miércoles, 13 de abril de 2011

UN TERRORISTA NO PUEDE SER CONDENADO POR UN ESTADO TERRORISTA

EL CASO POSADA CARRILES Y LA PODREDUMBRE DEL IMPERIALISMO

Por Carlos Maldonado
Esperar algo diferente, en lo que el gobierno y pueblo de Cuba denominaron la farsa sobre el proceso que se le siguió al terrorista Luis Posada Carriles, en El Paso, Texas, hubiera sido una señal de que el aparato del gobierno fascista de Estados Unidos ha cambiando para bien de la democracia, el respeto al debido proceso y a favor de los derechos humanos de la sociedad planetaria. Sin embargo, la esperanza feneció luego de 13 semanas, bajo el veredicto que lo favoreció totalmente. Posada Carriles reía como ríen las hienas entre la carroña del aparato de justicia que lo absolvió.

Estados Unidos ha empezado su descenso al abismo de la inmoralidad. Un proceso que comenzó con la conquista del Oeste cuando los pueblos originarios que vivieron en su territorio fueron aniquilados casi totalmente y sus sobrevivientes encerrados en guettos llamados “reservaciones”. De ahí en adelante, ha venido agrediendo a sus vecinos, pasado por sobre las leyes internacionales, bombardeado indiscriminadamente a poblaciones indefensas e inocentes en sus recurrentes ofensivas que ha enarbolado contra otras naciones en su Guerra contra el Terrorismo, a los cuales eufemísticamente han denominado como “daños colaterales”.

Hipócritamente, con voz suave y rictus apesadumbrado, sus altos funcionarios han pedido disculpas a los gobiernos ante dichos “errores y equivocaciones” que han pesado sobre sus ciudadanos y que no pueden catalogarse más que como asesinatos, empero, luego de pasado el protocolo velatorio y político vuelven a cometer similares o mayores genocidios. Era, entonces, difícil que su terrorista, por excelencia, favorito para América Latina fuera inculpado. De ello, hubiera seguido consecuentemente, el desenmascaramiento de la forma de hacer política de parte de Washington.

Si WikiLeaks fue un tremendo golpe a su credibilidad, el tsunami en que se hubiera convertido una condena a Posada Carriles hubiera, quizá no terminado, pero si dañado tremendamente la estructura de su confianza ante su propio pueblo, por todo el andamiaje de terrorismo que apoyó con fondos de sus ciudadanos y logística, el gobierno yanqui contra otras naciones a través de este siniestro personaje. A su gobierno poco le importa que los demás pueblos sepamos de ello, pero sí es muy importante que su pueblo siga ignorante de sus prácticas terroristas. Eso, si no se lo puede permitir esa elite. Ser cuestionada por su propio pueblo hubiera sido un suicidio para continuar con su política de “matón del barrio”. Hay que tener en cuenta que si algo tiene que lograr para embarcarse en cualquier aventura militarista en el mundo, es la aprobación de su población a la cual mantiene drogada no solo literalmente por los estupefacientes (Estados Unidos es el mayor consumidor de drogas a nivel mundial) sino por el consumismo material y espiritual de su clase y capas medias y de su propia burguesía. Ese si no es un lujo que puede darse.

Con la Ley Patriótica (Patriotic Act) puede mantener a raya a los disidentes que están dentro de sus fronteras a los cuales aparte de mantenerlos controlados y vigilados, puede atacarlos bajo los preceptos legales que en ella se contienen y así neutralizarlos, pero, controlar a millones es otra cosa. Y, estos con el acceso a la tecnología de comunicación que poseen, es sumamente peligroso. Las “revoluciones de colores” que ellos mismos han propiciado se quedarían cortas. Pero eso, indudablemente sucederá tarde o temprano.

Su política se basa en el engaño y la mentira, en principio dirigidos hacia su pueblo el cual sigue creyendo que: 1) Estados Unidos es la nación elegida para, no solo defender la democracia y la libertad, sino para diseminarla a otros pueblos salvajes gobernados por tiranos de los cuales sus ciudadanos son esclavos; 2) Estados Unidos es el líder natural, por lo anterior y por eso, a pesar de cometer errores y equivocaciones, estos pueden justificarse en el marco de las buenas intenciones que lo mueven; y, 3) el gobierno mundial que Estados Unidos está llamado a extender por el mundo es el que logrará por fin, establecer una sociedad feliz e igualitaria, aún así tenga que doblegar militarmente y masacrar pueblos enteros. El fin justifica los medios.

Por ello, la absolución de Posada Carriles es “normal” dentro de esa visión de mundo. Por ello, es necesario que las guerrillas informativas penetren el corazón de los Estados Unidos para que su pueblo sepa la verdad de cuales son las verdaderas razones de la elite que los gobierna para cometer diariamente crímenes de lesa humanidad contra sus propios ciudadanos, los que las han descubierto y otros pueblos de quienes quieren apropiarse de sus recursos o tener bajo su influencia. Si supieran de esas verdaderas razones se avergonzarían y no se lo permitirían, lo cual pasaría por una revolución que traería como consecuencia la represión generalizada en contra de su propio pueblo lo que desembocaría en una guerra civil de grandes magnitudes y amplias repercusiones. Sucederá tarde o temprano.

Necesitamos a los cinco héroes entre nosotros, eso sería una buena señal de que la paz mundial se está construyendo sobre bases firmes y duraderas, pero eso dependerá de la profusión que le demos al trabajo de infiltración de la verdad en la nación del Norte.

Necesitamos levantar un movimiento anti-guerra dentro de los Estados Unidos mucho más fuerte del que se levantó durante la Guerra de Vietnam. De lo contrario, ese mismo pueblo seguirá viviendo en una realidad virtual que lo empujará invariablemente a darle el aval a su gobierno para destrozar a otros.

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