miércoles, 4 de febrero de 2009

NUEVO SIGLO AMERICANO Y LAS GUERRAS DE CUARTA GENERACIÓN, COMO PARTE DE LA ESTRATEGIA PARA LA NUEVA ERA DE DOMINACIÓN HEGEMÓNICA

José Miguel Hernández
Primer Secretaria de Asuntos Políticos
Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en Guatemala

Difícilmente el común de las personas alrededor del mundo se detienen a pensar cómo las grandes potencias y, en especial, los Estados Unidos de Norteamérica, orquestan, planifican y calculan minuciosamente las situaciones que pueden favorecer o facilitar el logro de sus objetivos. Ingenuamente, los que resistimos dignamente a las pretensiones hegemónicas del imperio, pretendemos conocer como se articulan las redes y la compleja estructura del sistema estadounidense que diseña a la perfección el caos, la desinformación, la crisis y por último, el derrocamiento de gobiernos o las invasiones “justificadas” con supuestas ideas de libertad y democracia. Constantemente somos bombardeados y manipulados psicológicamente a través de los medios de comunicación, los cuales, siguiendo las pautas modernas, copian formatos ideados en los laboratorios de pensamiento estadounidenses. Así mismo, nuestros jóvenes son impactados por las grandes obras del séptimo arte, las cuales imponen la forma de pensar, de actuar, de caminar, de vestir, de hablar pero además de sentir rechazo por nuestra propia idiosincrasia y gentilicio. Es una contraposición a los valores propios de nuestras sociedades en aras de crear seres de fácil manejo.

No ha sido casual que durante los últimos años, se han podido apreciar con mucha frecuencia en las carteleras cinematográficas, algunas películas que pretenden ser de corte históricos (subtituladas: basadas en hechos reales), en las cuales se presentan tiranos que someten sociedades enteras pero que son enfrentados y vencidos por los heroicos soldados estadounidenses; o cintas de ciencia ficción (así les dicen) que presentan a un héroe radicado en las opulentas ciudades estadounidenses y que se debe enfrentar a terroristas islámicos, depravados y perversos. Lo mismo sucedió después de la guerra de Vietnam y de los acontecimientos de 1993 en Somalia, por ejemplo. Podríamos hacer grandes listas de los acontecimientos que están signados por las estrategias mediáticas y que son diseñadas en los laboratorios estadounidenses pero, más allá de la importancia de denunciar estos hechos, esta el develar cual es el origen de los nuevos planes militares de dominación hegemónica.

A mediados de la década de los 70 el gobierno de Gerald Ford se planteó la necesidad de reevaluar la amenaza soviética y para ello ordenó al director de la CIA, George H. Bush, abrir una división especializada en el estudio sobre la URSS. Dicho equipo de trabajo fue conocido como B25 y estaba compuesto por intelectuales neo conservadores. Finalmente, este grupo de pensadores sobredimensionaron los acontecimientos entre ambas potencias al punto que el gobierno de Ford, en aras de defenderse de una eventual ofensiva por parte de la URSS, reactivo programas armamentistas y aeroespaciales. Este grupo de pensadores habrían logrado su objetivo: mantener la supremacía de los EEUU mediante una actitud prepotente y agresiva, manifestada en su política exterior y como herramienta de disuasión, en el desarrollo de armas sofisticadas.

Para lograr esto se valieron de la manipulación de información pública como por ejemplo, las declaraciones de dirigentes soviéticos. Esta conducta ha servido a través de los años para seguir avanzando en la articulación de estrategias que buscan captar el apoyo de la opinión pública dentro y fuera de las fronteras de EEUU, y en ese sentido debilitar al enemigo en su entorno. Es un lavado masivo de cerebros. Hoy en día, investigaciones muy serias han demostrado como están vinculados medios de comunicación como CNN y sus tentáculos en el continente americano, medios impresos, emisoras radiales, estudios de producción cinematográfica como Paramount Pictures, Metro Goldwyn Mayer, entre otros, con alguna institución u organismo de inteligencia estadounidense, particularmente especializadas en operaciones psicológicas. Esto es una de las partes en la que se divide el sistema de guerra psicológica que se esboza en la conocida “guerra de cuarta generación”, planteado por militares estadounidenses desde 1989.

La guerra de cuarta generación o guerra asimétrica, ha sido la interpretación dada por teóricos de la guerra en los EEUU, a partir del reconocimiento de un enemigo que es inferior en cuanto a su capacidad armamentista y tecnológica pero que puede causar grandes daños, a través de estrategias y tácticas de combate poco usuales y sorpresivas. Es así que, para garantizar la acción en contra de este enemigo, se utilizan mecanismos invisibles pero eficaces. Dichos mecanismos son esencialmente mediáticos, los cuales penetran en la mente de la población y generan cansancio, incertidumbre, desesperanza y desespero en la opinión pública.

Actualmente, esta estrategia imperial se pone en práctica en nuestro continente y lo podemos apreciar fácilmente en valerosos países como Bolivia, Nicaragua, Ecuador y Venezuela. Ataques en los medios de comunicación nacionales e internacionales fundamentados en mentiras y burlas, las cuales solo calan en las mentes de la burguesía rancia.

Pero esto obedece al nuevo planteamiento del imperio que busca mantener su hegemonía y control mundial; este planteamiento es conocido como “Nuevo Siglo Americano”, diseñado por las escuelas del pensamiento reaccionario y de ultra derecha estadounidense (neo conservadores), donde participan los llamados halcones de la política exterior. El año 2000 representó en definitiva, la necesidad de relanzar la postura de superpotencia de los Estados Unidos y su mantenimiento en el tiempo, dando demostración de poder mediante el uso de la fuerza y el desarrollo de armas de destrucción masiva con tecnología robótica pero, esta vez, con un nuevo enfoque de la guerra.

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