El presidente del imperio estadounidense, Donald Trump, expresó el día
11 de agosto que no descarta una intervención militar sobre Venezuela.
Este hecho constituye una agresión grave y condenable contra un país
libre, soberano e independiente como Venezuela. Constituye una violación de la
Carta de Naciones Unidas y del derecho internacional que mandata al respeto a
la soberanía e independencia de los Estados.
Esta declaración del señor Trump es un hecho más que demuestra que el
imperio estadounidense ha estado, desde su inicio, involucrado en el asedio y las
intentonas golpistas, desestabilizadoras y terroristas, a través de organismos
como la Central de Inteligencia Americana –tal y como se constata en
declaraciones recientes de su director en las que afirma que están trabajando
por derrocar al presidente venezolano–, de gobiernos oligárquicos como el
colombiano y de grupos opositores de derecha dentro del país sudamericano, con
la intención de derrocar al gobierno de Hugo Chávez, primero, y de Nicolás
Maduro, como paso para frustrar el
proceso revolucionario profundamente democrático que impulsa ese pueblo
hermano y apropiarse de las enormes riquezas de su territorio.
Esta amenaza de EEUU constituye un hecho más de una estrategia que ha
incluido: intentonas de agresión injerencista a través de la OEA, concierto
conspirativo a través de gobierno de derecha en América Latina y Europa,
medidas de bloqueo financiero y económico, asesoría y financiamiento a los opositores terroristas venezolanos, campaña mediática internacional para crear una
imagen de dictadura contra un gobierno democrático y legítimo como el de Maduro,
entre otras. Esta estrategia es una muestra más de la política imperial y
neocolonial de EEUU sobre los pueblos de Nuestra América, de la Patria Grande.
De consumarse esta amenaza loca y guerrerista se estaría registrando no
solamente un acto genocida y un
conflicto militar de gran envergadura en Venezuela, sino además, un conflicto
que se extendería por toda América Latina, atentando contra la paz de toda la
región.
El gobierno de Guatemala está obligado a pronunciarse contra esta
amenaza. De lo contrario, será cómplice de un hecho de agresión contra todo un
pueblo. Ya basta de comparsa injerencista del gobierno de Jimmy Morales contra
Venezuela.
A las organizaciones sociales, religiosas, políticas y culturales del
pueblo guatemalteco les hacemos un llamado a solidarizarse con el pueblo
venezolano, sumándose discursiva, creadora y activamente al movimiento mundial
de condena a esta amenaza belicista injustificable y de solidaridad con el
pueblo bolivariano, su gobierno y su Asamblea Nacional Constituyente.
Venezuela no es amenaza para EEUU y para ningún pueblo del mundo.
El pueblo venezolano tiene todo el derecho a expresarse democráticamente
a través de su actual Asamblea Nacional Constituyente, de las elecciones para
gobernadores de octubre de este año y de las elecciones presidenciales del año
próximo.
¡Viva
el pueblo y el gobierno Venezolano!
¡Viva
la lucha antiimperialista en América Latina!
Frente
Popular
Soberanía,
Dignidad, Solidaridad
¡Vamos
Patria, la lucha continúa!
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