viernes, 17 de octubre de 2014

LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE DE 1944 Y LA NECESIDAD DE RECREARLA


La Revolución de Octubre de 1944 constituye un hito histórico en la lucha digna, valiente y decidida del pueblo guatemalteco.  Son 70 años de aquel acontecimiento histórico que permitió construir un país soberano, digno, solidario, enrumbado en la senda de la verdadera justicia social. Dos fueron los gobiernos inolvidables que encabezaron esa gesta entre 1944 y 1954: los gobiernos de Juan José Arévalo Bermejo y Juan Jacobo Árbenz Guzmán.
No obstante el derrocamiento de la dictadura oligárquica encabezada por Jorge Ubico entre 1930 y 1944, y los enormes avances en educación, salud, reforma agraria, infraestructura, deporte, cultura, etc. la histórica oligarquía no cesó en tratar de derrocar a los gobiernos revolucionarios. Fue hasta 1954 cuando la intervención militar de Estados Unidos, la complicidad sumisa de la oligarquía, la traición del ejército y la complicidad de la jerarquía católica, permitieron desarrollar una campaña mediática, política y militar que logra consolidar el golpe de Estado al Presidente democráticamente electo de Árbenz Guzmán.
A partir de ahí, la oligarquía guatemalteca y el ejército, con la asesoría, financiamiento, equipamiento y conducción de la Embajada de Estados Unidos, inician un período gobierno militares, fraudes electorales, de secuestros, torturas, asesinatos y crímenes de lesa humanidad como las masacres, para imponer el régimen de dominación en contra de la clase trabajadora del campo y la ciudad, de los pueblos indígenas, de los intelectuales y de todos aquellos sectores críticos y democráticos. Este período duró más o menos hasta 1985, cuando inicia una fase de falsa democracia tutelada por el ejército y de negociaciones para la pacificación del país que concluye con la desmovilización de las fuerzas revolucionarias en armas. 
A partir de 1996, se afianzan las políticas neoliberales, privatizadoras y entreguistas, y se abre paso a una fase de despojo de los recursos naturales, estratégicos para el país y para la vida de nuestros pueblos. Paulatinamente, los gobiernos de Arzú, Portillo, Berger, Colom y Pérez Molina, se fueron convirtiendo en descarados promotores, facilitadores y defensores de los proyectos extractivos (minería, petróleo, hidroeléctricos, turísticos), de los agro negocios de palma aceitera y caña de azúcar, y de la entrega del país a los intereses del capital transnacional y de la oligarquía guatemalteca. Hoy, esto sucede, a través de un gobierno militar, autoritario, corrupto y represivo, que ha estado implementando una estrategia casi contrainsurgente a partir de identificar como enemigo interno a los pueblos, movimientos y organizaciones que se resisten al saqueo y la explotación.
Así, después de los diez años de Primavera Democrática (1944-1954) y de sesenta años de terror, explotación y saqueo (1954-2014), la tarea que se impone es la recuperación de la perspectiva y la estrategia revolucionaria. Es decir, recuperar el Programa de la Revolución Guatemalteca.  Esto con los objetivos de: 1) Repensar el instrumento de articulación para la toma del poder del Estado; 2) Enfrentar la política de dominio de la clase dominante y del capital transnacional, de sus servidores en el Estado y sus aparatos; 3) Avanzar hacia la transformación radical del país, que nos permita construir una sociedad post capitalista. Sociedad post capitalista que sólo será posible en el Socialismo, único proyecto que nos permitirá convertirnos en un Estado con plena justicia social, plurinacional y profundamente democrático.
 
¡Viva la Revolución de 1944!
¡Viva la Revolución Guatemalteca!
¡Viva la Revolución Socialista!

FRENTE POPULAR
Vamos Patria, la Lucha continúa
Soberanía, Dignidad, Solidaridad
Guatemala, octubre de 2014

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