En la marco del
reencuentro de la Red de Educadoras y Educadores Populares de Guatemala -Red
K’at- en la región Nororiente, en la conmemoración de las gestas revolucionarios
del 20 de octubre de 1944, hemos analizado los hechos que hoy atentan contra
vida, contra la organización comunitaria, contra el pensamiento revolucionarias
y contra la vida de la Madre Tierra, con el fin de aportar a la recuperación
de nuestras formas propias de vida y de respeto entre los diferentes seres que
habitamos estos territorios.
Condenamos y
rechazamos la forma violenta con la que el Gobierno de Guatemala a través de sus
fuerzas represivas, ejército y policía nacional, reprime y persigue a las
comunidades, sus lideresas y sus líderes así como las organizaciones que
acompañan, que defienden sus territorios y su tierra de las políticas
extractivas promovidas desde el Gobierno. Principalmente Condenamos la primera
masacre cometida después de la Firmar los Acuerdos de Paz, contra el pueblo de
K’iche’ de Totonicapán, clara muestra de que el espíritu de estos Acuerdos de
Paz ha caducado.
Condenamos
también los atentados a los derechos colectivos del pueblo Q’anjob’al y Chuj de
Barillas, las persecución contra el pueblo Xinca y Maya Chortí que luchan por su
autonomía, el acoso permanente hacia el pueblo Q’eqchi’, sus luchas y sus
reivindicaciones contra los megaproyectos, por mencionar algunas formas de
represión y criminalización.
Nuestros
territorios no están en venta, ni se alquilan ni se veden porque no podemos
negociar con la vida de nuestra Madre que nos da la vida para sacar de ella su
energía, huesos hecho minerales y su esencia sólo para enriquecerse, condenando
a las comunidades a la muerte sin tierra, sin agua, sin bosque, sin oxigeno,
engañándolas con falsas promesas de desarrollo.
Las mujeres y los
hombres de los diferentes pueblos que defendemos nuestra vida y nuestros
territorios no somos terroristas, ni criminales como lo hacen ver los medios de
comunicación y el Ministro de Gobernación y de Defensa, la oligarquía y la
burguesía nacional, sino reivindicamos nuestro derecho a la manifestación, a la
vida, la educación crítica, la salud, nuestros derechos como pueblos originarios
y los derechos de la Madre Tierra y los demás elementos dadores de vida.
Como Educadoras y
Educadores Populares nos comprometemos a compartir la otra información, que
permita a las comunidades a tener una mirada crítica de la realidad para la
defensa de sus derechos, de sus formas propias de organización desde su
cosmovisión.
Desde el
territorio Tezulutlan, Waqib’ No’j, Oxlajuj Baqtun
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