Este 1º de Mayo, Día Internacional de la Clase Trabajadora, nos encontramos en una situación cada vez más crítica y grave.
La burguesía, como clase social explotadora y dominante en el país, expresada en el CACIF (cúpula organizada de la oligarquía y la burguesía), en alianza o sumisa al capital trasnacional, está impulsando una estrategia dirigida a profundizar la explotación y el expolio. Por eso están queriendo que se aprueben leyes (a través de sus diputados serviles) que persiguen violar aun más nuestros Derechos Laborales. Este es el caso de las llamadas Leyes de flexibilización laboral y productividad que el gobierno servil y descarado de Otto Pérez presentó al corrupto congreso. Con estas leyes se pretende institucionalizar contratos sólo por hora, a destajo, explotar a la juventud con la justificación que se están capacitando en las fincas, fábricas y demás negocios. Con ello suprimir la seguridad social, las prestaciones laborales, pagar salarios aun más bajos que afectarán a la clase trabajadora e, incluso, a las capas medias.
Pero además, la burguesía y las empresas trasnacionales, con su gerente de turno Otto Pérez, están impulsando una estrategia de expansión y profundización del despojo a través de: 1) la minería que nos despoja de los minerales y contamina el ambiente, 2) las hidroeléctricas, para venderle la electricidad a otros países, 3) el monopolio de la electricidad, para cobrarnos carísima le energía, 4) el despojo a campesinos para la expansión de caña, palma, piñón, entre otros productos, 5) la construcción privada de obras públicas y megaproyectos como el Corredor Tecnológico, para beneficio del capital transnacional, 6) la entrega de obras estratégicas como el Puerto Quetzal, para lograr ganancias en sus manos y dejarle vía libre al tráfico de drogas, 7) el mantenimiento y expansión de la privatización de los servicios públicos (salud, educación, etc.), para garantizarle grandes ganancias por ejemplo a las farmacéuticas, 8) el saqueo del Estado, como demuestra el asalto al IGSS, las transferencias fraudulentas, los actos de corrupción a granel, para beneficio de los altos funcionarios públicos.
Y esto lo están haciendo a través de las instituciones y leyes creadas para garantizar sus intereses. Así, son los mismos empresarios y sus operadores políticos que gobiernan desde los ministerios, congreso y organismo judicial, los que deciden las políticas que les favorecen y que se dirigen a profundizar la explotación y el saqueo. Es decir, a mantener un sistema de acumulación de riquezas para los empresarios capitalistas y gobernantes, mientras se mantiene en la miseria, desempleo, explotación y contaminación a la clase trabajadora y a los pueblos originarios, al pueblo mayoritario. Lo que es decir, una sociedad capitalista, basada en la explotación, saqueo, marginación, desigualdad, discriminación y racismo.
Y como parte de su estrategia, hoy están garantizando impunidad a los militares que implementaron una política represiva y genocida para garantizar su dominio y explotación. Esto con el objetivo de garantizar impunidad también a quienes hacen gobierno y bien les sirven y contra aquellos empresarios que dirigieron aparatos paramilitares. Asimismo, están impulsando nuevamente una estrategia de militarización de la sociedad y el Estado, y una política criminal y represiva en contra de organizaciones y dirigentes sindicales, comunitarios, indígenas y populares. Esto es la llamada mano dura.
Es por ello que hoy libramos luchas fundamentales: por la defensa de nuestros Derechos Laborales, por la defensa del territorio y la vida, por la nacionalización de los recursos naturales, los servicios públicos y los proyectos estratégicos. Asimismo, por la ratificación de Convenios que nos favorezcan como el Convenio 189 de la OIT (que beneficia a las trabajadoras de casa particular) y por la vigencia de otros como el Convenio 169 de la OIT. También por la reforma educativa y universitaria integral y democrática. Y, por último y no menos importante, por la justicia y la condena a los genocidas.
No obstante, estas luchas necesitan fortalecerse para que salgamos triunfantes de ellas. Por ello es necesaria una estrategia política que nos permita salir de la indiferencia de grandes sectores populares y avanzar en la organización, unidad y movilización. Sólo desde ahí podremos avanzar en una organización sindical y obrera que salga del economicismo y del entreguismo que hoy es dominante y que impide la lucha de y por nuestra clase social. Sólo desde ahí lograremos la articulación que permita conseguir el cumplimiento de los Derechos de los Pueblos Indígenas.
Por eso insistimos, desde nuestra perspectiva de clase y de pueblos, necesitamos de un programa político, una estrategia compartida, una dirigencia representativa y articuladora de los distintos sujetos y luchas de nuestros pueblos y de nuestra clase social. Sólo desde ahí saldremos del letargo, sumisión y de alianzas turbias de muchos sectores llamados de izquierda. Cómo lograr esto es parte de lo que tenemos que reflexionar y sobre lo que debemos ponernos de acuerdo. Pero es urgente para enfrentar la coyuntura política, para potenciar nuestras luchas sectoriales y para avanzar en la construcción de un país diferente: Socialista.
¡QUE VIVA EL 1º. DE MAYO!
¡QUE VIVA LA CLASE OBRERA DE GUATEMALA!
¡QUE VIVAN LAS LUCHAS DE NUESTROS PUEBLOS!
¡LUCHEMOS POR UNA VIDA DIGNA: TRABAJO, EDUCACIÓN Y SALUD!
FRENTE POPULAR
Soberanía, Dignidad y Solidaridad
¡VAMOS PATRIA, LA LUCHA CONTINÚA!
Guatemala, 1 de mayo de 2013.
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