martes, 26 de mayo de 2009

Iglesia Católica, Movimiento Indígena y Lucha Revolucionaria


Alfonso Bauer Paiz
En La Hora, 4 y 11 de mayo

El miércoles 29 del mes pasado, en el Paraninfo Universitario se efectuó un coloquio que organiza el Dr. Jorge Murga Armas (*), esta vez teniendo como tema su ensayo sociológico contenido en el libro "Iglesia Católica, Movimiento Indígena y Lucha Revolucionaria" (Santiago Atitlán, Guatemala). Segunda Edición, Guatemala, Impresiones Palacios, S. A. 10 /1/2006.

Yo no pude asistir, pero habiendo leído el libro, considero muy conveniente que los guatemaltecos lo lean y estudien, porque la obra es el resultado de una seria y científica investigación, que constituye un importante aporte a la historia de Guatemala, en general, y especialmente de la época de la guerra intestina habida en nuestro país, a partir de los años sesenta del siglo pasado, hasta fines de 1996 y del papel que desempeñaron la Iglesia Católica y el movimiento indígena en la lucha revolucionaria que libraron clases sociales populares contra el sistema oligárquico y pro-imperialista entronizado en el poder desde 1954 hasta el día de hoy.

A continuación me referiré a algunos pasajes del libro con aserciones y negativas valiosas en torno a acontecimientos de ese período, durante el pasado siglo, que aún conservan su validez en estos momentos. Por ejemplo, los siguientes:

"El ideal histórico de una nueva cristiandad se tradujo en una paradoja en Guatemala. Su autor, filósofo Jacques Maritain, no hubiera sospechado siquiera que su crítica al comunismo ateo y al capitalismo burgués incidiría dramáticamente en este país. Su promotor en Guatemala, Monseñor Mariano Rossell y Arellano, abanderado de la lucha anticomunista que en 1954 derrocó al presidente Jacobo Arbenz, tampoco hubiese creído que el neotomismo de aquel crearía el mantillo propicio para la llegada de la teología de la liberación".

"¿Paradoja de la Iglesia o ironía de la vida? Un movimiento religioso formado en un ambiente anticomunista, tan sólo dos décadas después, proveerá las bases sociales de las guerrillas marxistas".

Señala Murga que la Iglesia Católica después de haberse opuesto a la reforma agraria de Arbenz, "sentó las bases del movimiento indígena campesino; embistió la cultura indígena, ahora promueve la "inculturación del Evangelio". Tal parece que la Iglesia guatemalteca ha reconocido siempre tarde los "signos de los tiempos"."

En el primer capítulo del libro, el lector podrá saber que el análisis de las confrontaciones religiosas de ese período "forma la trama del primer capítulo de la obra y sabrá que "los excesos de la Iglesia en las comunidades indígenas se explican a partir del etnocentrismo de los sacerdotes, pero también de la sociedad mestiza ("ladina") dominante, cuyo poder conspiraba contra de los representantes de la tradición".-

La trama del segundo y tercer capítulo consiste en el nacimiento de nuevas formas de organización en las comunidades indígenas, impulsadas por Acción Católica. "Sustentados en el ideal histórico de una nueva cristiandad y en la ideología desarrollista entonces en boga, el sector más progresista de la Iglesia favorece con sus acciones el surgimiento del movimiento indígena"

En los capítulos cuarto y quinto. Murga analiza el encuentro "de religiosos y revolucionarios, y explica: "En Cristianos y Marxistas" vemos cómo el ideal histórico de una nueva cristiandad se transforma, en el ideal de la construcción del reino de Dios sobre la tierra que promueven los teólogos de la liberación. En "La guerrilla y el indígena" "tendremos la oportunidad de conocer la concepción estratégica de la lucha armada de las organizaciones revolucionarias y el papel que éstas le asignan al indígena dentro del proyecto de la revolución", pero el autor hace la reserva de "cómo la adopción de modelos y la elevación de la doctrina marxista-leninista a nivel de dogma encasilla muchas veces el pensamiento de los revolucionarios guatemaltecos."

En el capitulo sexto se trata de: "La nueva actitud de los sacerdotes hacia las comunidades, pero también de la acción política de los revolucionarios (que) favorece la inversión de la autopercepción de los elementos indígenas marcados por siglos de opresión y discriminación racista. Los procesos de "concientización" desarrollados a partir de los años sesenta (se entiende que del siglo pasado) desembocan en el nacimiento de una "nueva conciencia indígena". Aunque en contra de la tradición, los dirigentes indígenas toman conciencia de su historia, de sus valores e inician un proceso de reivindicación cultural que se centra en la lucha contra la explotación, la opresión y la discriminación racista".

En el capítulo séptimo se trata de la respuesta del poder militar que no se hizo esperar ante tal actitud indígena. Puso en práctica estrategias de control social y contrainsurgente que combinan desapariciones forzadas, asesinatos individuales y colectivos y el reclutamiento y encuadramiento forzoso de la población. "Así, los efectos de la violencia rompen el tejido comunitario. Ello se hace evidente en las confrontaciones que se generan entre los miembros de las propias comunidades más que enfrentamientos armados entre ejército y guerrilla, la guerra se traduce en denuncias, desapariciones forzadas y asesinatos de dirigentes locales, ejecuciones extrajudiciales, ajusticiamientos, masacres y ocupación militar de las comunidades". O sea cómo el ejército ejecutó su estrategia de lucha contrainsurreccional en las comunidades indígenas.

En el artículo anterior escribí sobre el contenido e importancia socio-política de la obra que se titula como el presente escrito, cuyo autor es el doctor en Sociología y Antropología, Jorge Murga Armas.

Comenté los temas tratados en los primeros siete capítulos del libro, a saber: Capítulo I, La "reconquista" cristiana; Capítulo II, Estructura orgánica de Acción Católica Rural; Capítulo III, Nueva cristiandad, desarrollarismo y movimiento indígena; Capítulo IV, Cristianos y marxistas; Capítulo V, La guerrilla y el Indígena; Capítulo VI, La toma de conciencia de sí del indígena; Capítulo VII, Terror contrainsurgente. Ahora, me ocuparé de la temática de los Capítulos octavo y noveno del libro del Dr. Murga. El Capítulo octavo, se refiere a la Recomposición de la Iglesia (católica), y a los siguientes subtemas: las nuevas formas de acción social; las cofradías en la nueva perspectiva de la Iglesia; los Centros Católicos Cantorales; Renovación Carismática Católica; Formas de organización y lógicas de acción (Pequeñas Comunidades Parroquiales de Vida Cristiana (PC'S); y Renovación carismática en Santiago Atitlán.

A este respecto, la conclusión del doctor Murga en cuanto a la Renovación Carismática católica es que ésta, en Santiago Atitlán, "lejos de contener la acción de las sectas protestantes, ha provocado nuevas divisiones, nuevas oposiciones y movimientos paralelos y competitivos en el seno de la Iglesia Católica".

El Capítulo noveno y último del libro enfoca Los Procesos de Recomposición Social, en varias secciones: El contexto local; El proceso de autogestión comunitaria; El Comité Pro Seguridad y Desarrollo; Lógicas de Acción; La trama del Conflicto Político; El conflicto político; El plebiscito del 4 de mayo; El Plebiscito del 11 de mayo, ambos de 1978, convocados por los Tz'utujiles, para ventilar casos de corrupción de autoridades edilicias; La expropiación del conflicto, sección en la que se da a conocer que la comunidad no resolvió ese conflicto en el que ya había diferencias entre evangélicos y católicos, conforme a sus prácticas tradicionales, sino por la intervención de autoridades de la Gobernación Departamental; En busca de otras explicaciones, sección en la que se evoca la victoria cívica y ciudadana del pueblo de Santiago Atitlán que expulsó de la ciudad al Ejército Nacional, pero que siete años después, el poder militar vuelve a enseñorearse y del asunto se trata en las secciones, La hipótesis de la estrategia militar de desestabilización y La hipótesis de la intervención de las fuerzas políticas afines a la guerrilla; y la última sección del Capítulo noveno, es: Maximón a pesar de todo, en la que Murga, ante los asesinatos ocurridos en aldea de Santiago Atitlán, comenta lo aterrorizados que están los vecinos, quienes pidieron que el Ejército se hiciera cargo de la vigilancia de la región.

Y todas esas corruptelas y rivalidades internas, ajenas a la autoridad ética de los Ajkunab ', sacerdotes mayas, quienes en esos hechos delictivos y contrarios a la costumbre, finalmente castigaron a las autoridades locales corruptas y, como dice el autor Murga: ¡He ahí el poder de Maximón!

Y, por último, mencionaré algunas de las históricas conclusiones de esta importante obra: Situado en la intersección del socialismo no ateo y del liberalismo burgués, el modelo social cristiano lleva a la Iglesia a proponer el ideal histórico de una nueva cristiandad. Poner en marcha programas de desarrollo social y procesos de formación de dirigentes , que se inspiran en los valores de justicia y respeto a la dignidad de la persona humana e interesan particularmente a los indígenas marcados por siglos de opresión y discriminación racista, Al asimilar la idea de construcción del reino de Dios sobre la Tierra con la construcción de una nueva sociedad, tanto cristianos comprometidos con la teología de la liberación como revolucionarios marxistas crearon visiones utópicas de la realidad que movilizaron a muchos indígenas en favor de la lucha revolucionaria de inspiración marxista. El encuentro entre cristianos y marxistas provoca la reacción despiadada del poder militar que se salda con la destrucción de las bases sociales de la guerrilla y de la propia Iglesia. Lejos de presenciar la desaparición de la comunidad y el triunfo de los valores del individualismo moderno en las sociedades mayas, se observa un fenómeno de integración de ciertos valores de la modernidad a la tradición comunitaria y de recomposición de la comunidad en el contexto de la modernidad.

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(*) Jorge Murga Armas, Doctor en antropología y sociología (Universidad de París VIII), Investigador del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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