Javier Monagas Maita (*)
El mundo asiste y observa impotente al denigrante espectáculo que representa el sionismo judío - católico, en su delincuencial afán de tomarse por la fuerza las riquezas de los pueblos del mundo, utilizando para ello la fuerza militar y la mentira como pretexto. Ya no cuidan las apariencias. Es que ya no les importa, debido a que las mascaras que ocultaban sus rostros fascistas se les cayó. No les interesa si les creen o no. Simplemente producen sus carnicerías humanas, asesinan a sangre fría a inocentes civiles, so pretexto de salvarlos humanitariamente. Mientras desarrollan la pelea entre ellos, por ver quien se queda con la mayor tajada del botín Libio, ya están preparando las condiciones y las acciones para lanzar un ataque criminal contra Siria. Lo pregonan pública y abiertamente. Ayer fueron las guerras santas, la inquisición, las cruzadas; las excusas para asesinar a los países árabes musulmanes, hoy es la ayuda humanitaria, la democracia, la libertad, la que se usa para el mismo fin. Lo novedoso es que ellos (el imperio y sus perros serviles), introducen mercenarios armados en el interior de las naciones escogidas como objetivos, empiezan una carnicería contra las poblaciones civiles, luego con el uso de los medios también mercenarios de comunicación, acusan a los gobiernos de ser violadores de Derechos Humanos y, en menos que canta un gallo, la ONU, convalida un plan macabro de genocidio, que acaba por matar a cientos de miles de civiles inocentes, destruyen la infraestructura de la nación y después se roban sus riquezas naturales. Para finalizar establecen un gobierno títere, que servirá de instrumento para aplicar las políticas serviles colonialistas en contra de la población y a favor de los asesinos.
Vean que esas monstruosidades son inmorales: por ejemplo Hilary Clintoris. Esposa de un presidente yanqui, cuya mayor virtud como presidente fue utilizar el poder para hacer que sus secretarias le hicieran la felación, como requisito de permanecer en el empleo. Esa cobarde conducta, no le ocasionó problemas, pues es esa la conducta normal en el medio político y de la alta sociedad imperial. Ese mismo bastardo presidente, fue el iniciador de las agresiones para invadir después a Irak, donde ya han ocasionado la muerte de más de un millón de personas. Esa misma señora Hilary Clintoris, con su rostro de loca homicida, dice en una entrevista después del asesinato o magnicidio contra el Noble presidente Gadafi, que ella dió la orden de captura y muerte, lo dice en medio de una risa enfermiza y miserable como su ser, delante de las cámaras y con la complacencia de otra maldita insensible que la entrevista para la televisión al servicio del diabólico imperio. No faltó luego la aparición tenebrosa del premio nobel de la paz de los sepulcros. Diciendo que ese esquema aplicado en libia, podía aplicarse en otras partes del mundo. En una clara amenaza para aquellos pueblos que no se le sometan a los designios de esas monstruosidades con forma humana.
Quien en estos momentos tenga dudas del carácter demoniaco y criminal de los que gobiernan al imperio y de sus colaboradores europeos, no tienen más que pasearse objetivamente por las últimas escenas de sucesos mundiales protagonizados por Estados Unidos, Israel, Francia, Italia, Alemania, Qatar, Inglaterra, Australia. Allí podrán constatar lo malévolo del comportamiento de los gobiernos de esas naciones. Vayan en procura de conocer a las victimas: desde palestina, Irak, Afganistán, Pakistán, Yemen, Libia, Somalia, los Balcanes. Comprobaran que los invasores, son una pandilla de anormales asesinos, ladrones y sádicos que para disimular sus problemas internos, masacran a otros pueblos, como mecanismo de distracción. Busque por ejemplo el perfil sicológico de los Bush (padre e hijo) descubrirán unos locos, disociados, e inmorales carniceros, que se deleitan derramando sangre ajena y de pueblos inocentes. Lo mismo encontraran e Bill Clitoris, Ronald Reagan, Richard Nixon y el más depravado de todos: Henry Kissinger, quien encuentra su contraparte en la manirrota de John Mackein.
Pero así como son miserables, también son cobardes cuando encuentran resistencia. Por eso es que han salido con el rabo entre el culo de Corea, de Vietnam, de Bahía de Cochinos. No podemos despreciar el poder de las armas que poseen. Precisamente el arsenal tecnológico del que disponen los hace peligrosos. Pero les falta lo más importante para la victoria: la razón, la verdad y el coraje. Sin esos elementos propios de lo humano, de lo decente, de lo normal. Son simplemente unos fanfarrones peligrosos nada más. Al final, tendrán que comer del estiércol del infierno donde se crearon.
Disculpen aquellos lectores sensibles, pero hay cosas que no se pueden decir, si no es tal como se ven y se sienten y, a esas lacras que controlan el poder imperialista capitalista y sus perros sarnoso serviles, dentro los cuales ubico a la oposición venezolana en su mayoría, sobre todo a esos miserables que reciben dinero por vender a su país y por poner en peligro la salud y la vida del pueblo.
NOTA AL MARGEN: la razón de la ocupación yanqui de Colombia y Centroamérica, es la de generar canteras de paramilitares mercenarios a partir de la miseria y la droga, para alimentar con ellos sus planes. Por eso hay narco paramilitares en Honduras, en Irak, Afganistán, Libia, Venezuela, Ecuador.Visite: puebloensartao.com, / anzoateguivive.com / abrebrecha.com / redlatinasinfrontera.com, / Agenciawalsh. / Revista Libre Pensamiento / el chamosaurio / tribunapopular.com / la comunal al tanto internacional / entre otros, que se nombraran mas adelante
(*) Abogado Bolivariano
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