jueves, 6 de junio de 2013
ÉPOCA DE RENACIMIENTO
En honor a Bradley Manning y Los Cinco Héroes cubanos presos en las cárceles del Imperio
Colectivo “La Gotera”
El Renacimiento fue un movimiento cultural que cambió los conceptos que se tenían del ser humano y su entorno establecidos especialmente durante la Edad Media. El humanismo y el avance de la ciencia fueron sus principales improntas.
Hoy, el siglo XXI parece ser el destinado para ser testigo de un novo Renacimiento. Como todo en la historia, éste se ha venido fraguando, tomando como base las prolongaciones del tiempo establecidas en los estudios del brillante intelectual norteamericano, Immanuel Wallerstein, desde el siglo XVIII, con la irrupción de la Revolución Francesa que a su vez fue acumulación de conocimiento y ambición que devino en el capitalismo alimentadas por las revoluciones burguesas de Holanda e Inglaterra, hasta la caída de la Unión Soviética. No obstante eso, que fue una pausa más en el largo devenir de la humanidad, arrancó con un nuevo ciclo histórico que quizá tenga menos duración que su predecesor por la velocidad con que se suscitan los acontecimientos derivados del avance incontenible de las fuerzas productivas, ilustradas mejor en la informática.
En él, ya se han dado con mayor profusión crisis sostenidas en los centros tradicionales financieros y el prefacio de conflictos de mediana escala que bien pueden, si no existe la imaginación y la audacia de frenarlos, de explotar en uno de magnitudes catastróficas para el propio planeta.
Las grandes potencias que brillaron en los siglos XVIII hasta las postrimerías del XX, han dejado de hacerlo. Su decadencia es elocuente y no solo en lo productivo, financiero sino de liderazgo en temas tan apremiantes y de interés mundial hoy como es el del respeto a los derechos humanos y el respeto a la autodeterminación, ya no solo de países, sino de conglomerados étnicos, e incluso, locales.
Estados Unidos y la Unión Europea, otrora paladines de los Derechos Humanos, han demostrado que esa bandera cuando no les ha servido la han pisoteado. Tal es el caso de Afganistán, Irak, Libia y Siria donde sus tropas han mancillado no solo la soberanía de esas naciones sino los derechos más elementales de sus ciudadanos. Esas tropelías han degenerado en políticas sistemáticas de abusos y violaciones flagrantes a los derechos humanos tales como los paraísos de las torturas: Abu Graib y Guantánamo; los vuelos de la muerte donde varios países de la “democrática” Europa participaron llevando y trayendo prisioneros de guerra en un vil secuestro y posterior desaparición con el fin de torturarlos en bases militares a instancias de Washington. En Libia apoyando a los grupos yihadistas que derrocaron a Muammar Al Gadaffi a quien en claro linchamiento transmitido por televisión a todo el mundo, lo asesinaron cobardemente. Y, ahora en Siria, equipando claramente a los grupos terroristas y de mercenarios con armas gruesas y acordando con ellos secretamente a espaldas de su población, derrocar a su presidente legítimo. Procurando con ello, instaurar en esa parte del mundo gobiernos títeres para su futuro ataque a Irán, para lo cual necesitan neutralizar a Rusia y China con la ocupación de Siria.
En este caso, Siria se ha convertido en la joya de la corona, tanto del pasado como del futuro. Su caída o su triunfo, significaría un giro estratégico para el avance de las fuerzas conservadoras o su freno. Por lo mismo, estar al lado del pueblo sirio y sus legítimas autoridades es estar contra el terrorismo y la guerra.
Es con estas intromisiones, con la instauración de una fuerza supranacional en lo militar y judicial, como la justicia norteamericana se ha manchado, a raíz de los aún no clarificados atentados del 11-S, con sugerencias fascistas que han hecho retrocederla a un neo- macartismo. Derivado de ello, sus propios ciudadanos han sufrido violaciones a sus derechos, persecuciones, vigilancias y delaciones en todos los ámbitos de su vida. La paranoia se ha diseminado como arsenal de guerra que no solo proporciona la excusa ideal para seguir justificando incursiones preventivas en otros países sino para crear un aparato de seguridad interna impresionante alrededor de sus propios ciudadanos y con ello, anular la potencial protesta.
Casos representativos que hablan de ese cerco violatorio es el del soldado Bradley Manning, analista de inteligencia del ejército de Estados Unidos, acusado de haber entregado a WikiLeaks centenares de miles de documentos que dan cuenta de algunos de los crímenes de lesa humanidad cometidos por Washington en Afganistán e Irak y, el de los Cinco Héroes antiterroristas cubanos: Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino Salazar, Antonio Guerrero Rodríguez, Fernando González Llort y René González Sehwerert. Este último liberado a cambio de renunciar a su ciudadanía norteamericana.
El delito de Manning fue develar las políticas de exterminio de su gobierno contra poblaciones enteras las cuales se pueden catalogar de genocidas. Por develar planes de tortura, maltrato, humillación y martirio contra prisioneros políticos que así lo fueron por el hecho de defender a sus propias naciones contra los invasores tanto en el plano militar como en el político.
Manning osó trasladar dichas informaciones al portal WikiLeaks a través de documentos clasificados sobre dichas violaciones por parte del ejército gringo en sus tropelías en Afganistán e Irak. Los Cinco, por haberse infiltrado en organizaciones terroristas de Miami, como Hermanos al Rescate y Alpha 66, formadas por grupúsculos que desean derrocar la Revolución en Cuba y que aún, no importándoles provocar incidentes entre la Isla y Washington, mucho menos la catástrofe que ello provocaría en su propia patria, forzar a Estados Unidos a invadirla. Esto con el único y mezquino objetivo de retroceder a Cuba a las condiciones que tenían antes de la Revolución del ’59 y por supuesto, erigirse estos líderes terroristas en los nuevos gobernantes de la mayor de las Antillas y, como corolario, recuperar para Estados Unidos su colonia más rica y emblemática en el continente.
Los casos Manning y el de los 5 Héroes Antiterroristas cubanos han revelado aún más al mundo que la justicia norteamericana no es el modelo a seguir, ni mucho menos. Gracias a la difusión de las arbitrariedades y las inquinas racistas de muchos de sus jueces y funcionarios medios y menores, ha sido develada tal cual es. Para los amigos todas las facilidades, para los considerados por ellos, enemigos, la ley. O, lo que esté fuera de la ley.
Toda esa parafernalia del respeto a los derechos humanos y el debido proceso; de la democracia y la libertad no son más que fantasías cuando la elite que gobierna esa poderosa nación siente peligrar su estabilidad y la permanencia de sus privilegios.
Miles han sido los héroes anónimos que han sucumbido en las cárceles imperiales, bajo el tormento de sus torturas y vejaciones, aislados de sus seres amados y la sociedad. Ateridos por el terror y el frío de la soledad, finalmente muchos son asesinados por oponerse a una camarilla de criminales que mantienen al mundo en zozobra y oscuridad.
Empero, como Bradley y los Cinco Héroes cubanos, que representan la dignidad de los anónimos que llenan esas mazmorras del Imperio alrededor del mundo, los pueblos hoy dan la batalla por ellos en los diferentes campos donde enfrentan a los ejércitos mercenarios que sucumben bajo los pies de los patriotas que defienden la causa de su familia, su hogar y su tierra.
Si el viejo Renacimiento fue antecedido de las nuevas ideas del humanismo. De la claridad en la arquitectura, contra el oscurantismo de castillos y conventos medievales; de la luminosa y lozana desnudez en el arte ante el escondrijo y el secreto o del libre comercio que desbancó la autarquía, hoy este nuevo Renacimiento promete la paz y el diálogo en vez de la guerra y la imposición; la solidaridad por sobre el egoísmo a que nos acostumbró el capitalismo; la igualdad entre pueblos ayer enfrentados; la eliminación de fronteras ante el empuje de las tradiciones compartidas y, ante todo, una nueva forma de producir, de distribuir y de consumir donde el ansia desaforada por la ganancia quedará eliminada y las necesidades reales de las mayorías, satisfechas.
Mujeres y hombres de ciencia, o simplemente, quienes se opusieron a los poderes feudales y sus abusos fueron conducidos a la hoguera y a sufrir los más atroces sufrimientos en esos aterradores tiempos, entre cuyos artilugios leguleyos estaba el acusarlos de brujas y hechiceros, nigromantes y adivinos para justificar ante sus comunidades su suplicio y muerte. Hoy, en similares circunstancias, la ley del Imperio justifica el asesinato, la tortura y el confinamiento de miles de titanes anónimos alrededor del mundo, entre los que se cuentan Bradley Manning y los Cinco Héroes cubanos: Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino Salazar, Antonio Guerrero Rodríguez y Fernando González Llort, quienes aún siguen presos. Y, aunque estos últimos, sean ahora cuatro por la liberación de René González quien sigue en batalla por sus hermanos cautivos, como lo seguimos todos los que creemos en la verdadera justicia, el objetivo es que sean pronto liberados para demostrarle al mundo que los umbríos gobernantes del mundo son cada vez más débiles pues carecen de razón alguna. Que su tiempo se acabó.
¡Que vivan los 5 Héroes Cubanos! ¡Que viva Bradley Manning!
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