El gobierno actual es la continuidad de la política privatizadora y represiva.
Contrario al avance en materia de cobertura educativa registrado hasta 2012, el gobierno de Otto Perez Molina se ha dado a la tarea de profundizar la privatización de la educación. Ha disminuido la cobertura y las transferencias que permitían que niños en la marginalidad se vincularan a la escuela, avances que no obstante siguieron reproduciendo las profundas deficiencias en la calidad en materia de fundamentación filosófica, ética, humanista, técnica y científica y en la provisión de recursos.
Este gobierno está imponiendo un cambio en la formación de maestros que, al incrementar dos años más la carrera magisterial, tiene un impacto inmediato en la economía de las familias y jóvenes que intentan hacerse creadores desde la educación. Además, no está garantizando que los maestros cuenten con un mejor salario, ni siquiera para quienes cursen más años en la carrera ni para quienes han hecho esfuerzos por formarse universitariamente. Con los controles de exclusión en la USAC, muchos estudiantes no pueden y no podrán continuar en la Universidad, menos aun en las universidades privadas que son demasiado caras para los niveles salariales de hambre que rigen en el país. Esto es otro obstáculo en la formación de nuevos maestros, y las supuestas becas no garantizan lo público, menos aun cuando está mediado por un simple traslado de fondos estatales a las universidades privadas orientadas al lucro.
La imposición de la reforma a la carrera magisterial tiene, además, otras implicaciones: 1) Con los sueldos base de 2 mil 400 quetzales, apenas se cubre la mitad de la canasta básica vital; 2) Con el bachillerato como primer peldaño de esa carrera, quienes gobiernan quieren mano de obra calificada y barata para los empresarios. Además, no resuelve otros problemas como: 1) una cobertura de hacinamiento, siendo que en las aulas son concentrados 60 alumnos por maestro; 2) Muchas escuelas no tienen las condiciones dignas para los niños, jóvenes y maestros; 3) Con la homogenización de contenidos al extremo, se está pretendiendo militarizar el pensamiento de nuestros hijos e hijas, y vulnerar la libertad de cátedra.
Esta reforma se está dando a partir de reproducir las injustas condiciones salariales y laborales de los maestros y maestras. Al concretarse la flexibilización laboral en la contratación (por demás neoliberal) se afecta de inmediato el escalafón, la Carrera Docente, poniendo en riesgo la posibilidad de mejora salarial y la base financiera para las clases pasivas, es decir, las prestaciones a futuro y para la jubilación de las educadoras y educadores. Es decir, se vulneran la Ley de Dignificación y Catalogación Magisterial (1485) y la Ley de Servicio Civil.
Adicionalmente, la imposición de esta reforma, se está dando sobre la base de la cooptación y compra de una dirigencia magisterial vendida y a partir de implementar acciones de control, intimidación y represión contra estudiantes y educadores autónomos, críticos y con propuestas alternativas a la imposición gubernamental. Los cortes salariales, el hostigamiento de directores, supervisores y demás gerentes en el ministerio de educación, incluida la ministra, así como el control de agentes de la PNC, son muestra de esta represión.
La apertura en algunos centros educativos con el nuevo pensum de la carrera magisterial (por demás retrógrado) demuestra la escasa respuesta de estudiantes con pretensión de estudiar con esta modalidad. A esto se suma la resistencia en la mayoría de normales e institutos. Eso hace que la oferta del ministerio cuente con pocos alumnos en el nuevo pensum, lo que garantiza que a diez años no habrá maestros que formen a nuestros hijos e hijas.
Como Frente Popular sí estamos a favor de una Reforma Educativa integral, que recupere los parámetros y el proceso devenido de los Acuerdos de Paz. Sí estamos a favor de una Reforma Educativa que garantice avanzar con metas presupuestarias claras para la universalización de la cobertura y el mejoramiento sustancial de la calidad educativa orientada al desarrollo científico y humanístico de nuestros hijos e hijas y a la conversión del sistema educativo para que responda, entre otros, a la diversidad cultural y lingüística de Guatemala. Sí estamos a favor de una Reforma Educativa que garantice una educación pública, laica, gratuita (porque la hemos pagado y la seguimos pagando con nuestros impuestos), obligatoria, de calidad y para la libertad.
Por eso, nos unimos a miles de voces que exigimos: 1) Inscripción de estudiantes en el IV magisterio primaria; 2) Sostenimiento de los 3 años de carrera de magisterio; 3) Que las Escuelas Normales sean las responsables de la formación de nuevos maestros y maestras; 4) El respeto a las leyes vigentes que rigen el Sistema Educativo y las condiciones laborales de los y las educadoras del país.
Asimismo, para que de inmediato se reinicie el proceso de Reforma Educativa Integral, con coherencia pedagógica, democrática y con base en el interés común. Y por último, para que de inmediato se incremente el presupuesto para la educación y se garantice un aumento sustancial en al presupuesto para el 2014.
POR UNA EDUCACIÓN PÚBLICA, LAICA, GRATUITA,
OBLIGATORIA, DE CALIDAD Y PARA LA LIBERTAD.
FRENTE POPULAR
Soberanía, Dignidad, Solidaridad
¡Vamos Patria, la lucha continúa!
Guatemala, enero 2012.
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