lunes, 3 de mayo de 2010

EL PUEBLO TRABAJADOR AL PODER

Se cumplen 124 años de la heroica gesta de los Mártires de Chicago cuyo sacrificio permitió arrancar a la clase explotadora reivindicaciones como el fin de la jornada laboral de 16 horas por una jornada de 8 horas que hoy gozamos los trabajadores a nivel mundial. Esta rebelión triunfante denominada la Revuelta de Haymarket, costó la vida a cinco trabajadores a manos de los intransigentes capitalistas.


Es esto lo que conmemoramos: a nuestros mártires del mundo y de nuestro pueblo trabajador. Todas las conquistas laborales han requerido de la capacidad organizativa y movilización necesaria para avanzar en nuestras demandas y reivindicaciones, para derrotar la pretensiones de los capitalistas por intensificar la explotación de nuestra clase, pues no se resignan a perder lo que ellos consideran sus privilegios y hacen todo por mantener el orden establecido. Para ello utilizan la represión que impulsan a través de su Estado y de sus policías y ejércitos privados. En Guatemala, las masacres de niños, ancianos, mujeres y hombres honrados, honorables e inocentes, asesinados impunemente por el ejército de la oligarquía bajo el pretexto de ser parte directa o indirecta del comunismo internacional es una muestra de lo dicho. La persecución y asesinato de dirigentes campesinos y sindicales que enfrentan a los capitalistas locales y transnacionales que están expoliando a nuestro país a través de la explotación de los recursos naturales, los cobros ilegales de electricidad, las jornadas laborales de más de ocho horas, el pago de salarios de hambre, el acoso sexual, etc. son también un signo de la política represiva del capital y su Estado en función de sus intereses. Mientras esto sucede ya está en marcha el circo electoral en donde las empresas electorales (partidos políticos) no hacen más que ser instrumentos para reproducir y hacer viables la explotación, opresión y enajenación.

Los capitalistas han hecho retroceder las conquistas laborales a fuerza de represión, del alargamiento de la jornada de trabajo y la intensificación de la producción por medio de nuevas máquinas y nuevos procedimientos en cadena, violando pactos de trabajo y convenios laborales; han privatizado servicios estratégicos y básicos como el agua, electricidad, telefonía, salud y educación sin que ello represente para la mayoría de la población una mejoría; por el contrario, ha significado una caída en la calidad de esos servicios y un aumento exorbitante en su cobro. A estas penurias se suma el aumento de los precios de la canasta básica que sobrepasa groseramente el salario mínimo vigente y que da como resultado un agravamiento en las condiciones de vida las familias trabajadoras guatemaltecas.

En el campo, estas condiciones son igualmente terribles, ya que los terratenientes y las transnacionales además de reproducir la explotación, utilizan a bandas paramilitares y sicarios para reprimir cualquier indicio de organización y reclamo por mejoras en las condiciones precarias de vida de los trabajadores.

Amenazan, secuestran y asesinan a dirigentes populares y de las comunidades, sin que el aparato de investigación y justicia y el gobierno nacional muevan un solo dedo para esclarecer dichos crímenes.

Eso evidencia que la estructura estatal y sus funcionarios mayores, solo responden a los intereses de la oligarquía.

Ante esa realidad no existe otra alternativa que la organización de los trabajadores del campo y la ciudad, de los empleados y desempleados, de las amas de casa y los trabajadores informales, intelectuales y pequeños propietarios, de todos los que de una u otra manera sufren los embates de los capitalistas. Esto con el objetivo de crear un gran Frente Unitario de las Izquierdas que haga retroceder a las huestes patronales y sus ejércitos privados aglutinados y, en principio, arranque las mejoras que se necesitan para garantizar una vida digna para los obreros, campesinos, comunidades, pueblos indígenas, mujeres, jóvenes, adultos mayores, etc. En segunda instancia, alcanzar el poder y desde el ejercicio de éste, construir un Estado que esté a favor de los más necesitados para construir una sociedad justa, equitativa y humana.

Hay que ser claros, hablemos de un Estado Socialista moderno que garantice los intereses de los trabajadores y el pueblo en general, que arrebate el poder a los capitalistas que lo utilizan para seguir diezmando al pueblo por medio de la explotación y la violencia institucional y criminal, para seguir concentrando la propiedad y la riqueza en sus manos.

Concluimos saludando a las mujeres valerosas que se han organizado y creado el Sindicato de Trabajadoras de Casa Particular, organización de clase que dará paso no solo a hacer efectivo un derecho sino también a levantar la lucha de mujeres que históricamente han estado sometidas a condiciones de trabajo y salarios de hambre, sin ninguna protección por parte de este Estado burgués.

Es una respuesta coherente al mantenimiento de la violación de derechos a la clase trabajadora y especialmente hacia las trabajadoras.

FRENTE POPULAR
SOBERANÍA, DIGNIDAD, SOLIDARIDAD
¡VAMOS PATRIA, LA LUCHA CONTINÚA!

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