lunes, 24 de noviembre de 2008

POR MI CULPA, POR MI GRANDÍSIMA CULPA


Carlos Enrique Wer
La Hora, 25 de noviembre 2008


Las imágenes transmitidas o impresas que la población guatemalteca hubo de digerir en días pasados, como consecuencia de los hechos ocurridos en Pavoncito, cumplieron con parte del objetivo para el que fueron cometidos y que conforman el marco de un objetivo geopolítico: arrodillar a la población guatemalteca por terror. La bestialidad con la que se comportan estos personajes es tan impresionante, que el no tratar de conocer y entender sus raíces y sus metas, fácilmente trastorna a la persona. Y adentrarse en el submundo mental de quienes para mantener el poder, no reparan en absolutamente nada

Hoy como ayer, el opio, la droga en sus distintas variedades cumple con su objetivo y el mundo de jóvenes que, inmersos en ellas, se convierten en el brazo armado del narcotráfico que esconde a encumbrados personajes. Enormes intereses que manejan este negocio de trillones de dólares, para quienes los actores (víctimas y victimarios), solamente representan piezas de ajedrez que se mueven a voluntad del jugador.

Las investigaciones "científicas" que fueron descubriendo el secreto de la mente humana, pudieron encontrar en substancias químicas el medio para trastornarla. Y los laboratorios secretos del Ejército, se encargaron de probarlas en seres humanos, aún en el propio país que conducía las investigaciones y con su propia población. El proyecto Northwoods entre otros, demostraba como estos psicotrópicos eran capaces de trastornar casi totalmente la mente, y por ende el comportamiento humano.

Por otro lado, los efectos que los medios de comunicación masiva producen en ella también fueron estudiados, logrando hacer coincidir a quienes trastornados por la droga, coinciden con quienes, o pierden la sensibilidad humana, o se someten al terror de poder ser víctimas de ellos. Una fórmula perfecta. Más aún, era necesario dotar de efectividad a quienes usan los medios de imponerse y fue el ejército nuevamente, quien se encargó de diseñar un medio para entrenamiento de esa efectividad. Los videojuegos, sirvieron para dotar de esa certeza en los disparos, que fácilmente puede usted notar en quienes expertos, venden sus capacidades al mejor postor.

El ingrediente humano es fácilmente obtenible de los sectores sociales en los que abundan las carencias de todo, especialmente de educación. Sin ella, sin salud, sin alimentación adecuada, sin espacio social en el cual puedan tener oportunidades, solamente sobreviviendo sus carencias. Ese mundo de jóvenes golpeados por un sistema que privilegia lo material y la importancia de tener sobre el ser, encuentra en el mundo de la droga y su manejo, la forma de compensar esas carencias, haciéndose de dinero, de fuerza y de poder, que le sitúa, sin educación, en la privilegiada posición de imponer y decidir.

Y aquí es en donde, si somos honestos con nosotros mismos, tendremos que reconocer nuestra responsabilidad y nuestra culpabilidad. Por comisión o por omisión, no hemos sido capaces de construir una sociedad en la que las oportunidades alcancen a toda la población. No hemos sido capaces de transmitir los valores y principios que sostienen a una sociedad. Y no solamente no poder transmitirlos, sino ejemplificarlos. Convertidos en una sociedad de hipócritas señalamos la pústulas sociales que nosotros mismos hemos construido, mirando la paja en el ojo ajeno y escondiendo la viga en el propio. En el Hospital Neurológico de La Habana en Cuba, se encuentra escrito un pensamiento del apóstol José Martí, que señala el camino: "El primer acto de la Revolución, será devolver su dignidad al ser humano". Con la aplicación de esa aparentemente simple sentencia, podríamos iniciar el camino hacia una sociedad que con justicia, enseñe a nuestros niños, no a matar, sino a respetar la vida. Durante cerca de cuatro años asistí cada martes de semana a Pavón a dar clases de rehabilitación y nunca puedo olvidar los ojos fijos de un joven marero, que con su rostro casi totalmente tatuado, oía con sorpresa e interés que se le señalaba como ser humano, como recipiendario de potencialidades que le permitían construir en donde la sociedad se había encargado de arrasar. Y que, al comprenderlo, podría rechazar las inducidas políticas económicas sociales de quienes, como la familia Bush, son parte del mecanismo que utiliza la droga como arma geopolítica para controlar el mundo.El reprimir, en un medio en el que la pobreza y la miseria campea, solamente producirá el efecto de la hidryla... y cada niño con inducida tendencia delincuente, nos estará escupiendo en el rostro la parte de responsabilidad que nos corresponde en su desgracia? ¡Por mi culpa, por mi grandísima culpa!

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