martes, 17 de noviembre de 2009

Estados Unidos: de más a menos

Carlos Maldonado

La política exterior de Estados Unidos fue resumida por un político de triste recordación para nuestra región centroamericana, especialmente para la guatemalteca, John Foster Dulles, en uno de sus tantos discursos: “ Estados Unidos no tiene amigos, tiene intereses”.


En el entuerto hondureño, fue clara esa posición de la potencia del Norte. Honduras sigue siendo la base aérea para ella y por tanto un elemento estratégico para mantener el control sobre esa zona, especialmente con una Nicaragua aliada a la ALBA.

Como desafortunadamente no me equivoqué en análisis anteriores, los gringos iban a permitir que Zelaya volviera a la silla presidencial solo para validar las elecciones de Noviembre. No obstante, la pequeña variación que hubo fue que, después de medir la fuerza que acompañaba a Mel hasta el momento, éste ya no importaba siquiera para mantener la cara democrática del Imperio, de tal modo que, con o sin Mel, reconocerán las elecciones del 29. Los gobiernos adscritos a su política expansionista como Colombia, Panamá, Costa Rica, México y, considero, que Perú también, seguirán sus designios. Y, por supuesto, como hace mucho se sabe, la OEA es un instrumento regional que por enésima vez demostró su inoperancia. El imperio ha impuesto así de nuevo su decisión. Ha arrebatado, con el regreso de Honduras a su entorno de influencia, una ficha a su adversaria la ALBA. Sin embargo, no es tan simple la situación; algo ha cambiado en el continente.

Antes que existieran gobiernos salidos de la voluntad popular genuina, Latinoamérica se cuadraba ante las órdenes que manaban de la Casa Blanca , hoy ya no es así. Desde que al ALCA se le dio el tiro de gracia en Mar del Plata, la situación ha ido de más a menos para Washington. Por eso, la instalación de las bases militares en Colombia era una urgencia. Es necesario volver a mostrar músculo para retomar lo perdido. Por tanto, recuperarlo debía venir acompañado de una muestra de fuerza –el golpe cívico-militar en Honduras-, remozada con las típicas argucias y estafas diplomáticas que siguen desnudando la política gringa, evidenciándola como algo en lo que no se puede confiar. Un socio importantísimo en estos momentos pero un socio al cual no se le puede dar la espalda ni por un segundo. Por supuesto, que Estados Unidos no querrá mancharse las manos con una guerra llevada por ellos directamente, podrá utilizar a sus chicos malos y azuzar al gobierno colombiano para que hostigue al de Venezuela en su frontera común. Y, ese será el juego del gato y el ratón, como ya se ha demostrado con varios incidentes entre los cuales el más grave ha sido el de los paramilitares-jugadores de fútbol y el asesinato de dos guardias venezolanos, en los puntos limítrofes. Una guerra sucia como las que se han perfeccionado, no solo acá en el hemisferio sino en el mundo entero, sin embargo, los pueblos que ya no son aquellos que antes creían en la grandeza de la nación del Norte ya no caen en esas viejas trampas. También ellos tienen algo que decir.

Por eso, conquistar la plaza de Honduras fue más desgastante para el Imperio que lo que representa realmente dentro de la geopolítica mundial. Fue un primer paso para mantener el control en una zona donde es irreversible su pérdida de control. Si bien, Honduras fue utilizada en el pasado para llevar la guerra contra los sandinistas, y puede ser utilizada, en las actuales circunstancias, como punto de partida para otras incursiones similares de nuevo contra la Nicaragua de Ortega u otros lugares dentro del istmo, la diplomacia gringa salió una vez más, cuestionada y, por lo mismo, bajó otro escalón en su declive irremediable. Todo esto sin contar lo que tengan qué decir los pueblos mancillados. Una mecha se ha encendido en la patria de Morazán y si bien la resistencia fue extenuada a punta de bayoneta, la victoria de los golpistas es una victoria pírrica y temporal. Después de las elecciones habrá importantes acontecimientos, sin duda alguna.

Obama, el hombre negro que llegó con un cúmulo de esperanzas bajo el brazo, rápidamente cayó en desgracia. Su deterioro ha sido tan acelerado, que no hay parangón. Las circunstancias de su propio gobierno lo han dejado como un personaje en el cual no puede confiarse y de eso, las demás potencias emergentes que sí pesan en el plano internacional, sacarán provecho.

¿Con qué acuerdos vendrá Barack de su largo periplo por el mundo? Yo, en lo particular, creo que con muy pocos. Las naciones poderosas ya no le tienen el mismo respeto a Estados Unidos , especialmente cuando el personaje que lleva las riendas de esa nación es un tipo que hoy dice una cosa y mañana hace otra, o que empeña su palabra y la Secretaria de Estado le enmienda la plana con sus actos. En alguien así no se puede confiar o, en el peor de los casos, no se le puede tomar en serio. Por supuesto, que habrá que contar con la molesta presencia de los gringos por mucho tiempo, sin embargo en los asuntos mundiales, los negocios más prósperos son los que cuentan con el respaldo de certificantes seguros a largo plazo y Estados Unidos ya no es la gran potencia que garantice eso, especialmente con su gran déficit presupuestario y su mundo de papel.

Estados Unidos, no solo ha retrocedido en el plano económico. Pareciera ser que el multilateralismo ha llegado para quedarse y aquél con sus pretensiones arrogantes solo se le ha concedido el espacio de América y entre ésta una porción de ella. Para afianzarse con la totalidad tendrá que recurrir a la guerra y eso es un riesgo que solo en la locura de la ultra-derecha fanática y racista puede caber, pues ello, indudablemente, traería su propia extinción como potencia.

Pero bueno, eso es algo que tiene que verse aún.

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