias de otros países. ¡Pobre Washington, a merced de Cuba y ahora también de Venezuela y los demás países de la ALBA! ¡Qué cinismo!

No podía esperarse algo mejor que estas absurdas triquiñuelas de alguien a quien se le agotaron los argumentos. Para frenar un tanto el impacto que ha causado WikiLeaks al desnudar su hipocresía y prepotencia en su política exterior, los gringos ha encargado a sus genuflexos escribientes alrededor del mundo, entre quienes se cuenta Montaner, que construyan historias de espionaje y terrorismo donde la víctima y no el victimario es Estados Unidos.

Si muchos han aceptado su declive en lo económico y productivo, ahora que ha salido a luz su perfidia, se cierra el ciclo al perder lo único que le quedaba: su seriedad. Pierde así su primacía como potencia.

A Pinocho no le sienta bien hablar de narices.

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