lunes, 10 de junio de 2013

EL EX GENERAL EN SU MADRIGUERA (III). El cerco se cierra

COLECTIVO “LA GOTERA”

El Acuerdo o Carta de Londres de 8 de agosto de 1945, que estableció el Estatuto del Tribunal de Núremberg, definió como "crímenes contra la humanidad" el "asesinato, exterminio, esclavitud, deportación y cualquier otro acto inhumano contra la población civil, o persecución por motivos religiosos, raciales o políticos, cuando dichos actos o persecuciones se hacen en conexión con cualquier crimen contra la paz o en cualquier crimen de guerra"(http://es.wikipedia.org/wiki/Genocidio#cite_note8). La Convención sobre imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de los crímenes de lesa humanidad considera el genocidio del género crímenes de lesa humanidad.

En 1946, la Asamblea General de las Naciones Unidas confirmó los principios de Derecho Internacional reconocidos por el Estatuto del Tribunal y proclamó la resolución 96 (l) sobre el crimen de genocidio, que define como una “negación del derecho de existencia a grupos humanos enteros”, instando a tomar las medidas necesarias para la prevención y sanción de este crimen.(Ibíd)

Esta resolución cristalizó en la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 260 A (III), de 9 de diciembre de 1948.

La definición de genocidio plasmada en la Convención de 1948 ha sido acogida en el artículo 4 del Estatuto del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, de 1993, el artículo 2 del Estatuto del Tribunal Penal Internacional para Ruanda, de 1994, y el artículo 6 del Estatuto de Roma de 1998, por el que se creó la Corte Penal Internacional.

El genocidio o asesinato en masa también se diferencia del asesinato en serie, que consiste en el asesinato sucesivo y periódico de personas aisladas, mientras que el genocidio es "una negación del derecho de existencia a grupos humanos enteros", de acuerdo con la Asamblea General de Naciones Unidas. El genocidio tiene, en este sentido, un carácter masivo, por lo que con frecuencia necesita de la colaboración efectiva de una estructura social (Ibíd). Tal fue el caso de la población ixil que vivía en conglomerados en aldeas, caseríos, parajes y tenían una organización comunitaria ordenada por sus costumbres, tradiciones y entramados político-sociales, igual que muchas otras a las cuales masacró el Ejército Nacional de Guatemala y por las cuales también deberían abrirse procesos en el futuro inmediato. Contra ellas, actuó la estructura organizativa y jerárquica de ese mismo cuerpo castrense. No hay vuelta de hoja.

Precisamente por ello, es que el caso de Ríos Montt es especial y emblemático en el ámbito del Derecho Internacional ya que en su política contrainsurgente de “quitarle el agua al pez”, se “negó el derecho de existencia a grupos humanos enteros”, por el solo hecho de considerar a dichos grupos como apoyo a los insurrectos. Esta tesis está contenida en los planes contrainsurgentes Victoria y Sofía elaborados por los estrategas militares de esa época. Lo que indica que las matanzas, las cuales se admitió existieron, tanto de parte de los testigos de la fiscalía como de la defensa, son tipificadas como crímenes de lesa humanidad, por ende, perseguidos a nivel local e internacional por ser delitos de carácter internacional de acuerdo al artículo 7 del Estatuto de la Corte Penal Internacional. No cabe duda.

Sin embargo, algunas de las críticas al alcance del concepto de genocidio se centran en el hecho de que no se considere como tal más que los actos realizados contra grupos nacionales, étnicos, raciales y religiosos, y no los realizados por otros motivos, como los sociales o políticos. Sin embargo, por ello se recalca que, al abrirse con la generalización del concepto a “grupos humanos enteros”, también se abrió la persecución contra el ex general Ríos Montt a pesar de las argumentaciones de sus defensores, que centraron sus alegatos en qué en su caso no hubo genocidio pues no se exterminó a la etnia ixil. Argumento que queda sin sustento al demostrar sus mismos testigos que sí hubo exterminio de grupos enteros, y no solo contra los ixiles. Porque su exterminio a todos ellos, quizá no fue por ser considerados indígenas exclusivamente, sino por “comunistas” o por apoyar a estos.

Esos argumentos que fueron plasmados, no solo en los planes contrainsurgentes ya mencionados sino aún hoy, en pleno siglo XXI, empleados en los diferentes comunicados e infamatorios de las organizaciones pro-oligarcas que apoyan al ex militar de marras como AVEMILGUA, la Liga Pro Patria y la Fundación Contra el Terrorismo. Incluso, en las opiniones de algunos columnistas de medios escritos de derecha provenientes de entidades de estudios superiores y de organizaciones liberales que los expresan notoriamente, pueden ser utilizados como medios de prueba para robustecer la causa contra el genocidio levantada contra el ex general Efraín Ríos Montt y Mauricio Rodríguez Sánchez y otros asesinos implicados en las matanzas.

Muchas voces, unas intencionalmente, otras ignorantes de la profundidad del delito, se han alzado afirmando que el ex general no sabía nada de lo que hacían sus subalternos y que eran los jefes de zona o los comandantes de guarnición los que sí conocían de esas matanzas. Argumento que incluso fue parte central de su alegato en forma personal. Sin embargo, esa exculpación solo demuestra de nuevo su cobardía, ya históricamente famosa, porque él era el Comandante Supremo del Ejército y no había decisión que no se llevara a cabo sin su consentimiento. Él mismo lo expresó en un discurso cuando fue Jefe de Estado y que, para su mala suerte, quedó grabado y el cual ha sido reproducido en múltiples ocasiones por la red en el marco de su enjuiciamiento.

Aunado a ello, como una piedra de moler sobre su anciano cuello pesa también el antecedente histórico que se desprende del caso por genocidio en Ruanda contra Jean Paul Akayesu.

Este caso constituye un hito mundial al ser considerada la primera condena internacional por Genocidio y la primera en reconocer la violencia sexual como actos constitutivos de genocidio.

El Tribunal Penal Internacional para Ruanda, creado el 8 de noviembre de 1994, en el caso Akayesu, declaró a un acusado culpable de violación por no haber impedido ni detenido una violación en su calidad de oficial, y no por haberla cometido personalmente. El tribunal consideró que la violación constituía tortura y que, dadas las circunstancias, la violación generalizada, como parte de unas "medidas dirigidas a impedir nacimientos dentro del grupo", constituía un acto de genocidio. Por ejemplo, en las sociedades donde la pertenencia a una etnia está determinada por la identidad del padre, violar a una mujer para dejarla embarazada puede impedirle dar a luz a su hijo en el seno de su propio grupo. (Ibíd)
Tal y como lo expresaron las decenas de testimonios de muchas mujeres ixiles sobrevivientes que sufrieron estas vejaciones, sin contar a las que fueron asesinadas después de haber sido violadas y las que fueron asesinadas junto a sus nonatos o recién nacidos, sin saber nada de sus hermanas ruandesas en el sufrimiento y la agonía.

Todo indica que el ex general, a pesar de ser beneficiado con la anulación de su sentencia por ese crimen por parte de una muy cuestionada Corte de Constitucionalidad y, a pesar de los devaneos de sus defensores por lograr una amnistía que creemos no se atrevan los de la misma Corte a promulgar para él, porque ello pondría la tapa al pomo para que sea desestructurada tal como lo está hoy, será alcanzado por la justicia. De ahí, su hosquedad y su enclaustramiento, a tal punto que la luz del día le mortifica quedándole solo la noche, bajo cuyo manto de nocturnidad aprovecha para trepar por los muros sombríos de su soledad, cual serpenteante y torva figura igual a la nacida de la mente del escritor inglés Bram Stoker.

jueves, 6 de junio de 2013

UN NUEVO GOLPE CONTRA LA JUSTICIA POR GENOCIDIO


Uno de los generales más emblemáticos de la política de genocidio en Guatemala, Efraín Ríos Montt, están siendo objeto de múltiples beneficios por parte de un sistema de justicia copado por los intereses corporativos y contrainsurgentes devenidos de la guerra fría.
A pesar de haber sido condenado por genocidio y faltas contra la humanidad y sentenciado a purgar el resto de su vida en la cárcel, la Corte de Constitucionalidad decidió anular el fallo. Con ello, gesta una nueva etapa en la estrategia por evitar que tanto el general genocida, como su jefe de inteligencia, José Rodríguez Sánchez, sean condenados y, con ello, se confirme judicialmente el genocidio que padeció el Pueblo Ixil, el cual todavía sufre las consecuencias. Se anula y se prolonga una sentencia, que de darse y quedar en firme, confirmaría el carácter de la política planificada e implementada integralmente por el Estado estadounidense, la cúpula militar y la oligarquía local. Abriría la posibilidad, asimismo, para que otros militares participantes de dicha política, como el mismo presidente de la república, Otto Pérez Molina, sean llevados a juicio y condenados.

Después de múltiples excusas de juzgadores, hoy parece que los acusados y la red oscura, fascista y cómplice que intenta mantenerlos en la impunidad, han logrado que un tribunal que pareciera afín, conozca el caso. Y sin duda, continuarán con sus esfuerzos porque el proceso, en cualquiera de sus fases, deje en libertad a los sanguinarios generales.

Este hecho es sin duda indignante y una afrenta contra el pueblo guatemalteco y contra la justicia. Por eso manifestamos nuestra condena a quienes siguen construyendo el muro de la impunidad en Guatemala. Por ello manifestamos nuestra solidaridad hacia las víctimas del genocidio. Por eso somos parte de la lucha por lograr JUSTICIA.

Como afirmamos con anterioridad, “El camino es largo e incierto todavía. Las estructuras contrainsurgentes siguen apoderadas y sus mecanismos de poder serán puestos en marcha. Por eso habremos de cuidarnos y estrechar lazos de hermandad y solidarios para contener sus envestidas. El espíritu de lucha debe fortalecerse hasta lograr justicia y paz.”

FRENTE POPULAR
Soberanía, Dignidad, Solidaridad
¡Vamos Patria, la lucha continúa!
Guatemala, 6 de junio de 2013

ÉPOCA DE RENACIMIENTO


En honor a Bradley Manning y Los Cinco Héroes cubanos presos en las cárceles del Imperio
Colectivo “La Gotera”

El Renacimiento fue un movimiento cultural que cambió los conceptos que se tenían del ser humano y su entorno establecidos especialmente durante la Edad Media. El humanismo y el avance de la ciencia fueron sus principales improntas.

Hoy, el siglo XXI parece ser el destinado para ser testigo de un novo Renacimiento. Como todo en la historia, éste se ha venido fraguando, tomando como base las prolongaciones del tiempo establecidas en los estudios del brillante intelectual norteamericano, Immanuel Wallerstein, desde el siglo XVIII, con la irrupción de la Revolución Francesa que a su vez fue acumulación de conocimiento y ambición que devino en el capitalismo alimentadas por las revoluciones burguesas de Holanda e Inglaterra, hasta la caída de la Unión Soviética. No obstante eso, que fue una pausa más en el largo devenir de la humanidad, arrancó con un nuevo ciclo histórico que quizá tenga menos duración que su predecesor por la velocidad con que se suscitan los acontecimientos derivados del avance incontenible de las fuerzas productivas, ilustradas mejor en la informática.

En él, ya se han dado con mayor profusión crisis sostenidas en los centros tradicionales financieros y el prefacio de conflictos de mediana escala que bien pueden, si no existe la imaginación y la audacia de frenarlos, de explotar en uno de magnitudes catastróficas para el propio planeta.

Las grandes potencias que brillaron en los siglos XVIII hasta las postrimerías del XX, han dejado de hacerlo. Su decadencia es elocuente y no solo en lo productivo, financiero sino de liderazgo en temas tan apremiantes y de interés mundial hoy como es el del respeto a los derechos humanos y el respeto a la autodeterminación, ya no solo de países, sino de conglomerados étnicos, e incluso, locales.

Estados Unidos y la Unión Europea, otrora paladines de los Derechos Humanos, han demostrado que esa bandera cuando no les ha servido la han pisoteado. Tal es el caso de Afganistán, Irak, Libia y Siria donde sus tropas han mancillado no solo la soberanía de esas naciones sino los derechos más elementales de sus ciudadanos. Esas tropelías han degenerado en políticas sistemáticas de abusos y violaciones flagrantes a los derechos humanos tales como los paraísos de las torturas: Abu Graib y Guantánamo; los vuelos de la muerte donde varios países de la “democrática” Europa participaron llevando y trayendo prisioneros de guerra en un vil secuestro y posterior desaparición con el fin de torturarlos en bases militares a instancias de Washington. En Libia apoyando a los grupos yihadistas que derrocaron a Muammar Al Gadaffi a quien en claro linchamiento transmitido por televisión a todo el mundo, lo asesinaron cobardemente. Y, ahora en Siria, equipando claramente a los grupos terroristas y de mercenarios con armas gruesas y acordando con ellos secretamente a espaldas de su población, derrocar a su presidente legítimo. Procurando con ello, instaurar en esa parte del mundo gobiernos títeres para su futuro ataque a Irán, para lo cual necesitan neutralizar a Rusia y China con la ocupación de Siria.

En este caso, Siria se ha convertido en la joya de la corona, tanto del pasado como del futuro. Su caída o su triunfo, significaría un giro estratégico para el avance de las fuerzas conservadoras o su freno. Por lo mismo, estar al lado del pueblo sirio y sus legítimas autoridades es estar contra el terrorismo y la guerra.

Es con estas intromisiones, con la instauración de una fuerza supranacional en lo militar y judicial, como la justicia norteamericana se ha manchado, a raíz de los aún no clarificados atentados del 11-S, con sugerencias fascistas que han hecho retrocederla a un neo- macartismo. Derivado de ello, sus propios ciudadanos han sufrido violaciones a sus derechos, persecuciones, vigilancias y delaciones en todos los ámbitos de su vida. La paranoia se ha diseminado como arsenal de guerra que no solo proporciona la excusa ideal para seguir justificando incursiones preventivas en otros países sino para crear un aparato de seguridad interna impresionante alrededor de sus propios ciudadanos y con ello, anular la potencial protesta.

Casos representativos que hablan de ese cerco violatorio es el del soldado Bradley Manning, analista de inteligencia del ejército de Estados Unidos, acusado de haber entregado a WikiLeaks centenares de miles de documentos que dan cuenta de algunos de los crímenes de lesa humanidad cometidos por Washington en Afganistán e Irak y, el de los Cinco Héroes antiterroristas cubanos: Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino Salazar, Antonio Guerrero Rodríguez, Fernando González Llort y René González Sehwerert. Este último liberado a cambio de renunciar a su ciudadanía norteamericana.

El delito de Manning fue develar las políticas de exterminio de su gobierno contra poblaciones enteras las cuales se pueden catalogar de genocidas. Por develar planes de tortura, maltrato, humillación y martirio contra prisioneros políticos que así lo fueron por el hecho de defender a sus propias naciones contra los invasores tanto en el plano militar como en el político.

Manning osó trasladar dichas informaciones al portal WikiLeaks a través de documentos clasificados sobre dichas violaciones por parte del ejército gringo en sus tropelías en Afganistán e Irak. Los Cinco, por haberse infiltrado en organizaciones terroristas de Miami, como Hermanos al Rescate y Alpha 66, formadas por grupúsculos que desean derrocar la Revolución en Cuba y que aún, no importándoles provocar incidentes entre la Isla y Washington, mucho menos la catástrofe que ello provocaría en su propia patria, forzar a Estados Unidos a invadirla. Esto con el único y mezquino objetivo de retroceder a Cuba a las condiciones que tenían antes de la Revolución del ’59 y por supuesto, erigirse estos líderes terroristas en los nuevos gobernantes de la mayor de las Antillas y, como corolario, recuperar para Estados Unidos su colonia más rica y emblemática en el continente.

Los casos Manning y el de los 5 Héroes Antiterroristas cubanos han revelado aún más al mundo que la justicia norteamericana no es el modelo a seguir, ni mucho menos. Gracias a la difusión de las arbitrariedades y las inquinas racistas de muchos de sus jueces y funcionarios medios y menores, ha sido develada tal cual es. Para los amigos todas las facilidades, para los considerados por ellos, enemigos, la ley. O, lo que esté fuera de la ley.

Toda esa parafernalia del respeto a los derechos humanos y el debido proceso; de la democracia y la libertad no son más que fantasías cuando la elite que gobierna esa poderosa nación siente peligrar su estabilidad y la permanencia de sus privilegios.

Miles han sido los héroes anónimos que han sucumbido en las cárceles imperiales, bajo el tormento de sus torturas y vejaciones, aislados de sus seres amados y la sociedad. Ateridos por el terror y el frío de la soledad, finalmente muchos son asesinados por oponerse a una camarilla de criminales que mantienen al mundo en zozobra y oscuridad.

Empero, como Bradley y los Cinco Héroes cubanos, que representan la dignidad de los anónimos que llenan esas mazmorras del Imperio alrededor del mundo, los pueblos hoy dan la batalla por ellos en los diferentes campos donde enfrentan a los ejércitos mercenarios que sucumben bajo los pies de los patriotas que defienden la causa de su familia, su hogar y su tierra.

Si el viejo Renacimiento fue antecedido de las nuevas ideas del humanismo. De la claridad en la arquitectura, contra el oscurantismo de castillos y conventos medievales; de la luminosa y lozana desnudez en el arte ante el escondrijo y el secreto o del libre comercio que desbancó la autarquía, hoy este nuevo Renacimiento promete la paz y el diálogo en vez de la guerra y la imposición; la solidaridad por sobre el egoísmo a que nos acostumbró el capitalismo; la igualdad entre pueblos ayer enfrentados; la eliminación de fronteras ante el empuje de las tradiciones compartidas y, ante todo, una nueva forma de producir, de distribuir y de consumir donde el ansia desaforada por la ganancia quedará eliminada y las necesidades reales de las mayorías, satisfechas.

Mujeres y hombres de ciencia, o simplemente, quienes se opusieron a los poderes feudales y sus abusos fueron conducidos a la hoguera y a sufrir los más atroces sufrimientos en esos aterradores tiempos, entre cuyos artilugios leguleyos estaba el acusarlos de brujas y hechiceros, nigromantes y adivinos para justificar ante sus comunidades su suplicio y muerte. Hoy, en similares circunstancias, la ley del Imperio justifica el asesinato, la tortura y el confinamiento de miles de titanes anónimos alrededor del mundo, entre los que se cuentan Bradley Manning y los Cinco Héroes cubanos: Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino Salazar, Antonio Guerrero Rodríguez y Fernando González Llort, quienes aún siguen presos. Y, aunque estos últimos, sean ahora cuatro por la liberación de René González quien sigue en batalla por sus hermanos cautivos, como lo seguimos todos los que creemos en la verdadera justicia, el objetivo es que sean pronto liberados para demostrarle al mundo que los umbríos gobernantes del mundo son cada vez más débiles pues carecen de razón alguna. Que su tiempo se acabó.

¡Que vivan los 5 Héroes Cubanos! ¡Que viva Bradley Manning!

LA OTRA LISTA DE LOS CAÍDOS. La más grande; la más vergonzosa para el Estado criollo

Respuesta a la columna de Alfred Kalschmitt “La lista de los caídos” del 31-05-13 en Prensa Libre
COLECTIVO “LA GOTERA”
¿Quién no llora a sus muertos? No existe en esta vida alguno que tenga el corazón tan frío como para que la calidez del recuerdo de sus seres queridos no lo enternezca. “Si vosotros siendo malos sabéis dar buenas dadivas a vuestros hijos, cuanto más vuestro Padre celestial sabrá dar buenas dádivas a quienes le obedecen”, sentencia la Biblia en uno de sus pasajes.

Sale a colación dicha sentencia pues llama poderosamente la atención la postura del señor Alfred Kalschmitt que en su columna del viernes 31 de mayo en Prensa Libre de Guatemala: “La lista de los caídos”, hace una solemne, dramática y conmovedora mención hacia los más de dos mil muertos en combate provenientes del Ejército Nacional.

Después de una apasionante alusión, olvida Kalschmitt, que la gran mayoría de estos, eran combatientes quienes, armas en mano, cayeron luchando contra sus similares de la guerrilla y no gente desvalida, desarmada e inocente como los niños a los cuales mataron esos mismos “combatientes” de su “glorioso” Ejército Nacional a quienes canta sus odas, cometiendo además el desparpajo racista que expele su espíritu de ladino desorientado, cuando en líneas posteriores hace alusión peyorativamente a las víctimas de sus “valerosos soldados” reduciéndolos a frutos imaginarios de “literatos y cuentistas”… con los cuales “…han cautivado a una audiencia nacional e internacional para captar apoyo político y financiero”.

Sigue diciendo don Alfred que “hasta el día de hoy resulta difícil entender los ideales que justifican levantarse en armas y tomar el poder…”. Por supuesto, ¿Qué podría entender el señorito quien envuelto en bata de seda, calzado con pantuflas y con taza de café de exportación en mano ve desde su chalet a los indios de Atitlán encorvados bajo el peso de la leña juntada en el campo para cocinar y calentarse? Que tontería esa de juntar chiriviscos habiendo estufas.

¿Qué puede entender él de trabajos cuando nunca los ha pasado por provenir de familias siervas de oligarcas?

Negar la muerte de miles -más de doscientos mil para información del escribiente-, en el lado del pueblo llenaría páginas de páginas de cualquier matutino. La única diferencia es que detrás de las víctimas civiles no hay jugosas cantidades para pagar su publicación ni intenciones macabras para arrancar conmiseraciones populistas. Solo en los corazones de sus sobrevivientes está grabado el dolor de sus nombres y su memoria.

Aparte de ello, con esas devociones, Don Alfred fustiga al ciudadano común el disparate de haberse levantado en armas ante las injusticias que ni él ni sus lacayos jamás han padecido, por tanto, jamás entenderán.

Los que viven a diario los padecimientos de la miseria saben certeramente que no hubo disparate alguno en aquellos momentos, sino un apremio colosal, así como hoy tampoco lo hay, pues las condiciones siguen siendo similares a las de aquellos tiempos y quizá más pues los indicadores de pobreza extrema y exclusión en vez de mermar van creciendo como la impaciencia en la mayoría del pueblo.

Que don Alfred le rinda pleitesía a la memoria de sus caídos. Todo derecho le asiste. Nosotros le rendiremos reverencia a la memoria de los miles que cayeron sin siquiera tener conciencia del por qué los asesinó la gloriosa tropa del columnista que, en la paradojas de la vida, la mayor parte de sus miembros, sufren también la miseria y la exclusión a que sus amos, después de usarlos como perros de caza, los condenaron.

Para información de don Alfred, con el objetivo de que con sus torpezas siga insultando la memoria de las víctimas del genocidio, aquí sigue habiendo dos Guatemalas. La patria del criollo y sus serviles, y la patria nueva que se reviste de pueblo. Que se baña en las aguas de la esperanza y de una nueva sociedad donde ese criollo y sus devotos deben y tienen que desaparecer.

Guatemala, 31 de mayo de 2013

EL GENERAL EN SU MADRIGUERA (II): Mal paga el diablo a quien bien le sirve


Colectivo de Acción y Discusión Política, La Gotera

Epifanía de último momento. Las fuerzas oscurantistas y medievales en la región retroceden. El pírrico triunfo que obtuvieron los genocidas y sus adláteres con la revocatoria por parte de la supercuestionada Corte de Constitucionalidad de la sentencia dictada al ex general Efraín Ríos Montt, solo sirvió para destapar la olla de grillos que mantenían cubierta las elites siniestras que gobiernan la nación guatemalteca y cuya porquería fue mostrada a fuerza de encono por la valentía del pueblo ixil, y entre éste, sus mujeres, que profirieron una derrota contundente en el campo de la verdad y del respeto a los derechos humanos a la caterva de asesinos encabezados por el ex general.

Un triunfo por la igualdad y la dignidad, al acusar formalmente a un ex jefe de Estado, con el agravante de facto, del delito de genocidio el cual fue probado categóricamente durante el juicio. A raíz de ello, otros actores como los aglutinados en la cúpula del Comité Coordinador de Asociaciones de Comercio, Industriales y Financieras –CACIF-, están en la mira de las investigaciones futuras, así como otras agrupaciones de ultraderecha por las cuales han estado abogando algunos columnistas y opinantes de radio y televisión.

Agrupaciones fascistas que también esperan su turno de indagación como la AVEMILGUA, la Liga Pro Patria, la Fundación contra el Terrorismo y otros.

La historia de esos crímenes apenas ha mostrado la cresta de la podredumbre que guarda en su interior. Los huesos de los asesinados han empezado a manifestarse y hacerse escuchar por medio de sus sobrevivientes. Estos mismos, han empezado a hablar, a pronunciar y denunciar el nombre de sus asesinos y sus abogados.

Intuimos que más temprano que tarde, triunfará la decisión que negar el genocidio será un delito para una sociedad cansada de violencia y muerte; de abusos y humillaciones. Negar el genocidio será una afrenta para el recuerdo de miles de víctimas que fueron eliminadas por el simple hecho de pensar una patria nueva, una patria para ellos, donde sus hijos fueran felices y despreocupados.

Mientras tanto el ex general sigue en su madriguera, a salvo por el momento, pero asustado, intranquilo y hosco pues sabe que el brazo de la justicia puede caer sobre él de un momento a otro. Mientras en su cerebro martillea el viejo refrán: “Mal paga el diablo a quien bien le sirve”.

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