martes, 25 de noviembre de 2008

EQUIPO



Carlos E. Wer
La Hora, diciembre 2, de 2008.





No cabe ni la menor duda que el éxito en cualquier actividad humana, lo representa la capacidad de reunir un grupo de personas y a través de una adecuada y positiva comunicación, hacer posible, no solamente que las ideas fluyan, sino el poder ponerlas en práctica.Ayer en la noche, luego de haber terminado la tarea de escoger a quienes fungirán como miembros del Tribunal Electoral, nos quedamos en amena charla un grupo de compañeros periodistas. Como es una buena costumbre entre chapines cuando compartimos un momento fuera de las carreras propias de nuestro trabajo, la primera parte de nuestra reunión fue dedicada a emular a 'Velorio'.

Fuertes carcajadas se escucharon en el recinto, que ya sin más grupo que el nuestro, rompían el silencio que se había adueñado del lugar. Pasada la euforia de los chistes, muchos de los cuales han alcanzado, como nosotros la tercera edad, empezaron a tocarse temas importantes, que demuestran la verdadera capacidad de compañeros apegistas, que lo único que necesitan para demostrarlas, es precisamente tener la sensación de que agrupados, muchas cosas no solamente son posibles, sino importantes de plantear al gremio, a nuestra Asociación, y al país. Este, necesitado como está de la participación activa de sus hijos, en el planteamiento de sus múltiples problemas, así como de sus factibles soluciones.De ahí, que la conversación se tornara de jocosa en seria y se llevara a la mesa temas importantes que giraran alrededor de situaciones que se dan en la vida diaria, y que afectan a la población. Algunos de ellos con la forma en que conducen su trabajo agrupaciones como la de los bomberos, en caso de necesidad de cubrir emergencias etc.

Pronto, la discusión cayó en el verdadero alcance de una Ley que es de vital importancia para el desarrollo, no solamente de la actividad periodística, sino de la actividad humana, como uno de los derechos inalienables, a los que ni los periodistas ni las personas, tenemos pleno acceso: la libertad de prensa y la libre emisión del pensamiento.

A pesar de que las cosas han variado, no lo han sido tanto de que los hombres de la prensa, puedan sentir que ese derecho, al ser plenamente ejercido, sea trasladado con la veracidad necesaria a la población que espera del trabajo del periodista, su mayor entrega.

Estoy seguro que mis compañeros Benedicto Girón, Julio Édgar García, Carlos Sawerby, Mario Sierra, Jaime Córdova Palacios, Romeo Lucas y Ernesto Cañas se retiraron del agradable momento, no solamente satisfechos, sino entusiasmados de poder llevar a la población, relacionada o no directamente con la prensa y discutir un tema de tanta importancia y trascendencia. Cada uno se quedó con la impresión de que era necesario "poner manos a la obra" y en el corto plazo que queda para el 9 de diciembre, seamos capaces de montar tan importante evento.

Y todo vino al caso, al revisar los hechos que se han suscitado últimamente en nuestro país y la imperiosa necesidad de que la población pueda, no solo enterarse, sino al mismo tiempo involucrarse en la búsqueda de soluciones. La proliferación de las maras, su violenta reacción, la que no solamente ha llevado a ella luto, sino intranquilidad e inseguridad. El crimen organizado y sus tentáculos que abarcan todas las actividades ciudadanas. Las fuerzas de seguridad copadas por la corrupción y el delito. El sistema judicial, igualmente corrupto en altos porcentajes. ¿Problemas?.. ¡suficientes! Más, el espíritu que impulsa a cada periodista a denunciar, a proponer, a investigar etc. se verá seriamente motivado por la iniciativa de estos apegistas ávidos de ser participes del sueño de un año diferente.

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