Sin embargo, es obvio
que la militarización está orientada a la defensa del capital de las empresas
mineras, hidroeléctricas y agro negocios, principales manifestaciones de la
dinámica de acumulación de capital por despojo y expolio que hoy el gobierno de
la mano dura sigue protegiendo y promoviendo, aun en contra del interés
público, del interés del país y del Estado mismo.
La apertura de nuevos
destacamentos militares (para beneficio de la casta militar), el afianzamiento
de la presencia militar estadounidense (fuerzas de ocupación) en territorio
nacional, la militarización de la protección (que no de la seguridad), sumado a
la criminalización de la protesta social, constituyen hoy la punta del iceberg
de la verdadera mano dura. Una mano dura
contra todo el que se oponga a la minería, los proyectos hidroeléctricos y los
agronegocios, aun cuando esta oposición sea democrática y persiga el bien
común, la soberanía, la seguridad alimentaria y nutricional, etc. y se
fundamente en instrumentos legales de carácter nacional e internacional.
Es eso lo que está en
juego en Barillas (Huehuetenango) y la política de Estado de Sitio, táctica
usual de los gobiernos militares que impulsaron el terrorismo de Estado y
continuada por el anterior gobierno del falso socialdemócrata de Colom, sólo
persigue proteger al gran capital local y transnacional.
En lugar de buscar
solución a la problemática por la vía del diálogo, perseguir a los empresarios
que activan sus cuerpos paramilitares en contra de la población, el gobierno de
la mano dura impone este tipo de proyectos expoliadores a pesar de la oposición
por consenso entre la población, manifiesto en las 65 consultas comunitarias/municipales
que han sido verdaderos ejercicios legales y legítimos, democráticos y
populares.
La conflictividad que
afloró en Barillas en los últimos días, no va a encontrar solución con Estados
de Sitio. La represión, la suspensión de garantías y la legalización de
posibles violaciones a Derechos Humanos, la militarización del territorio y la
amenaza en contra de comunidades que tienen reivindicaciones históricas y
demandas concretas, no se soluciona con mano dura.
La mano dura y el
Estado de Sitio sólo agrava la situación, nos hace retornar al pasado y generan
condiciones para el aumento de la conflictividad.
NO A LA MANO DURA
NO AL ESTADO DE SITIO
SÍ A LOS DERECHOS DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS
FRENTE POPULAR
Soberanía, Dignidad y Solidaridad
¡VAMOS PATRIA, LA LUCHA CONTINÚA!
Guatemala, 3 de mayo de 2012.
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