martes, 4 de agosto de 2009

De profundis

Carlos Enrique Wer
Frente Popular

En La Hora, 4 de agosto 2009.

Permítaseme, salvando las distancias, titular este artículo con el mismo nombre de aquella obra exquisita de la pluma del atormentado Oscar Wilde, quien en prisión acusado de relaciones inmorales, se quejaba en la soledad en que se debatía en la celda que ocupaba, de la injusticia, de la difamación de los medios de su tiempo, que creaban como hoy, un entorno que le acusaba antes de que fueran los tribunales quienes se pronunciaran.

Y viene al caso, porque Prensa Libre y Guatevisión, dos empresas de los mismos propietarios, se han cebado sobre mi persona, por los delitos de haber sido nombrados por un Juzgado de Trabajo interventor judicial de una de sus empresas, denominada Diarios Modernos, editor de Nuestro Diario el periódico de mayor circulación en el país y luego electo Presidente de la Asociación de Periodistas de Guatemala. En ambos casos dos cargos en los que, en uno al no ser sujeto de corrupción ni compra, (ya que de venderme la lógica lo haría inclinándome por el lado más fuerte, es decir Prensa Libre), medida que utilizan estos medios con frecuencia en todos los niveles y sectores y al no plegarme a las presiones mediáticas en el segundo, para lograr que la APG se convierta en una entidad de prensa, creíble, confiable y con la capacidad profesional que le permita cumplir con el objetivo de ser creador de opinión pública.

El conflicto empresarial que confronta a accionistas mayoritarios a los minoritarios, fue extendido hacia el grupo de trabajadores que abandonaran la sede de Diarios Modernos, quienes plantearon un incidente en el Juzgado de Trabajo, que al final de cuentas resultara con el nombramiento de un interventor judicial, solicitado por ellos mismos. Con buen tino, el Juez Tercero de Trabajo, al ser el conflicto uno en el que intervenían periodistas, solicitó de la Asociación de Periodistas de Guatemala (APG), que nombrara una terna de candidatos a Interventor. La entidad de prensa envió lo requerido por el Juzgado y éste hizo recaer el nombramiento sobre mi persona.

A pesar de que, en un principio me reuniera con ambas partes, escuchando los argumentos que esgrimían, el proceso en el que se tomaban en consideración nuevas informaciones, llevó a la intervención a asesorarse legalmente. El pago de los salarios pretendidos por el grupo que ha usado todo tipo de insultos, vituperios, difamaciones, falsa información etc. fue puesto en evidencia cuando la Asesoría Legal de la Intervención recomendara el no pago de las pretensiones de dicho grupo, por estar simple y llanamente opuesto a la legislación laboral, especialmente aquella que define al trabajador y sus obligaciones para con la empresa que contrata su fuerza de trabajo. Los cheques quedaron firmados, esperando solamente que sea el Tribunal correspondiente el que determine si el grupo de trabajadores o la intervención tiene la razón.

A través de artículos de Prensa Libre y reportajes en su canal Guatevisión pretenden ejercer presión para que se pague salarios (que ellos han estado pagando desde el principio del conflicto, utilizando para ello cuentas pertenecientes a Diarios Modernos S. A.) a 82 personas, que trabajaron en Nuestro Diario y que, tentados por los intereses y los ofrecimientos de ese grupo, abandonaran su sede de trabajo, y dejaran de entregar producto a la empresa que les contratara.

ÚLTIMA HORA: "elPeriódico" el que "bajo el agua" comparte con Prensa Libre y CIA intereses, se suma al ataque de quienes "en estado de pobreza", por un año sin recibir sus sueldos, tienen la capacidad de publicar toda una página en ese medio, "con derecho a respuesta pagada".

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