sábado, 29 de abril de 2017

LLAMADO A LA UNIDAD DE LA CLASE TRABAJADORA

Compañeras y compañeros: nuestra condición de clase social explotada y oprimida se debe a que la clase social dominante, la burguesía, representada en el CACIF, controla la economía y el Estado.

La burguesía posee y controla la propiedad privada de los principales y estratégicos medios de producción en el país: la mayor parte de la tierra productiva a través del latifundio agroindustrial y pecuario (plantaciones de caña de azúcar, palma de aceite, banano, café, ganadería, etcétera), la industria transformadora y extractiva, la banca, el comercio por medio de la distribución de los alimentos esenciales, la construcción, la tecnología, y los medios de comunicación.

A través de sus empresas locales y transnacionales, la burguesía ha extendido en los últimos años la explotación y su propiedad a través del robo y despojo de los bienes nacionales, comunitarios y de la naturaleza. Con estos bienes alimenta los proyectos privados de inversión y el reparto de la nación (desvío de ríos para sus plantaciones agroindustriales y sus hidroeléctricas, por ejemplo) que hace parte del pacto que tiene con las empresas transnacionales. Así mismo desvía los recursos del presupuesto nacional para financiar negocios particulares de mafias privadas ubicadas estratégicamente en el sector público para esos fines, con lo cual sale afectado el pueblo a quien no se le garantiza derechos y servicios esenciales.

De esta forma y a la medida de sus intereses históricos, la burguesía ha ido construyendo una economía del despojo y rediseñado en el plano ideológico y político su Estado: los organismos ejecutivo, legislativo y judicial, la Corte de Constitucionalidad, la mayoría de partidos políticos, los medios masivos de propaganda, las universidades, las principales iglesias. Por eso, la mayoría de leyes y políticas que se aprueban benefician a esa clase parasitaria, mientras afectan al pueblo en general. De ahí que el Estado no responde a los intereses del pueblo trabajador, de los pueblos indígenas y de las mujeres quienes integramos las grandes mayorías.

Así se explica también cómo la burguesía ha ido acumulando cada día más riqueza y adquiere mayor poder, mientras la clase trabajadora, aun teniendo empleo, vemos como se reduce nuestro ingreso y se deterioran nuestras condiciones de vida. Así mismo, que nuestra participación política en general se reduzca a avalar con nuestro voto al gobierno que la burguesía ha escogido de antemano. Y, por supuesto, que cuando protestamos y defendemos nuestros derechos se nos criminalice y reprima.

Sin embargo, esta burguesía no sería tan poderosa ni podría mantenerse en el poder, sino tuviera un aliado vigoroso como lo es el imperio de Estados Unidos, junto al cual nos mantiene como un país atrasado, miserable, degradado ambientalmente, ocupado militarmente, dependiente económica y tecnológicamente, despojado de sus recursos estratégicos y vitales, controlado y subyugado por medio del terror de una violencia cotidiana que, disfraza de común, es ejercida por bandas paramilitares como las maras y policías privadas y por los aparatos de represión y control estatal.

Por eso, como clase trabajadora debemos tener la sabiduría para clarificar nuestra lucha y uno de los principales asuntos para lograrlo está en saber quiénes somos y cuáles son nuestros enemigos estratégicos: la burguesía y el imperialismo. También, establecer como nuestro único horizonte de lucha está en el rompimiento de las cadenas de explotación y opresión, la destrucción del capitalismo y el Estado burgués, y la construcción de un Estado y una economía socialista que es la precisa para lograr el beneficio y desarrollo de las grandes mayorías.

Es por ello que este 1º de mayo de 2017, llamamos a la unidad de la clase trabajadora y a la recuperación del Socialismo como proyecto histórico. Solo en Socialismo podremos convertirnos en la clase social que dirija esta iniciativa a través de la construcción de un nuevo Estado y una nueva economía que garantice el bienestar para las grandes mayorías, para la clase trabajadora, para los pueblos indígenas, para las mujeres. Solo en Socialismo lograremos construir el buen vivir. El único y verdadero proyecto de la clase trabajadora es el Socialismo. 

¡Viva la Clase Trabajadora!
Frente Popular

Sindicato de Trabajadores de las Artes Plásticas STAP

Colectivo Popular "Otto René Castillo"

Sindicato de Trabajadoras de Casa Particular de Guatemala SINTRACAPGUA

Colectivo de Acción Política "La Gotera"

Miembro de la Asamblea Social y Popular

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